jueves, 10 de septiembre de 2020

Si apuestas la vida, la pierdes sin remedio


Hay días tan extraños que, si apuestas
la vida en ellos, pierdes sin remedio.
Días en los que vuelves a tu casa
con un cansancio largo que no cura
el sueño que no llega a su debida
hora en una viscosa noche eterna.
La casa entera es ya ceniza gris,
has ardido por dentro lentamente
y ni siquiera tienes el consuelo
de que el amanecer tenga la clara
luz de aquellas mañanas de verano
de una vida que ya
perdiste para siempre,
pero sales de nuevo a la ciudad
porque no hay más remedio,
después del desayuno
y una rápida ducha,
camino de otro día tan extraño
en el que volverás 
a perder
tu vida
inevitablemente.

 © Pedro Ojeda Escudero, 2020


11 comentarios:

  1. Apostar es peligroso, quizás sea mejor dejar que todo fluya como el río de Heráclito.
    Saludos
    Francesc Cornadó

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  2. El poema roza la esencia de la vida: tomar y perder. Es el tiempo y el sentido que media en lo que llega algo a nuestras existencias y hasta que se nos priva de ello lo que merece la pena.

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  3. Amanece en el río que nos lleva, otro día que también perderemos.

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  4. Eppur si muove.. ;-)

    Bellísimo poema en toda su melancolía.

    La imagen parece una pintura.

    Besos

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  5. Cierto e irrebatible, pero piensa que también ganaste un día más...
    ;)

    Besos, Pedro.

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  6. Arroparse siempre en la Añoranza es peligroso. Quedarse atrapado en el pasado y pensar demasiado en el futuro , a veces nos impide disfrutar del presente. Pedro un abrazo.😄

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  7. Desde que nacemos estamos apostando nuestra vida en cada paso... y como dijo no sé quién: "Unas veces se gana y otras veces se aprende"... Creo que el peligro de apostar nuestra vida es "ir de farol"... lo demás son circunstancias de la partida que tienen que ver con el barajar, el cortar, el repartir, el administrar y el conocimiento para jugar... y cada día tiene sus cartas (boca arriba o boca abajo), sus bazas y sus partidas...

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  8. Es que viene a ser así. No se entiende, generalmente, a los treinta, cuarenta, cincuenta, pero a tu edad o la mía las cosas muchas veces son así, y cuesta incluso seguir. En fin, un abrazo, hoy todavía es domingo.

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