Qué necesario es el invierno o este otoño último que por aquí ha venido con nieblas, frías y persistentes. Con la de hoy, el sol no ha podido. Salgo al campo, nunca se sale solo: se lleva uno consigo para conversar. Hacía tiempo que no podía calzarme las botas. Me senté en una esclusa de la acequia a servirme el café del termo, con los pies colgando hacia el cauce seco. En el silencio de la niebla, el graznido de una corneja, posada allá, en un chopo desnudo. ¿Buen o mal augurio? La charla se hizo lenta. No hay prisa hasta llegar a esa parte en la que ya no conozco las réplicas.
Avanza, siempre hay que avanzar.
ResponderEliminarAcequia seca, niebla y corneja. Menos mal el calor del café.
ResponderEliminar... porque para andar conmigo, me bastan mis pensamientos.
ResponderEliminarGosto de te ler, mas dispenso a névoa e o frio ......
ResponderEliminarQuerido amigo, alegre quadra festiva e harmonioso Natal em companhia de quem amas!
Fuerte abrazo.
Nunca salimos solos, tratamos de escuchar la voz del paisaje, ponemos atención y aquello se convierte en un diálogo creativo.
ResponderEliminarSaludos
Francesc Cornadó
Y mientras te leo, te voy reconociendo en la niebla de tu propia mirada.
ResponderEliminarBesos