Nuestra sociedad tiene márgenes. Son esos espacios en los que dejan de regir las normas con las que pactamos nuestra convivencia, a sabiendas de que muchas no son más que amasijo de incoherencias. Somos conscientes de su existencia porque, en ocasiones, asoman entre las grietas del hormigón, como esas plantas que colonizan el minúsculo defecto de una pared lisa y pueden llegar a amenazar su equilibrio. Nos dan miedo esos espacios. También nos atraen. El miedo nos protege, dicen: nos muestra, desde niños, cuáles son los caminos que debemos andar y cuáles no. Pero la atracción por lo que está en el límite es parte de nuestra sustancia humana. Cruzar esas líneas imperceptibles que nos hacen estar a un lado o a otro de la corrección no es siempre una acción voluntaria: no es todo tan fácil como en la visión romántica del que está fuera de la ley y se nos presenta bello en sus acciones.
Una vez que nuestro mismo empuje o el azar o la debilidad nos lleva a ver el mundo desde las esquinas no es nada fácil volver porque allí rigen normas inversas pero efectivas. Es hora ya de que el paseante busque en esos rincones. Quizá allí se encuentre con su propio monstruo. Por ahora, mira la escalera que acaba de descender y no sabe explicarse bien si con temor a no poder volver a subir sus escalones o con la decisión del que no tiene nada que perder. Al final, qué importan ya los motivos.
Y ¿quién marca el límite de lo seguro, lo peligroso, lo moral o lo legal? Las lineas pueden ser muy diferentes para unos y para otros. Y ahí es cuando surgen los problemas. Isabel.
ResponderEliminarexpresas muy bien esos deseos tan complicados que tenemos a veces los humanos y que nos hacen apartarnos del camino preconcebido con anterioridad a la última decisión. Yo ya he traspasado un margen, ya he visto lo que hay al otro lado y, ¿sabes qué?, jamás me he arrepentido, ni un sólo segundo.
ResponderEliminarbicos,
Aldabra
Amasijo de incoherencias
ResponderEliminarNo es posible bajar unas escaleras impunemente. O tropezamos al bajar o nos cansamos al subir.
ResponderEliminarYo también tengo algún texto escrito en relación con el miedo, yo creo que todas las personas sentimos miedo a algo, especialmente a los miedos que son naturales como pueden ser: la muerte, la enfermedad, luego existen otra clases de miedos como pueden ser: la novedad, el temor al ridículo, al qué dirán los demás, éstos últimos miedos los solemos tener las personas tímidas e inseguras.
ResponderEliminarDe todas formas el miedo es una manera de protegerse frente a uno mismo.
Este tema da para mucho comentar, pero ahora dejo paso al siguiente.
Un beso.
Los que viven en las esquinas, en los márgenes son los grandes héroes hoy en dia... Besotes, M.
ResponderEliminarSon decisiones, lo importante es que no moleste a otros
ResponderEliminarUn abrazote
Quizá lo que te hace madurar en la vida y ver las cosas desde otro prisma es traspasar esos márgenes.Creo que lo realmente valorable es traspasarlos , tener el valor suficiente de volver al camino y aplicar todo lo aprendido en ese "otro lado" para hacer ese camino más llevadero para uno mismo y para los que te rodean.
ResponderEliminarUn besito desde mi mundo.
Pese a tener siempre las ideas bastante claras y hacer lo que me ha apetecido, nunca me ha gustado salirme de la normalidad, siempre he intentado hacer las cosas dentro de lo políticamente correcto, aunque a veces la tentación ha estado ahí.
ResponderEliminarAunque como bien dices ¿quién ó qué nos indica lo que está bien ó mal?
No se sabe...
Un beso.
Hay una imagen que yo siempre relaciono con esa lucha entre el temor y la atracción que nos suscitan esos márgenes de los que hablas. La imagen me lleva a la infancia y a mí mismo tapándome los ojos ante una película de mi miedo. Me tapo los ojos con la mano, pero dejo los dedos entreabiertos para seguir mirando.
ResponderEliminarUn abrazo
Rafa
Hola Pedro es verdad lo que dices,es más a veces creo que necesitamos salir de la sujección de esas normas y traspasar ese límite por un momento como para sentirnos libres, y después volver otra vez a esas normas, porque sin ellas tampoco se puede vivir.. Besos.
ResponderEliminarBasta que digan que no se pueden sobrepasar, para que deseemos fervientemente estar al otro lado. ¿Les ocurrirá lo mismo a los del "otro lado"?
ResponderEliminarSaludos
La mayor parte de las veces estamos tan ocupados con otras cosas que no tenemos ni la más mínima consciencia de estar traspasando límites, porque es el fin lo que nos justifica. Cuando podemos planteárnoslo de manera consciente, la cosa se complica. Y en esas ocasiones, me temo que no merece la pena.
ResponderEliminarlos limites nos los ponemos nosotros mismos, seguramente causados por la educación, sociedad y por lo vivido, pero traspasar algunos límites nos podrían destruir, pero algunos tambien nos podrían enriquecer.
ResponderEliminarSolo hay que analizar bien donde nos vamos a arriesgar.
Petonets
Encarna
Buenos días Pedro.
ResponderEliminarPor qué será que nos atraen tanto esos rincones? quizá porque la vida no es ni blanco ni negro. En el fondo todos deseamos conocer lo que no tenemos en nuestra vida controlada.
En algún momento todos hemos de traspasar esa línea a lo desconocido y nos damos cuenta que también nos gusta, que en todos los sitios hay cosas de las que podemos aprender, y que nos enseñan aspectos de nosotros mismos que teníamos escondidos. Lo malo no siempre es tan malo, ni lo bueno es siempre tan bueno. Saludos.
Antonia
Miedos? Sólo comprendo los miedos naturales, como a la muerte, o a la soledad... El resto no creo que sean miedos, sí cobardías.
ResponderEliminarMiguel
Que engraçado...
ResponderEliminarUm dos artigos que pupliquei durante a minha larga colaboração na imprensa local , focava este tema.
Pedro meu, boa semana.
jop!!pero que cierto....
ResponderEliminarlo que si te dire que de vez en cuando es bueno salirse de los marcos... estos en los que vivimos aprisionados....
y como para porner relacion a esto...a veces me siento como una pared blanca recien pintada...que necesita ser garabateada........
Don hermoso le dejo un beso pauste!!
Si pero cuando ya hay los limites impuestos? y estás en proceso de rebasarlos, por que al fín como vas creciendo te das cuenta de que hay limites infantiles, pero también los hay peligrosos.
ResponderEliminarNos gusta arriesgar , pero sin consecuencias.
Un beso Profe
Siempre importan los motivos, aunque a veces no sepamos por qué.
ResponderEliminarDe vez en cuando, es bueno alejarnos un poco de nuestro mundo y meternos en esos rincones. Un saludo
ResponderEliminarLa línea entre la marginalidad y la normalidad es fina y frágil; en cualquier momento puede quebrar y dejar al otro lado a toda esa gente que no puede aguantar la presión que impone el ritmo frenético de esta sociedad tan competitiva. Lo peor de todo es que una vez cruzada esa línea, rara vez se da el retorno. Estoy pensando en la docena de personas que todos los días veo, a cien metros de mi casa, como aletargados por el efecto del alcohol, sin otra ocupación aparente que ver cómo llega la noche y buscar acomodo entre unos cartones, al abrigo de unos abetos tupidos, esperando cómo se presenta el nuevo día . pancho
ResponderEliminarYo siempre he procurado no acercarme a los márgenes por miedo a caerme porque una que es covarde de natural. Te aseguro que me he arrepentido muchas veces de tanta covardía.
ResponderEliminarComo siempre, un placer pasear por
ResponderEliminartu hogar y perderme en tus
escritos... un placer leerte.
Dejo mis saludos.
Un fortísimo abrazo.
Lo que no se puede ni debe es estar al margen de la Ley. Un abrazo.
ResponderEliminarISABEL: en efecto. A veces, quien está fuera es quien cree estar dentro.
ResponderEliminarALDABRA: quizá es porque eras consciente de tus actos. Eso es bueno. Besos.
BIPOLAR: un buen listado de incoherencias, sin duda.
XUANRATA: es lo malo. No estamos hechos para las escaleras, pero nos arrastran.
MARÍA: el miedo puede paralizarnos o salvarnos la vida. Besos.
MERCHE: hay esquinas y esquinas, querida Merche. Algunas son pozos negros en las que nos arrojan. Besos.
MARITZA: Te comprendo, pero nuestras acciones siempre afectan a otros, aunque no queramos. Un abrazo.
VAMPI666: algunas de esas fronteras deben ser vulneradas, en efecto. Besos.
DEPLAZADOS: hacer las cosas siempre desde lo políticamente correcto a veces es hacer el juego a intereses que nos guían. Un beso.
RAFA: eso es: la atracción y el miedo. Un abrazo.
ESTHER: lo malo es que hay caminos con difícil retorno. Besos.
JUAN LUIS: somos eternos insatisfechos.
BRUJAROJA: es una buena reflexión. Hay que pisar los caminos a los que nos lleven nuestros pies, sin darle demasiadas vueltas.
ENCARNA: hay que arriesgar, entonces. Un abrazo.
ANTONIA: en la escala de grises está la vida, tienes toda la razón. Saludos.
MIGUEL: falta de riesgo, miedos inducidos... en efecto.
SAO: ¡qué coincidencia, querida amiga!
SAUVIGNONA: escribamos encima, escribamos. Un beso.
REGGIS: la vida misma es riesgo constante. Besos.
SANDRA: a veces ya ni te acuerdas de qué motivos te llevaron a bajar esa escalera.
D'AGOLADA: porque si no no conoceríamos toda la realidad que nos rodea.
PANCHO: en efecto, en efecto. Qué frágiles son estas fronteras.
EUPHORBIA: a veces la prudencia nos pesa demasiado.
PATRICIA: un placer contar contigo. Un abrazo.
FERNANDO: ¿y cuando todo te ha empujado ya allí?
Un abrazo a todos y gracias por vuestras palabras.
Yo presumo de pasear por el margen, intentando no caerme demasiado.
ResponderEliminarJAVIER: Te sigo, no sé bien desde qué lado.
ResponderEliminarEl que no se arriesga no gana, aunque hay que hacerlo desde la prudencia... dicen :)
ResponderEliminarSoy imprudente y tropiezo y vuelvo a tropezar, casi que le he cogido el gusto, pero algo avanzo, peor es quedarme sentada esperando que las cosas avancen "para" mi.
Besos, niño^^
Interesante reflexión.
ResponderEliminarAmbos lados forman parte de la vida, y yo creo que hay que vivirla conociendo los dos, lo que no implica necesariamente que con ello se perjudique a nadie, si a caso uno mismo, pero eso es lo de menos. Ser siempre correcto conforme a los límites que la sociedad nos impone, y la educación, y la familia, y el municipio, y la madre que los parió, es vivir semiparalizado. Hay que subvertir muchos límites, hay que indagar, hay que experimentar. Es la única manera de saber en qué lugar cada uno quiere estar, cómo quiere vivir y para qué.
Un lado nunca existiría sin el otro, por lo tanto forman un todo que nos pertenece.
Un besazo
acotamos lo que tememos por que el cambio nos asusta
ResponderEliminarDIANNA: dicen. Debemos tropezar, tantas veces... Besos.
ResponderEliminarISABEL: y del que no podemos desconocer una de las vertientes... Un beso.
ISLA: a veces no es que nos asusta, es que ni lo vemos.
Pues que asco, niño, tengo los zapatos hechos un cisco.
ResponderEliminarBesitos sin tropezón :)^^
Las acotaciones que nos imponemos son nuestros propios prejuicios. Más de una vez me he arrepentido de no haberlas traspasado, otras veces me alegro de no haberlo hecho.
ResponderEliminarBesos.
Nina.
quien dice que los margenes, esos limites, nos dan miedo? no, siempre nos han atraido, quizas para andar por fuera de lo establecido o quizas buscando donde no lo hace el resto de la gente.. vete tú a saber.
ResponderEliminarDIANNA: eso es que les has dado mucha vida. Besos.
ResponderEliminarNINA: es curioso cómo vivimos, a veces, estos riesgos. Besos.
METIS: nos atraen, sobre todo, por la necesidad de experimentar y de libertad que tenemos. En efecto, vete a saber.
Cuando marcamos los límites acotamos la libertad...la libertad mal entendida puede ser tu prisión.Un abrazo
ResponderEliminarMANUEL: cuando acotamos la libertad nos restamos vida y comprensión del mundo. Un abrazo.
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