De pronto, otro horizonte. ¿O es el que llevo conmigo desde la infancia?
Cambio de lugar, pero el sol es el mismo cuando atardece.
Lo que antes era sierra, ahora se hace altura de páramo,
ensoñación de cielo, luz profunda
sobre el surco de tierra infinita;
allá estarán las aves buscando el arrimo
del árbol, qué alborozo de recogida,
qué alegría encontrarse al final de la jornada.
A media tarde, cuatro gotas
y todos se refugian al abrigo de los soportales.
Antes de escampar, me echo a la calle
y dejo que la lluvia me juegue en la frente.
Con el frescor del agua
se me hace la ciudad
cumbre de peñas, pico de castaño,
el suelo se me siembra de mejorana,
asfalto renacido de tomillo.
Me he traído pegado a la camisa
el olor más intenso de la candela,
junio entero que llena las plazuelas
y que brota senderos y zarzales en flor
en los pasos de cebra, bajo el asombro niño de los peatones.
© Pedro Ojeda Escudero, 2020
Los paisajes de dentro se funden dentro y juegan juntos. El de la infancia nos coge de la mano cuando llueve. Y hay muchas formas de llover.
ResponderEliminarOtro horizonte, que nos parece el mismo, porque la infancia, sigue con nosotros.
ResponderEliminarMe gustan tus sentidas palabras.
Besos
El respirar de las tormentas entres San Juan y San Pedro. Si no fuera por los granizos, hasta eran bienvenidas, sobre todo para los que nos movemos por el asfalto capitalino.
ResponderEliminarEl Sol siempre es el mismo, varían los paisajes...
ResponderEliminarHas venido con las pilas cargadas de naturaleza silvestre y aún tienes para vestir a Pucela de ella... Bueno, siempre nos queda el Campo Grande, jejeje...
¡Qué bien reflejas tus sensaciones y miradas en el poema!
Abrazo y bienvenido de nuevo a estos lares...
Bonito retrato de interior con el mismo sol de siempre.
ResponderEliminarUn placer leerte.
Abrazos y buen fin de semana.
Somos de muchos sitios, quizás, no solo de uno.Nosotros somos los mismos, cada vez necesitando menos cosas.
ResponderEliminarUn abrazo
ResponderEliminarHermosa fotografiá del interior
de uno mismo,me gusto leerte.
Besitos dulces
Siby
Beautiful.
ResponderEliminarSiempre hay que preguntarse qué hay del otro lado del horizonte.
ResponderEliminarY nunca dejar de intentar alcanzarlo.
Saludos,
J.
Todo os horizontes que já vimos vivem em nós...
ResponderEliminarGostei muitissimo do texto e a foto é linda!
Besos , amigo mio, feliz domingo :)
Te has traído el campo entero a la ciudad,
ResponderEliminarhorizonte de tu infancia.
Hasta aquí llega el aroma.
Besos
Bienvenida sea esa ansiada normalidad. Un abrazo
ResponderEliminarNo sé si es un junio añorado, soñado o vivido pero cualquier experiencia vale convertido en hermosa poesía de verano y lleno de un horizonte impenetrable.
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