Qué raro todo últimamente. Este otoño que se desmiente a fuerza de simular primavera, por ejemplo. Han cambiado la hora, anoche, y la ciudad ha oscurecido pronto. Ando con cierta desorientación por las calles, extrañado de la temperatura, la falta de luz y personas vestidas de invierno. En mangas de camisa, buscando una noche agradable de junio a finales de octubre. Atravesando grupos de personas disfrazadas de vampiros o calabazas. Quizá más confiables que personas disfrazadas de personas, perdidas ya sus máscaras de ciudadanos. Ha oscurecido. Volvamos, por hoy, a casa.
Todo pasa y nada queda. Ni siquiera parecen lo mismo las estaciones del año. Acaso esta evolución lenta y sibilina del clima, ignoro si para mejor o para peor, está resituando todo. Sospecho que las referencias poéticas se irán al carajo si la primavera no es primavera, si el otoño parece verano, o yo qué sé. Claro que la literatura y la poesía no tendrán tampoco problema para expresarse con otros recursos e imágenes. Supongo. Y sin embargo, estamos en esta ciudad y no conviene bajar la guardia; los contrastes de temperatura son vengativos.
ResponderEliminarEl tiempo también está harto y nos manda señales, hemos de esforzarnos en entenderlas.
ResponderEliminarBesos besos
Ha oscurecido, ¿cuando amanecerá?.
ResponderEliminarAnda tudo um pouco fora dos eixos, tens razão.
ResponderEliminarEsta mudança de horário transtorna-me desde sempre...
Feliz semana, amigo mio
Lo de "por los Santos la nieve en los altos", parece querer pasar a la historia.
ResponderEliminarYo también prefiero y confío más en las máscaras ocasionales y carnavalescas que en las rutinarias de artes y oficios...
ResponderEliminarAbrazo
Solemos tener mala memoria meteorológica, al menos yo.
ResponderEliminarUn abrazo
Cuando estés tranquilo y en casa, recuerda mirar el calendario y señalar una fecha.
ResponderEliminarBesos