Hacer como dice Jorge Gullén en su poema. ¡Ojalá muchos días fueran así!
¡Beato sillón! La casa corrobora su presencia con la vaga intermitencia de su invocación en masa a la memoria. No pasa nada. Los ojos no ven, saben. El mundo está bien hecho. El instante lo exalta a marea, de tan alta, de tan alta, sin vaivén.
¿Y ya se abrió? ;) Te echamos de menos, Pedro. Aunque seguro que serán muy buenas razones las que te mantienen alejado de la acequia... Besos y abrazos. ;)
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Poesía al fin.
ResponderEliminar¿Un solo día?
ResponderEliminarYo respondo que la poesía no necesita un día.
ResponderEliminarSaludos,
J.
No se me ocurre mejor manera de celebrar el día.
ResponderEliminarPara celebrar la poesía, también.
ResponderEliminarHacer como dice Jorge Gullén en su poema. ¡Ojalá muchos días fueran así!
¡Beato sillón! La casa
corrobora su presencia
con la vaga intermitencia
de su invocación en masa
a la memoria. No pasa
nada. Los ojos no ven,
saben. El mundo está bien
hecho. El instante lo exalta
a marea, de tan alta,
de tan alta, sin vaivén.
Besos y a disfrutar del instante.
¿Y ya se abrió?
ResponderEliminar;)
Te echamos de menos, Pedro. Aunque seguro que serán muy buenas razones las que te mantienen alejado de la acequia...
Besos y abrazos.
;)
O maravillarse ante el glauco vapor que va apericiendo en los árboles, como hacía Machado.
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