Hay un momento del día que ya es mañana. De la misma manera, hay días que son ayer de forma insistente y testaruda casi toda la jornada. De vez en cuando surge un hoy y hay que tomarlo como un trébol de cuatro hojas.
Velamos a los difuntos para no reconocernos en ellos.
¿Existiría yo sin ti?
Me dejaste la costumbre de asomarme a todos los edificios en ruinas. Paseo entre los escombros como si escribiera mi autobiografía.
Vivimos de los recuerdos y de las esperanzas. Efectivamente, el hoy se nos evapora sin darnos cuenta.
ResponderEliminarCreo entenderlo, con esfuerzo.
ResponderEliminarA ver si hoy es hoy. Los edificios en ruinas cuentan mucha verdad del pasado y también del presente, aunque los velen, con velo, chapuceramente. Tu padre te enseñó bien.
ResponderEliminarAlgo deben tener los edificios ruinosos que ejercen poderosa atracción sobre algunos de nosotros. Dejo abierto el campo de sugerencias, reflexiones o relaciones subliminales que la mente establece con lo ruinoso o lo abandonado.
ResponderEliminarTodos temos memórias marcantes de outros tempos...
ResponderEliminarBeso, querido amigo.
Las ruinas nos dan unas lecciones para ir entendiendo del presente.
ResponderEliminarSaludos
Francesc Cornadó
Siempre es hoy, de hecho jamás es mañana, porque aun no ha llegado, ni ayer, porque ya pasó ; ) Recuerdo que a mi abuelo le encantaba inspeccionar todas las obras que se hacían en la ciudad, pero ¿las ruinas?..Croe que necesitas un reconstituyente, siempre que me acerco a verte está alicaído, venga! ánimo, aun estamos en primavera, aunque parezca verano, pero desde luego ahora mismo, es este instante, agárrate a los tuyos ; )
ResponderEliminarUn beso
Me gustan los tréboles de cuatro hojas, es lo único cierto.
ResponderEliminarEl pasado a fue y el futuro no es aun.
Los velamos para despedirnos y a veces, ni eso.
¿Lo haría yo sin ti? (En realidad, todos estamos conectados, aunque con intensidad variada, claro.)
Mejor asomarse a uno que estar en él al momento del derrumbe.
Besos
Un trébol de cuatro hojas: uff eso es un milagro y eso que dicen que los han encontrado con 56 foliolos.
ResponderEliminarCon un antes y un dudoso después:vivimos en una constante pregunta...
Un abrazo
Esos "tréboles de cuatro hojas" dan sentido a la vida y de qué manera...Yo los busco, aunque en el asfalto urbano escasean...por no decir que están ausentes...
ResponderEliminarLa mayoría de nosotros no somos más que edificios en ruinas intentando mantenernos en pie un día más. Esa es nuestra biografía.
ResponderEliminarSaludos,
J.
La paradoja de nuestros días, en que se nos invita a vivir más el ayer o el mañana que el hoy. Tú lo vas consiguiendo, creo.
ResponderEliminarUn abrazo
Hay un tiempo convencional que de una forma y otra, las personas vamos aceptando, pero el que en realidad importa, es el que transcurre en nuestro camino, del día a día.
ResponderEliminarDepende del difunto o difunta y nuetra relación con él o ella.
Ese "ti" es el que tiene la respuesta.
Todas la personas importantes para nuestra vida, dejan sus huellas.
Besos