Ingreso en el Centro de Estudios Bejaranos

 

Con fecha de hoy, he recibido una carta de Josefa Montero García, Presidenta del Centro de Estudios Bejaranos, comunicándome que he sido admitido en dicha institución durante el pleno ordinario que se ha celebrado hoy en Béjar. El CEB se constituyó en 1992 y tiene como función fomentar las actividades científicas, literarias y artísticas en el ámbito de Béjar y su comarca. Todo ello lo ha llevado a cabo puntualmente, organizando muchas actividades durante estos años, colaborando con otras instituciones y con un catálogo de publicaciones digno de elogio.

Los que sigan mi trayectoria, saben que de las líneas de mi currículum, esta me resultará una de las más gratas. Desde mi primera presencia en Béjar, hace años, siempre he sido acogido en esta ciudad con mucho cariño, las actividades que he organizado han contado con la presencia de un numeroso público y he participado en todo cuanto se me ha requerido.

Lo tengo escrito. Cuando se veía venir el confinamiento de la población a causa de la pandemia vírica que aún padece el mundo, a pocos días de la declaración del estado de alarma, Mayca y yo decidimos que lo pasaríamos en Béjar durara lo que durara. De todos los sitios posibles que podíamos haber elegido, este lugar era en donde queríamos estar porque siempre es el que hemos sentido como nuestra casa. Durante todas esas semanas, la sierra de Béjar y la calle Mayor de Sánchez Ocaña se convirtieron en mi horizonte, con todos los amigos cerca, aunque no pudiéramos abrazarnos. Por ello, es el centro de mi próximo libro, que se publicará en pocas semanas y espero poder presentar allí en septiembre, si las condiciones sanitarias lo permiten.

No es poco que te acojan en un lugar como si fueras de allí, que lo que propones tenga eco, que te dejen echar una mano en lo que se pueda. Y que puedas disfrutar de sus calles, sus gentes y su paisaje que ya son, para siempre, tuyos.