domingo, 19 de junio de 2016

Pateras


Ninguno de los emigrantes que llegan a nuestras costas antes de que amanezca ha decidido libremente su destino. Aunque lo parezca. Cuántas acciones diarias realizamos para traerlos. Es perversa la libertad como mero juego de espejos.

11 comentarios:

  1. No hay libertad. Ni para nosotros.
    Ellos sólo buscan una vida mejor. Lo que tienen allí... En fin, no tienen nada que perder.

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  2. Antes de que existieran las fronteras para los hombres, el globo terráqueo era todo un camino que podías andar sin que nadie te pusiera límites, ¿que hubiera pasado si a los primeros hombres que salieron de África los hubieran detenido al cruzar el Mar Rojo?, seguramente Europa, Asia y América estarían despobladas.

    El hombre pese a esas limitaciones llamadas fronteras, seguirá como siempre, buscando una vida mejor, solo que le costará más trabajo y encontrará mayores inconvenientes hasta llegar, pero llegará.

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  3. ¡Y todavía hay gente que se empeña en demonizar a esos refugiados que huyen de una muerte segura y que por eso caminan sin rumbo fijo y efectivamente llegan donde les dejan.

    Besos

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  4. Es complicado de gestionar en la pequeño. En lo grande estamos de acuerdo la mayoría.

    Un abrazo

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  5. Admirable su esfuerzo por conseguir esa "libertad" soñada.
    Un abrazo

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  6. Es cierto.
    Y tanto más cuanto que esos espejos los convertimos en los esperpentos del callejón del gato.

    Besos, Pedro.

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  7. Para que unos tengan libertad, otros han de ser esclavos, seguimos pensando como los griegos hace 2.500 años... En eso sí que no cambiamos.

    Saludos,

    J.

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  8. No sé hasta qué punto alguien decide en esta vida su destino. Pero al menos algunos hemos tenido más posibilidades que otros y no sabemos lo que es vivir a la desesperada. Y a los que llegan en pateras encima no les queremos, parece.

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