Recuerdo la sombra de un chopo sobre una pared de ladrillos y unas persianas alicantinas de madera pintadas de verde, un número de teléfono al que no llamo desde hace tiempo a las nueve de la noche; recuerdo oficios desaparecidos y el olor de la vaquería del barrio, a unos obreros encargándome ir a por una botella de vino al bar cercano a cambio de la vuelta; recuerdo el olor bravo de las noches de verano y las chicharras. Estoy dispuesto a despedirme de lo que soy, pero no quiero despedirme de un puñado de besos, de la floración de los cerezos del Jerte, la dulce ansiedad del azahar y el sabor de las flores de la acacia. Me agarro al mar que nunca volveré a ver, a los atardeceres desde la sierra, una pareja de golondrinas entrando a través del balcón abierto, unos ojos verdes, los vencejos, el nudo que entrelaza las piernas. Me sostengo en el filo de las cosas que no me pertenecen, entre la soledad. Más allá todo es ruido vano, estéril.
Algunas noches rompen en espuma
- más allá, lo sabemos, hace frío-.
En los días de naufragio, doblar cualquier esquina te expone a todo el frío.
¿Dónde recogerse en un día, o varios, de naufragio? ?Acaso no somos de condición náufraga?
ResponderEliminar¡¡Joder, pues si que estas alegre.!!
ResponderEliminarSon la balsa de los naufragios. No te despidas nunca del amor y la belleza. Y si vienen envueltas en poesía, será aún mejor la balsa, más resistente. A ellas.
ResponderEliminarHay situaciones que nunca se olvidan, pero con el paso del tiempo, la herida cicatriza para poderla mirar, con algo más de distancia, aquello que ya pasó.
ResponderEliminarBesos
Solo con que te agarres a "un puñado de besos, de la floración de los cerezos del Jerte, la dulce ansiedad del azahar y el sabor de las flores de la acacia" es imposible que naufragues, en todo caso, de suceder, te servirán de flotador mientras llegas a tu isla ; )
ResponderEliminarUn beso y ánimo, llegarás ; )
Me encanta tu prosa poética y lo que expresa. Te felicito. Deberías escribir un libro, si no lo has hecho ya. Te sobran méritos.
ResponderEliminarSaludos cordiales
Hoy es triste tu prosa. Estos días que todo el mundo parece empujar para que pasen y llegue la primavera, cuando todavía es invierno. Casi parece, el invierno, una anécdota de televisión.
ResponderEliminarUn abrazo