El deseo satisfecho es una falacia. La fugacidad del placer al obtener lo buscado nos instala, necesariamente, en la insatisfacción: deseamos más de aquello que nos produjo unos minutos de goce y ni siquiera nos permitimos disfrutar del logrado, tan vertiginosa es nuestra condición. El deseo no es una finalidad, sino un movimiento hacia algo. El deseo es el viaje, no la meta. La satisfacción, por lo tanto, anula el deseo. Por eso, somos seres insatisfechos con algunos, muy pocos, momentos placenteros. De ahí que muchas terapias, religiones y caminos de meditación consistan en anular los deseos hasta amputarlos porque saben de sus insuficiencias. En algunas corrientes morales al servicio de los poderosos se insiste en que sólo deseemos aquello que esté a nuestro alcance y respetemos lo que no podremos nunca obtener. Sin embargo, suelen olvidar que el deseo también es un camino que puede mejorarnos al necesitar de los otros para satisfacerlos. Qué complejos somos. O qué sencillos.
A pesar de lo contradictorio, la publicidad insiste en prometernos la obtención de nuestros deseos. Quizá porque su retórica se basa, precisamente, en ilusionarnos con mundos que no son posibles. Sin embargo, en ocasiones, la obtención de un deseo nos transporta, durante un momento impreciso, a sitios en los que nos gustaría instalarnos. Como si pudiéramos quedarnos allí, o nos dejaran instalarnos en una tierra que no nos pertenece.
"o nos dejaran instalarnos en una tierra que no nos pertenece" es la mejor parte del deseo....quizas ..porque en mi corta vida nunca supe realmente sobre deseos...hoy ùedo asegurarte que se que estais hablando....o porque quizas solo somo un racimo de deseosos antojos...
ResponderEliminarhermoso te mando un beso desde argentina!
Un día leí: "Ten cuidado con lo que deseas, te lo podrían conceder"
ResponderEliminarMmmm....para que se ande con cuidado uno!
Un Beso
La Reggis
Por desear que no quede, o era por pedir...??? para el caso patatas.
ResponderEliminarMe lo pido.
Toda la razón: el deseo que se satisface deja de serlo, por definición. Afortunada (o desgraciadamente) si algo tenemos los humanos es la cosa de la insatisfacción... así que en cuanto conseguimos lo deseado, deseamos otra cosa. De inmediato...
ResponderEliminar¡Al fin el deseo satisfecho! Al fin llega el momento de un inventar un deseo nuevo. Y esto es lo verdaderamente dificil, porque para verlo satisfecho basta un instante de debilidad.
ResponderEliminarCuando uno logra algo que le satisface siempre quiere más, ya que ha encontrado el camino de la felicidad y le asusta abandonarlo. Lo mejor de un deseo es que se cumpla, pero casi siempre hay un matiz de imperfección en la aventura y uno lucha por insistir, insistir...
ResponderEliminarSí, quizá la satisfacción del deseo resulte efímera, sobre todo si uno no se plantea volver a experimentar con aquello que ha deseado y le ha satisfecho, pero creo que sentirse pleno y satisfecho después de ver cumplido un deseo, nos enriquece porque siempre queda un poso del que no podremos desprendernos nunca, y nos aporta una experiencia que nos marcará muchas pautas para otros momentos. No puedo concebir la vida como un cúmulo de deseos satisfechos de usar y tirar. La insatisfacción no creo que sea producto del supuesto vacío que produce un deseo satisfecho, sino el todo lo contrario, el no saber valorarlo, el miedo a no poder repetirlo o a no encontrar un nuevo deseo que nos satisfaga. O el miedo a no conseguir ser objeto de deseo para otros.
ResponderEliminarHay demasiado fatalismo en este comentario, Pedro. La vida no es tan complicada (que lo es), pero a veces nos la complicamos nosotros mismos más de lo necesario, y tendríamos que preguntarnos por qué.
Besos,corazón.
El deseo es el viaje y no la meta.
ResponderEliminar¿Es lo que nos quiso decir Kavafis?
¿Que no tuviéramos prisa en llegar?
Pues discrepo contigo, yo no creo que el deseo sea una falacia, al contrario, aún cuando llegues a satisfacerlo, no creo que se acabe ahí. Normalmente (no digo que no existan excepciones) pero el deseo sigue, con más intensidad si cabe.
ResponderEliminarVeo que no descansas... Besotes, M.
Cuánta razón tienes hoy, Pedro. Ahí radica el problema de buscar la felicidad y no acabar de encontrarla. Vivimos anhelando el deseo que siempre está un paso por delante y menospreciamos lo que podríamos disfrutar más y que tenemos al lado. Somos seres que nos ponemos metas, a veces inalcanzables, y nos desesperamos si no llegamos a ellas pero, si llegamos, las subestimamos.
ResponderEliminarHay tormenta esta madrugada aquí en Barcelona, espero que no dure, me intranquilizan los rayos y los truenos... Un beso.
Que lastima que exista tanta diferencia entre deseo y objetivo,
ResponderEliminarquisiera con solo desear poder alcanzar
Un abrazo
¿Y el gustazo de decir que has conseguido lo deseado independientemente de si nos cansamos pronto de ello?
ResponderEliminarEso no te lo quita nadie.
Un besazo.
Quizás nadie nos ha enseñado a disfrutar del premio, sólo a padecer con la carrera y sólo estemos acostumbrados a eso, desde niños luchamos por aquel juguete para que nadie nos lo quite y cuando lo tenemos ya no lo queremos, creo que debemos apreciar más lo que ganamos, o deseamos y conseguimos y dejaremos de ser unos insatisfechos Un saludito.
ResponderEliminarDesear siempre algo no es malo. Te hace mantenerte ilusionado, mejorar en algunos aspectos y esforzarte en otros. Lo malo es cuando persigues cosas inalcanzables y te obsesionas con ello, pues provoca sentimientos muy negativos para la persona. Besos Isabel.
ResponderEliminarSAUVIGNONA: con la edad no sabes más de deseos, sólo aprendes a conocerte y a darte cuenta cuándo y cuánto te hacen daño. Besos.
ResponderEliminarREGGIS: la concesión de los deseos puede ser una carga, en efecto. O no. Besos.
MAFALDIA: Te lo concedo.
BRUJAROJA: cuántas cosas buenas tiene la insatisfacción. Cuántas cosas malas. Así somos.
XUANRATA: debibilidad cómoda y automentirosa. Seguiremos con el deseo, no obstante.
DEME: cuando se cumple se anula. Si el deseo es capricho, vale, pero si es esencial insistiremos. Seguro.
ISABEL: ahí está la clave, que nos la complicamos. Esta especie es así. Por eso debemos desaprender estas partes de lo humano. Besos.
ANTÒNIA: A Kavafis le dediqué, a sugerencia de una amigo, un cuento, que puedes encontrar en la columna de la derecha: "Llegar a Ítaca (Kavafis cumplido)". Quizá te interese.
MERCHE: siento mucho decirte que no discrepas sino que decimos lo mismo: el deseo no es una falacia, sino su satisfacción, que nos lleva a mayor intensidad.
Qué haría yo sin vosotros. Besos.
EUPHORBIA: en efecto, el deseo siempre está un paso por delante. Aunque corramos. Esta madrugada de tormenta, qué intranquila. Besos.
MARTIZA: a veces la inmediatez de la satisfacción no es buena. Piénsalo. Un abrazo.
DESPLAZADOS: ¡ah, pero qué fugaz disfrute! Un beso.
VAMPI666: nos han malcriado, en efecto. Un saludo.
ISABEL: Cuánta razón tienes. Besos.
Gracias a todos por vuestras palabras.
Pedro: no sé si es casualidad o causalidad.
ResponderEliminarA ver que te parece esto:
"...cuando vemos que una cosa tiene su causa en sí misma, goza de una existencia que no se extingue jamás; pero si la tiene en algo distinto, cesará cuando cese la causa de que depende."
Es de Ibn Hazm en su reflexión sobre la esencia del amor en un libro que me agencié el viernes pasado.
El deseo no es adjetivable, clasificable, es el fín en sí mismo. no sé si me hago entender o me estoy liando.
Creo que a veces utilizamos la expresión "deseo" queriendo decir "ambición", palabra mucho mas material, humana y manejable.
El deseo siempre nos supera, siendo el auténtico motor del mundo.
!Me encanta esta serie¡
Un beso muy grande.
Concha.
Lo que a uno le sorprende de los modelos expuestos en la publicidad, es que estas personas no son las que se encuentran habitualmente en nuestra vida cotidiana.
ResponderEliminarPor eso la comparativa con lo que tenemos en casa. Es una idealización engañosa.
Lo que más me sorprende es que para productos cuyo destinatario es la mujer (pero que admiran el género masculino), se utilicen unas modelos tan exhuberantes. Pero ¿cómo me va a quedar a mi ese conjuntito como a esa señora si carezco de sus atributos? Es que no es real.
Sí creo que es una falacia. Y todo este mundo publicitario es sexista y engañoso
Pero para eso nos dieron las entendederas.
El deseo nos proyecta hacia adelante, y siempre eso es positivo, cuando se ha satisfecho.. a desear otra vez.
ResponderEliminarBesos
Encarna
Al igual que los pájaros se reúnen en la copa de los árboles por la noche y se dispersan en todas direcciones al alba, los fenomenos son impermanentes. La impermanencia es un principio de armonía, cuando no luchamos contra ella estamos en armonía con la realidad.
ResponderEliminarEsto es fundamental entenderlo, para poder comprender a un mismo tiempo, por qué todo es tan efímero.
Somos presa incesante de influencias exteriores, de las tendencias habituales del condicionamiento, los grandes maestros lo comparan con la llama de una vela en el hueco de una puerta, vulnerable a todos los vientos de las circunstancias.
Diriase que estamos dormidos, que vivimos un sueño y que no sabemos salir de él
Saludos
Buenísima y totalmente cierta tu exposición Pedro.
ResponderEliminarEste sábado pasado hemos cenado con el jefe de mi marido y éste decía ser un incondicional de los EE.UU, después de darnos doscientas razones del por qué, yo le dije (sabiendo de sus posibles) que por qué no vivía allí si tanto lo deseaba, entonces él contestó "una cosa es desearlo y otra realizar lo que se desea, me gustan demasiado las tapitas, las cañitas, mi barrio, el futbol...". Entonces pensé en La Acequia y en la casualidad.
¿Puede ser que a veces no queramos cumplir voluntariamente nuestros deseos porque acabarían frustándonos o haciéndonos infelices?.
Besos.
Nina.
no me hables de deseos ahora.. por culpa de ellos ahora ya no tengo metas.
ResponderEliminarPedro, he leído el cuento y me ha gustado como parafraseas el poema de Kavafis. Es anterior a tu serie sobre monstruos. Déjame decir que como dice el poeta no los hallarás si no están en tu interior.
ResponderEliminarSaludos mojados, ha estado lloviendo toda la mañana.
Yo me quito la celada, si es posible, ante esta reflexión sobre los deseos y su satisfacción, que suscribo y me dispongo a ser nombrado caballero ante Ud, Sr de la Acequia.
ResponderEliminarDigo yo, que esta búsqueda por satisfacer nuestros deseos, bien puede ser beneficiosa si se canaliza en un deseo por superar las injusticias del mundo y los desequilibrios sociales, pues la satisfacción total de este deseo tardará mucho en cumplirse y no tendremos que ir pensando en un nuevo deseo de momento. pancho
eso depende del deseo, o no?
ResponderEliminares verdad que el deseo es el viaje, el camino y no la meta... gracias a él nos superamos e intentamos ser mejores... (al menos muchos)... y también que a veces el placer del deseo satisfecho es efímero... ¡¡pero que inmensidad nos reportan esos pequeños momentos!! y sobre todo, la satisfacción de poder decir: lo hemos conseguido... para mí lo más importante, el saber que somos capaces de llegar, con esfuerzo o sin él...
ResponderEliminarcon esa idea emprendí hace años el Camino de Santiago en bicicleta, desde Piedrafita... mi experiencia era casi nula y mis posibilidades pocas... el segundo día (fueron 4 etapas) inicié el camino llorando, de angustia de dolor de no saber todavía muy bien lo que buscaba... pero al final llegué... y eso me demostró a mí misma que si había conseguido ese camino, también podía conseguir otros en el futuro.
esa es mi fe.
bicos,
Aldabra
Mi querido Pedro, he vuelto a leer tu artículo porque, si ves la hora que publiqué mi comentario, me acababa de despertar y mis neuronas (si las tengo...) aún no estaban encajadas. Vale, me comí lo de "satisfecho" pero ¿por qué "la fugacidad del placer al obtenerlo nos instala necesariamente, en la insatisfacción"? ¿¿¿¿POR QUÉ????
ResponderEliminar¿Por qué, necesariamente, tiene que ser insatisfactorio? Igual es de lo más satisfactorio entonces el deseo se exalta aún mas...hasta el próximo encuentro. Querido, te veo MUY negativo. Deja que la acequia te lleve suavemente a su cauce (y, no te comas tanto EL COCO que no ayuda nada a tus dolores de cabeza). Besotes, M.
totalmente de acuerdo...siempre he pesnado que nunca estamos contentos con lo que tenemos. Si poseemos un status de vida determinado siempre deseamos el inmediatamente superior y asi sucesivamente..por lo que como bien dices el deseo siempre se queda en el camino...saludos
ResponderEliminarDesear algo
ResponderEliminaro desear a alguien.
¿Es el deseo ansia?
Si así es yo no quiero desear
ni sentirme deseada.
A veces pienso que ser objeto de deseo es eso, cosificar a las personas.
Detrás del deseo hay mucho de egoísmo, y de debilidad.
¿Hay necesidad de cubrir un vacío a costa de que otro satisfaga aquello que yo creo desear?
Sí, somos complicados y sencillos a la vez.
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Siento que prefiero ESTAR contigo a desearte, ESTAR y después lo demás tal vez venga por añadidura.
Prefiero disfrutar de ti, de tu presencia, de tu ausencia, de ti en toda su amplitud, simplemente (o no). Pero no, no quiero desearte con la idea del deseo como algo a alcanzar. Tampoco quiero que tú me desees.
A veces detrás del deseo dirigido a otro hay un sólo y solo deseo dirigido a uno mismo.
A veces el deseo es el onanismo proyectado en el otro.
Es como una retrospectiva de Ítaca (Kavafis) cambiando un poco el tema
ResponderEliminarBuenas tardes Pedro.
ResponderEliminarCuanta razon.....
Mi deseo satisfecho, es ahora, poder reflexionar sobre lo que escribes, es real, agradable, sin marketing.
Saludos cordiales.
Jesus
CONCHA: Casualidad, pero no tanta. La reflexión sobre el deseo ha sido constante en muchos artistas y pensadores y seguirá siéndolo. En efecto, el deseo tiene muchos nombres y muchos aristas. Me alegro de que te guste la serie. Un beso.
ResponderEliminarBIPOLAR: ya ves, cómo juegan con nosotros. No estoy muy seguro de las entendederas porque muchas mujeres siguen comprando esa ropa a la que haces referencia -son pocos los hombres que regalan lencería (qué palabra más vieja)- pensando que son iguales que las modelos. Si supieran que no son iguales sino mejores...
ENCARNA: nos mueve, en efecto. Es el motor de nuestro progreso. También de nuestros fracasos. Besos.
TARA: no sabemos, no. Tampoco nos lo ponen fácil y nadie nos educa para usar nuestra libertad en esto. Saludos.
NINA: sólo una cosa sobre el jefe de tu marido: son demasiado cómodas sus razones, suenan a excusas. Y, como insinúas en tu pregunta, a miedo al fracaso y a la decepción. Besos.
METIS: quizá ahora, sin esos deseos, estés en mejores condiciones. Aunque ahora mismo no lo veas.
ANTÒNIA: gracias, aun los estoy buscando. Saludos: no te olvides el paraguas.
PANCHO: queda armado caballero. En efecto, el impulso del deseo puede ser positivo y mejorarnos.
REGGIS: sí. Y de nosotros.
ALDABRA: deseo con voluntad y constancia. Luego, siempre, eres mejor. Besos.
MERCHE: por eso mismo, porque nos lleva a más. Esa insatisfacción es el origen de un nuevo deseo. Si ella, tenga la fuerza que tenga, no existe. Ya sabes que aquí le buscamos la vuelta a todos. Besos.
MANUEL: condición insatisfecha la del ser humano. Saludos.
PILAR: Tienes razón, pero se te olvida lo primarios que somos. Y lo inevitable. Hablaré, uno de estos días, del deseo maduro.
DARGOR: eso mismo.
JESÚS: gracias por tus palabras. Saludos.
me haces pensar en lo efímero del deseo, pero, al mismo tiempo, en lo placentero que resulta. Un abrazo.
ResponderEliminarSí, buscamos tres pies al gato... Besotes, M.
ResponderEliminarFERNANDO: quizá es placentero por efímero. No sé. Quizá. Un abrazo.
ResponderEliminarMERCHE: ¡con lo fácil que podría ser todo, cómo lo complicamos! Besos.
Querido lo complicamos todo porque lo analizamos todo en demasía, queremos diseccionar el más mínimo sentimiento, el más mínimo deseo. ¡Olvidate! Simplemente hay que dejar que las aguas sigan su curso de una forma natural, sin complejos, sin ataduras, sin convenciones estúpidas, sin sentimientos de culpa. En resumen, hay que VIVIR. No te olvides que solo tenemos UNA vida, la actual. Despues no sabemos lo que nos espera... Besotes, M.
ResponderEliminarNo llegó mi comentario.
ResponderEliminarLas fotos excelentes.
Cuando el deseo es conseguido, no hay tiempo de disfrutarlo pues somos instados a ir en busca de otro más inalcanzable.
MERCHE: En lo que dices tienes razón, mucha razón. Besos.
ResponderEliminarJAVIER: no, no llegó. Lo siento. Nos empujan a ser insatisfechos permanentes. Bueno, no necesitan empujarnos mucho...