Abramos cualquier página de La saga/fuga de J.B. al azar. En ella, sea la que sea, lo primero que apreciaremos es que partiendo de un lugar podemos llegar a cualquier otro sin saber, en principio, cómo nos ha traído el autor hasta él. Del monólogo de José Bastida podemos esperar que comience relatándonos la crónica de lo vivido por él en una ciudad cuyo reconocimiento oficial es negarla. Nos planteará sus dudas y comenzará a aducirnos lo que él sabe y lo que documenta en la prensa local o en la revista erudita elaborada por una extraña sociedad del municipio. Todo ello no hará más que sembrar más dudas que le llevan a la raíz de las leyendas fundacionales y la memoria oral que lo mismo le llevan -de J.B. en J.B.- a miles de años antes que a la francesada o a la reciente Guerra civil. El tiempo juega entre la historia y la leyenda y comienza a datarse según la fundación de la Tabla Redonda que recrea en serio las leyendas artúricas, la construcción de un Monumento Tubular que crece anárquicamente o el número de J.B. del que se trate en ese momento.
El hilo narrativo -lo mejor es que lo hace con un estilo costumbrista que imita a veces el tono de zarzuela regional y a veces la parodia del discurso erudito-, sin que podamos detenernos, nos lleva en serio hacia los disparates que se hacen más verosímiles por esa mezcla en la que puestos a dudar dudamos de lo oficial antes que de lo extraordinario. Y entre disparates, la continua digresión: todo lo aludido (hechos, personajes) tiene sus líneas en el texto. Estas digresiones, que enojarán al lector que busque el argumento principal, son, por el contrario, una delicia para el que se demore en ellas: cada una de ellas es una perla, un pequeño relato o una teoría que a pesar de su extravagancia podríamos tomar en serio por la forma de ser presentada. No duda Gonzalo Torrente Ballester en jugar a la parodia de la crónica, la leyenda -incluso de lo más sagrado-, el relato periodístico, el discurso académico, las teorías del estructuralismo, el funcionalismo o los métodos psicológicos. Esta misma mezcla, disparate y digresión nos lleva de las creencias religiosas a la organización social del franquismo, de la Guerra civil y sus represaliados a una Gruta en la que puede ocurrir cualquier cosa, del sexo presentado con mucha ironía al tratado científico.
De ahí un consejo para los lectores de La saga/fuga de J.B. No lean este libro con prisas, no lo lean buscando seguir el argumento principal -que es mínimo- sino disfrutando de cada página en su más intenso disparate. De la caricatura y la parodia resaltan los tipos, las costumbres, la historia, las relaciones entre los seres humanos y sus necesidades y utopías. Pero, para eso, no lean con prisa y déjense llevar de digresión en digresión.
NOTA: Dado que el Club de lectura, en su formato presencial, se reúne el próximo día 8 de abril para comentar La saga/fuga, terminaré mis comentarios sobre esta novela en La Acequia el jueves día 3 para comenzar, la semana siguiente, con la lectura de la colección de cuentos de María Teresa León, Rosa-fría, patinadora de la luna. Sé que todos los participantes en estas lecturas agradecerán el cambio radical en el tipo de libro.
Noticias de nuestras lecturas
Si alguien quiere comprender cómo enfrentarnos a la novela de Gonzalo Torrente Ballester, debe leer esta entrada de Paco Cuesta, en ella encontrará las claves de cómo hincarle el diente.
Coro Entreaguas se fija en las mujeres de una novela tan masculina como La saga/fuga de J.B.. En esta entrada parte de Santa Lilaila de Éfeso y su corporeización en diferentes personalidades.
Pancho escribe una divertídisima entrada sobre la teorízación de Torrente Ballester a partir de la estructura social y los movimientos históricos derivados de la visión monocular, la binocular y el ojo virojo... Para no perderse esta deliciosa entrada.
Mª Ángeles Merino cuenta la conversión de J.B. en rubio y celta, cosa que en Galicia debería soprender menos, claro. Una divertida entrada.
Myriam se lanza a por La saga/fuga pegándose al estilo de Torrente Ballester. Divertido guiño que le hubiera gustado a don Gonzalo.
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Pancho comenta el juego entre fuera y dentro del pueblo minero que se establece en la novela de Laura Castañón y que tanto afecta a los personajes.
Myriam continúa con el análisis psicológico de las relaciones entre los personajes de Dejar las cosas en sus días. En esta entrada, comenta la difíciles relaciones de Bruno -alguien incapaz de establecer sólidos lazos permanentes con nadie- con su familia. En esta otra, analiza cómo crece la relación afectiva entre Bruno y Aida a partir de imágenes proyectadas y palabras. En esta última, podemos hallar todas las claves de esta relación, condenada a hacer aguas y, a la vez, a mantenerse.
Ya sabéis que recojo en estas entradas de los jueves los comentarios que los seguidores del Club de lectura hacen en sus blogs hasta el miércoles y aquellos que me dé tiempo del mismo jueves. Si me he olvidado de alguno, os agradecería que me lo hicierais saber.
La novela me está encantado, casi literalmente. Reconozco que necesito ayuda, la tuya y la de los demás, para enterarme mejor, pero es... imprevisible, y eso me gusta.
ResponderEliminarUn abrazo
Castroforte del Baralla es un lugar de niebla poblado de misteriosos JB traspasando épocas, confundiendo lectores. El autor consigue un lector despierto, siempre atento y a la expectativa de la sorpresa que salta cuando menos te la esperas. Con La saga/fuga uno nunca está seguro de que lo que lee está escrito en serio, te está tomando el pelo o quiere decir justo lo contrario de lo que aparenta.
ResponderEliminarOtro de los elementos que se ven plasmados en la novela es el extraordinario conocimiento que tenía de las corrientes lingüísticas de hace unas décadas. Aquí intenta llevar la teoría a la práctica, haciéndola literatura.
También creo que la mejor forma de abordar la novela es intentar dividirla en narraciones medio independientes unas de otras si quieres sobrevivir en mitad de tanta confusión, como si fueran las historias intercaladas del Quijote.
Un abrazo.
Al leer esta novela caminamos hacia delante y hacia atrás, leemos y hemos de volver a lo ya leído para ver si entendemos algo.
ResponderEliminarNos has dado la clave, leer de una en una las pequeñas historias que componen la obra. Hace falta mucho tiempo, es verdad. Me lo tomaré, no cabe en un mes, lo iré leyendo en lo que me quede de vida...lectora. De momento, acotaré otra fragmento y lo comentaré a mi aire. El humor me sirvió de mucho en mi última entrada. Se puede intentar otra vez. Y después a patinar en la luna.
Leer lo que nunca hubiéramos leído por propia iniciativa. Es uno de los objtivos que ha de perseguir una buena lectura colectiva. Porque para lo fácil basta con ir a la librería o a la biblioteca. Objetivo cumplido. Gracias, Pedro.
Besos
Estimado Pedro:Nos conocimos ayer y compartimos banco y confidencias en un triste aniversario.No conocía tu blog,lo siento,que prometo seguir con interés, pues trata de cuestiones que amo:literatura, poesía, música, arte...parte de la belleza del mundo en suma. Un saludo
ResponderEliminarYo ando en un tren ensimismado sin arcos de apoyo que levita, un loro que sabe demasiado, un JB que quiere que otro JB sea el JB que (por si acaso) muera por los idus de marzo (como los otros JB)y me estoy divirtiendo mucho, entre la niebla de alba y la del atardecer con la piedra pómez dorada de Castroforte y los caballeros de La Tabla Redonda.
ResponderEliminarBesos
Se puede estar en contra o a favor de la Saga/fuga, pero a nadie dejará indiferente. Propongo una referencia -al margen de las actuales- para el comienzo del próximo curso a modo de adenda final.
ResponderEliminarUn abrazo
Sigo leyendo muy lentamente, y más lento quisiera leer si tuviera el tiempo que se merece LA SAGA/FUGA DE J.B., (como mínimo un semestre)al final me he quedado con el MANUSCRITO en cortocircuito. Parece ser que Don Torcuato y su "Homenaje Tubular" han tomado posesión de mi cabeza y ando como el artista algo febril, uno de los tubos me está "creciendo como un forúnculo" en forma de baciyelmo, creo que se trata de "La Loca de la Casa" porque de pronto siento una gran atracción por el misticismo swedenborgiano y la poética de Barrantes.
ResponderEliminarLeo su consejo de leer sin prisas y no sabe como me alivia, necesito abril para leerla completa (es imposible que la termine:). "Rosa-fría, patinadora de la luna" suena bonita pero creo que, dadas las circunstancias, me la apunto y me la salto; aún tengo sin leer " Dejar las cosas en sus días" de Laura Castañón y quiero hacerlo, en cuanto Torrente Ballester me deje libre la cabeza.
Saludos.