miércoles, 28 de mayo de 2008

El deseo acumulado.


A veces los deseos se engarzan como las cerezas y es imposible entresacar uno sin arrastrar otros. El deseo múltiple y desordenado nos lanza hacia una vorágine que puede hacernos mejores si sabemos gobernar la espiral a tiempo o llevarnos hacia el coleccionismo consumista; que puede perfeccionarnos por dentro o lanzarnos a una carrera cuyo fin ya ni siquiera es la satisfacción de nuestros deseos sino la mera propiedad de las cosas y las personas sólo porque las deseamos en algún instante (hasta el momento justo de poseerlas) del que puede que ya ni nos acordemos o porque las desean los otros y corremos ansiosos a ser sus primeros dueños: entonces las mostramos impúdicamente, con exhibición de nuestro poder, ordenadas en vitrinas y pedestales.
Además, casi siempre de forma equivocada, pensamos que, para alcanzar el más preciado, debemos acumular objetos que nos hagan obtenerlo, sin darnos cuenta de que todo es ficción gobernada por otros, juego de reflejos y espejismos que nos dejan exhaustos y en los que gastamos, de forma estéril, la vida.
Y, cuántas veces, sin que sea nuestra intención, prostituimos lo que nos parecía el objeto más puro de nuestros deseos sólo porque queremos presentarnos dignos de él atesorando antes el mundo entero y lo tasamos en mero valor económico cuando hubiera bastado con llegar, humildes y sin nada en las manos, y susurrar las palabras exactas en su oído.

39 comentarios:

  1. Los espejismos solo engañan a quien quiere ser engañado.

    Malformación de la esperanza

    ResponderEliminar
  2. Esa es la realidad Pedro... una sociedad puramente consumista, que no entiende de valores... solo el del dinero y el de tener y tener y tener.
    "Cuanto más tienes tanto vales"...buenas noches

    ResponderEliminar
  3. Y el poder???? es tan erótico como dicen????

    ResponderEliminar
  4. Querido Pedro, me tienes anonadada. Estos posts del deseo son estupendos. Este en concreto me encanta, está escrito con un ritmo que enlaza muy bien con el título. Este posts te lleva a la vorágine hasta que acabas de leerlo para querer volver a empezar... Y las fotos... Has tenido una idea magnífica.

    Y seguro que quedan más deseos ¿a qué sí? Tal vez algún día empiecen a salir esos oscuros y escondidos y tal vez a la vista de los demás ya no parezcan tan oscuros y ya pierdan en sí mismos esa propiedad que los hacía deseables.

    bicos,
    Aldabra

    ResponderEliminar
  5. En defnitiva, a veces (o muchas veces) nos equivocamos. Hay que dar valor a las cosas, aunque sean pequeñas o modestas. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  6. Desea lo que tienes y no sedees lo que no tienes,así encontrarás una verdadera plenitud.Niños viejos y vagabundos ríen fácilmente y de buena gana,no tienen nada que perder y esperan poco.En la renuncia hay una deliciosa sabiduría de simplicidad, de paz profunda.De la posesividad nace la carencia,del desapego la
    satisfacción.
    La ironía consiste en que, una vez obtenido el objeto de nuestro deseo, sigamos sin sentirnos satisfechos,la codicia no tiene límites es una fuente de problemas.
    Acumulemos todo aquello que no pesa,aquello que se pueda guardar en el alma, aquello que cuanto más se da más se tiene... amor y compasión,en definitva es lo único
    que nos llevaremos.
    Saluditos

    ResponderEliminar
  7. es la mas triste realidad...




    besitos desde mi isla,,,

    ResponderEliminar
  8. Excelente descripción del materialismo desaforado en el que estamos inmersos, cuando un simple susurro al oido basta y sobra. Besotes, M.

    ResponderEliminar
  9. Hola Pedro. Nos encanta consumir y a veces nos parece que llenamos los vacíos de esta manera, embutiendo armarios con ropa, por ejemplo. Quemar la visa no sirve para nada, los huecos del alma siguen ahí.

    Por alguna razón somos unos acaparadores, coleccionistas compulsivos. Te lo dice una ex-coleccionista, que al igual que los ex-alcohólicos no puede bajar la guardia.

    Que tengas un buen día.

    ResponderEliminar
  10. Ella decía que él la amaba, él la llamaba mi pequeño tesoro, bella lucía en un pedestal, miraba a su dueño y en sus ojos le fascinaba brillar... Hasta que se apagaban las luces, y ella decía que por fin se respiraba paz... con los años la paz se llamó soledad, luego se llamó abandono... lo último que dijo “ una triste y vacía vida en soledad”.
    Hace poco hablamos, la vi tan hermosa, él era más joven, la miraba como si en sus ojos le encantara brillar... “Le he dicho que lo amaba... mi deseo pudo más... Qué hacer, es la vida, es el ritmo... qué más da...”

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  11. Aún llevamos (y llevaremos) con nosotros el instinto recolector. ¿qué es si no este afán mío de la fotografía sino un puro reflejo del gesto que arranca la baya? Y de ahí también el gran éxito de las grandes superficies de autoservicio, donde se explota hábilmente la ficción del hallazgo. La acumulación previene la escasez, sí. Lo que ocurre es que en nuestras sociedades postindustriales la escasez ya no es producto de la falta de alimentos sino del exceso de apetito estimulado por la lluvia de vitaminas que nos empapa.
    Y es cierto que con la acumulacion de los objetos (ni siquiera es necesario que sean valiosos) vamos creando la pirámide en cuya cúspide nos mantenenmos a duras penas. Solo que no nos damos cuenta de que esa pirámide es una pirámide invertida.

    ResponderEliminar
  12. Esto si que es deseo llevado al estado límite. Sobre todo, la parte final. Besos Isabel.

    ResponderEliminar
  13. No tienes perdón, entro en tu acequia a refrescarme y me pones la cabeza como un bombo, como decia mi madre, jejeje.
    Deseos?? uhmm supongo que tiene mucho que ver con el institnto ese al que yo creo que no hemos renunciado por mucha razon que se nos achaque a la raza.
    saludos brujos

    ResponderEliminar
  14. El consumismo desmesurado que acaba consumiéndonos a nosotros, Pedro.
    Siempre queremos más, más, más....
    Nunca estamos conforme con lo que tenemos.
    Un besazo

    ResponderEliminar
  15. "Como un susurro que recorre la ciudad
    Así me llega el recuerdo de ti.
    Una luz que se quiebra en la oscuridad
    Un gemido que rompe el silencio.
    Como el aire te quiero para respirar
    Sin tus ojos mi vida no brilla."

    Lalalaalal :))

    Me gustan los susurros, me gusta susurrar, a la mierda el consumismo!!

    Besos susurrantes shhhh^^

    ResponderEliminar
  16. Es asi consumimos lo que vemos y todo el tiempo estamos deseando cosas...pero mi cuestion es: prefiero deseae algo..lo que fueses... porque al momento de apropiarnos de algo que tanto deseabamos el sentimienyo ese (el de deseo) cambia pasa a otra faceta....y de admirarlo y DESEARLO pasamos a tenerlo y MEZQUINARLO...venerarlo ...se entiende?...quizas suene como a castigar a "la caja llena de deseso..bajo siete llaves"..pero es asi...
    un gran saludo!

    ResponderEliminar
  17. Me enorgullezco de no tener este tipo de deseos, y, no por autoconformismo y aceptación de mi realidad, sino por convencimiento.
    Genial esta trilogía... ¿hay más?
    Besos
    Encarna

    ResponderEliminar
  18. Deseo acumulado, como los planos de esta foto donde los deseos traspasan lo material, para alojarse en ese cielo, cumuloso, que parece sustituir los pensamientos de la chica más famosa de La Acequia, acaparadora de todos los postes publicitarios con cristales de esta madrasta España. ¿Qué fue primero la foto o el texto? ¡ Qué bien lo has hilvanado! pancho

    ResponderEliminar
  19. DARGOR: a veces, hasta sin querer. Nuestos sentidos son débiles.

    MANUEL: el vil metal...

    BLOGOCHENTA: dicen que sí... debería dedicarle una entrada.

    ALDABRA: gracias por tus palabras. Sí, quedan. Claros y oscuros. Seguiré con ellos... Besos.

    FERNANDO: casi siempre... Un abrazo.

    TARA: Así somos. Y más en este mundo occidental, en el que es tan difícil renunciar. Saludos.

    TURKA: Bienvenida a La Acequia. Espero encontrarte por aquí en próximas ocasiones. Un saludo.

    MERCHE: un simple susurro y una mirada. Besos.

    EUPHORBIA: siguen y son muy dífíciles de llenar. No la bajes, hay demasiadas tentacioens. Un buen día también para ti. Sigues madrugando.

    PATRICIA: historia cierta, en efecto. un abrazo.

    XUANRATA: pirámide invertida por la que nos deslizamos... Qué razón tienes.

    ISABEL: al límite, en efecto. Besos.

    CUENTOSBRUJOS: usamos poco el sentido común. Saludos.

    DESPLAZADOS: nos devoraremos a nosotros mismos a no tardar. Un beso.

    DIANNA: ¡A la mierda! Besos.

    SAUVIGNONA: se entiende a la perfección. Sería un camino. Saludos.

    ENCARNA: suerte que tienes. No es una trilogía, ya van publicados, con éste, 14 textos sobre el deseo. Pincha sobre la etiqueta "deseo" que hay debajo de la entrada o en la columna de la derecha. Y seguirá... Besos.

    ResponderEliminar
  20. PANCHO: qué bien lo has visto. Faltaría hablar de la casa en construcción que se ve en el reflejo, otra de nuestras acumulaciones de bienes. La foto. Un abrazo.

    ResponderEliminar
  21. Jajjaja, (a la mierda :)) te linkeé para que vengan a ver tu serie sobre el deseo :)

    Te dejo dos webs que encontré de dos artistas muy cercanos a mi, aunque supongo que a uno le conoces.

    http://www.miquelbarcelo.info/index.php#

    (en el apartado esculturas)


    http://www.mnicolau.com/pedroflores.htm
    (este es el del 69 jajaja, digo 66 de piedra)

    Espero que te gusten ;)

    ResponderEliminar
  22. Me quedo con las nubes de la foto.
    Son cúmulos?
    Relleno mi boca de algodón de nubes.
    De deseos acumulados.
    Pero, quiero digerirlos y quedarme sólo con un par de ellos.
    Ya sabes, por desear que no quede.
    Otro piquito. (¡uy!)

    ResponderEliminar
  23. DIANNA: Gracias. A Miquel Barceló lo admiro y debería hacerle una entrada. Al del 66 no, pero voy a verlo.

    PILAR: que no quede. Desea, con o sin algodón de nubes. Otro.

    ResponderEliminar
  24. Pedro, sí sigo madrugando, pero esto lo tengo que solucionar sino se me pasarán las noches de claro en claro y los días de turbio en turbio... Por cierto, hoy jueves, a parte de paella, toca Quijote... A lo que iba, esta mañana me he olvidado de comentarte que me ha gustado mucho la foto de esta entrada, con tanto reflejo, es realmente confusa, ¿está hecha desde un tren, o desde fuera? no sé, tiene algo.
    (voto por la entrada de Miquel Barceló, a mí también me gusta).
    Un beso de media tarde

    ResponderEliminar
  25. Oh! Os espanhois!!!!!!!!!!

    ResponderEliminar
  26. EUPHORBIA: paella y Quijote. Buena combinación. Yo he tenido arroz con champiñones. La foto es de una marquesina de autobuses, como muchas de esta serie. No está editada con ningún programa, nunca lo hago. La subí tal y como la hice. Está tomada desde fuera de la marquesina, buscando los reflejos de las nubes sobre la frente de Irina y de las casas en construcción para jugar con todo tipo de deseos tal y como digo en la entrada.
    Tardaré en hacer la de Barceló, tengo que encontrar el tema. Pero lo haré.
    Besos.

    MAGUI: no pensaba haber sido tan tópico, sino todo lo contrario. Pero quizá...

    ResponderEliminar
  27. Pedro Ojeda Escudero, voy a intentar la loca aventura de ir a ver a Barceló , vive a 15min. de mi casa, tenemos amigos comunes, le haré fotos con el movil ;))
    Ya te contaré si lo consigo.

    ResponderEliminar
  28. Los colchoneros deseamos ganar una Liga ......

    un abrazo.

    ResponderEliminar
  29. Los deseos, en principio forman parte
    del futuro, los deseos son únicamente
    lo que realmente nos queda del presente. Una vez realizados en el presente, únicamente son humo del tiempo, tiempo que és intangible, como máximo podrán generar nuevas
    espectativas, pero lo que queda únicamente és el deseo que si existe
    és absolutamente banal... pero esencial.

    ResponderEliminar
  30. FERNANDO: ójala se os logre, aunque ya sabes que hay equipos abocados a la insatisfacción como parte de su esencia... Suerte.

    CARLES: Bienvenido a La Acequia. He intentado devolverte la visita pero tu perfil no remite a ningún blog. Espero verte más por aquí.

    ResponderEliminar
  31. yo había dejado algo por ahí, otra vez se lo ha debido llevar el espacio virtual, como tantas y tantas cosas que debemos decir y no decimos... un besito, un abrazo, un susurro que por inesperado colman todo, no por no querido sino porque pensamos que quien nos quiere no nos lo puede dar, ¡qué sorpresas son las mejores! no tienen precio, no se pueden valorar

    ResponderEliminar
  32. MAFALDIA: no, no llegó. ¿No lo susurrarías en otro oído? En efecto, son las mejores sorpresas.

    ResponderEliminar
  33. Es que muchas veces nos dejamos llevar por el materialismo, la frivolidad, la superficialidad...elementos todos detestables, pero que se nos pegan, al menor descuido, como garrapatas!!
    Lo mejor es ser auténticos, y que nos quieran o acepten por lo que realmente somos.

    ResponderEliminar
  34. CHUQUIS: pero en estos tiempos y estos sitios va siendo difícil...

    ResponderEliminar
  35. Somos humanos.. y por ello deseamos ansiamos.
    Bendita libertad de pensamientos..

    abrazos.

    ResponderEliminar
  36. Que bonito, un texto magnífico.
    Dominados por el coleccionismo consumista y el tener más que los otros, el aparentar.
    La foto con esos reflejos y esos múltiples planos como deseos, es soberbia.

    ResponderEliminar
  37. Muy gráfico "cerezas engarzadas"

    ResponderEliminar
  38. PIER: que sigamos siendo libres. Abrazos.

    JAVIER: vivimos en un mundo de apariencias, querido amigo.

    BIPOLAR: cerezas amargas, a veces.

    ResponderEliminar

Un ataque masivo de spam me ha obligado a anular la posibilidad de comentarios anónimos en contra de lo que siempre ha ocurrido en La Acequia. En cuanto pueda solucionarlo, volverá a ser posible comentar de forma anónima.