Dentro de la profundidad de nuestros pensamientos, de nuestros sentimientos qué mejor que sentarse una noche frente al mar.... Pasé momentos así....tuve la fortuna de poder hacerlo y al amanecer era otra la visión. ;-) besos Pedro...
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Quedarse quieto, contemplando, escuchando el mar. Las olas traerán lo que tengan que traer. Mañana será otro día...
ResponderEliminarSuerte quién pueda mirar al mar en éstos momentos y dejar que la mirada se abandone hacia el horizonte azul de la noche.
ResponderEliminarCómo me gustan este tipo de entradas, Pedro, incluyendo la imagen.
Un beso.
¡¡Que bonito!!, he tenido la suerte de practicarlo.
ResponderEliminarSaludos
Con gestos sencillos como ese, se sana el alma.
ResponderEliminarUn abrazo
A veces la inacción es la mejor de las acciones, sí.
ResponderEliminarAbrazo
A veces, ¡sí!
ResponderEliminar¡Ojalá pudiéramos practicarlo más a menudo!
Besos
;)
Dentro de la profundidad de nuestros pensamientos, de nuestros sentimientos qué mejor que sentarse una noche frente al mar....
ResponderEliminarPasé momentos así....tuve la fortuna de poder hacerlo y al amanecer era otra la visión.
;-)
besos Pedro...
Ali
Sí.
ResponderEliminarMientras siga amaneciendo, habrá esperanza.
Paciencia...
Besos, Pedro.
Bueno, si no hay mar será la montaña, o el páramo, aunque suena diferente, claro.
ResponderEliminarUn abrazo
Prefiero las madrugadas donde las ansias son sagradas
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