El Jurado del Premio de la Crítica de Castilla y León, del que soy miembro, reunido esta mañana en el Palacio de los Verdugo de Ávila, ha otorgado el Premio correspondiente al año 2013 a La sonrisa robada de José Antonio Abella (Segovia, La Isla del Náufrago, 2013).
La novela reconstruye la historia de las relaciones entre el poeta y escultor José Fernández-Arroyo y una joven alemana, Edelgard Lambrecht a partir del diario del artista y la correspondencia de Edelgard, mantenida entre los años 1949 y 1953. Se enmarca y completa con el viaje del narrador a Alemania con la finalidad de conocer los lugares en donde vivió la joven y encontrar los datos que proporcionen la visión desde su perspectiva. Este doble tiempo (presente-pasado) y doble y hasta triple ángulo (narrador / José Fernández / Edelgard) es sutilmente usado como parte de la fábula y viene a cumplir, en un juego metaliterario, el impulso interno de lo que se cuenta hacia su necesaria construcción como novela.
En La sonrisa robada hay una historia de amor intenso y hermoso que marca la vida de los protagonistas, pero también mucho más. Es también la historia de un sueño que impulsa al protagonista y atrapa al lector, un viaje hacia los sentimientos y hacia la ilusión que mantiene una vida en medio de la devastación propia de una postguerra como la de la II Guerra mundial. Abella nos guía por el extraordinario viaje que lleva a un joven desde la España de los primeros años de la gris dictadura franquista hasta la Alemania que intenta reconstruirse pero vive marcada por las huellas de la guerra en todos los sentidos: el pasado nazi, la irrupción de los soldados soviéticos y la desmembración del país y el presente de Edelgard en el que no todos podrán encontrar un hueco en la nueva realidad. Es un triple viaje: el del narrador, el del protagonista y el de toda una generación de europeos, contado desde una perspectiva poco frecuente. Un riesgo asumido por el autor del que ha salido con éxito gracias, en gran medida, a una narración precisa no exenta de lirismo y pasajes sobrecogedores. Los inicios de cada capítulo son magníficos. Todo, además, lleno de referencias musicales que potencian lo contado.
La sonrisa robada, sin duda alguna, es una novela atractiva para un lector muy variado: atrapa por el argumento -una gran historia de amor-, por las dosis de intriga con las que se desgrana, por la profundidad del análisis de los sentimientos más nobles en tiempos violentos y poco propicios, por la reconstrucción individual y colectiva de una Europa que sale de un conflicto tan brutal como fue la II Guerra mundial y por el estilo narrativo.
Desde ya felictaciones a Abella y espeor y deseo que este libro se incluya en nuestro club.
ResponderEliminarBesos
(Acabo de terminar de leer el libro de Laura C. así que me pondré a trabajar en el aporte. Me gustó mucho, ya lo sabes)
Suena bien lo que dice de José Antonio Abella y si "La sonrisa robada" suena como la música que la acompaña entonces, sin remedio, un Liebestraum de novela. Me la apunto para leerla, pero esta noche la música ... "Dos ojos negros, se entornan y sueñan / Hoy volverá a sonreir la luna llena".
ResponderEliminarsi usted lo dice mi querido Profe, será una agradable lectura
ResponderEliminarun abrazo a doce mil kilómetros
Queda a la espera, ahora mismo la mies desborda el granero. Gracias
ResponderEliminarUn abrazo