Estos laberintos del capitalismo son tan inhumanos. No me gustan, me duelen. Son innecesarios. Son otros los laberintos válidos, donde uno se pierde -y se encuentra-, los verdaderos.
Adriana liberó a Teseo a escapar del Minotauro en el laberinto de Dédalo usando un hilo. Después Dédalo escapó de su pisión por ser ésta su propio laberinto. Así que no se necesitan planos, sino imaginación para salir del absurdo que criticamos.
Me atraen las fotografías de espacios geométricos de estructuras contemporáneas. No son demasiado poéticos pero tienen su encanto frío. La imagen del laberinto conecta con lo más intrincado de nuestra mente y suscita temores inconscientes que hemos solventado creando remedos de laberintos de los que es posible salir sin ningún esfuerzo, no como el de Cnosos o el de Alien el octavo pasajero o El resplandor.
La única manera de saber cúal es la salida del laberinto es desde fuera. Así se puede ver todo él, en su conjunto. En cuanto te das cuenta de eso, el laberinto desaparece, y lo único que tienes frente a tí, es un enorme horizonte. Un abrazo.
Un ataque masivo de spam me ha obligado a anular la posibilidad de comentarios anónimos en contra de lo que siempre ha ocurrido en La Acequia. En cuanto pueda solucionarlo, volverá a ser posible comentar de forma anónima.
Es que hay que buscar curvas...
ResponderEliminarBesos
me gustan los laberintos, mientras más intrincados mejor
ResponderEliminarbss
Estos laberintos del capitalismo son tan inhumanos. No me gustan, me duelen. Son innecesarios. Son otros los laberintos válidos, donde uno se pierde -y se encuentra-, los verdaderos.
ResponderEliminarNo me gusta perderme en los laberintos, me dan claustrofobia.
ResponderEliminarUn beso.
Adriana liberó a Teseo a escapar del Minotauro en el laberinto de Dédalo usando un hilo. Después Dédalo escapó de su pisión por ser ésta su propio laberinto.
ResponderEliminarAsí que no se necesitan planos, sino imaginación para salir del absurdo que criticamos.
De qualquer modo, meu querido amigo, temos que tentar escapar ...pois existem sempre pontos de fuga.
ResponderEliminarPara ti ,Pedro, fraterno abraço
Mejor ni entrar...
ResponderEliminarBesos, Pedro.
La vida es un laberinto sin plano y sin salida.
ResponderEliminarMe atraen las fotografías de espacios geométricos de estructuras contemporáneas. No son demasiado poéticos pero tienen su encanto frío. La imagen del laberinto conecta con lo más intrincado de nuestra mente y suscita temores inconscientes que hemos solventado creando remedos de laberintos de los que es posible salir sin ningún esfuerzo, no como el de Cnosos o el de Alien el octavo pasajero o El resplandor.
ResponderEliminar
ResponderEliminar¿Quién me necesita?
/Brújula Jackson
Los laberintos...a veces, los creamos nosotros mismos.
ResponderEliminarA veces es necesario perderse en un laberinto para luego mas tarde reencontrarse.
ResponderEliminarBesos.
La única manera de saber cúal es la salida del laberinto es desde fuera. Así se puede ver todo él, en su conjunto. En cuanto te das cuenta de eso, el laberinto desaparece, y lo único que tienes frente a tí, es un enorme horizonte.
ResponderEliminarUn abrazo.
Si te atrapa el laberinto, habrá que buscar la salida, no hay más remedio.
ResponderEliminarUn abrazo
Luz
O como hizo Teseo... se ató un cordel al dedo al entrar y luego fue recogiendo el cordel hasta la salida...
ResponderEliminarMe encanta la foto!!
Un saludooo