viernes, 17 de enero de 2014

El día en el que me quitaron la vida



El día en el que me quitaron la vida no sentí nada. Fue hace años. Vinieron por la noche los mercaderes. Hicieron almoneda con mis cosas y hallaron la caja fuerte en la que estaba encerrada. Aprendí que las cosas importantes son siempre las que uno puede llevar consigo en un caso de alarma.

19 comentarios:

  1. Gostei do texto, mas acho-o inquietante.

    Bons sonhos, querido amigo mio

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  2. qué buena definición para lo que es realmente esencial!

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  3. Ligero de equipaje. Como los peregrinos y los hijos de la mar.
    Un abrazo, Pedro. Esperaba dártelo en persona. Ya llegará.

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  4. Sobrevivimos a varias muertes en nuestra vida. Yo ya tuve dos.

    Besos

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  5. Qué acertado lo que has dicho!
    Y nos quitan la vida por ilusos, por creernos precavidos, cuando es todo lo contrario- Efectivamente, lo esencial lo llevamos siempre encima, tanto tramos, tanta materia superflua...

    Tengo que hacer limpieza en mi "casa", en la de dentro y en la de fuera, pero parece que el momento no me encuentra, aunque yo no pueda ponerme a buscarlo ahora, él tampoco viene a mí...


    Un beso de auténtica almoneda!
    ;)

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  6. Excelente reflexión llena de verdad, ojalá pudiéramos hacer ese ejercicio y salir airosos. En caso contrario, habrá que cambiar algo esencial, nuestro yo interior.

    Besos.

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  7. Pero sólo somos conscientes de eso cuando nos ocurre.
    Besos

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  8. Lo raro, raro es vivir. Más que esta entrada tan tenebrosa e incandescente como un amanecer en llamas.

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  9. Una buena lección nos transmites, Pedro.

    Un beso.

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  10. Tomás Martinez Fernandez18 de enero de 2014, 19:28

    Cuando tengo miedo de que yo pueda cesar de ser

    Cuando tengo miedo de que yo pueda cesar de ser
    Antes de que mi pluma haya espigado mi atestado cerebro,
    Antes de que altas pilas de libros, en caracteres,
    Guarden como ricos graneros el grano totalmente maduro;
    Cuando contemplo, sobre el rostro estrellado de la noche,
    Símbolos inmensamente confusos de un gran romance,
    Y pienso que puede que no viva para trazar
    Sus sombras, con la mano mágica del azar;
    Y cuando siento, ¡encantadora criatura de una hora!
    Que nunca más podré pensarte
    Nunca gustar del poder idílico
    Del amor irreflexivo; así, en la orilla
    Del ancho mundo quedo solo y pienso,
    Hasta que amor y gloria en la nada se hunden.
    (John Keats)

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  11. entonces no te quitaron la vida PEDRO, solo tomaron cosas y ya se sabe las cosas cosas van y vienen

    uno es apenas un respiro en el paso de los días
    una gavilla entre todo el fardo

    besos y bien fin de semana

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  12. De esto saben mucho los inmigrantes que han de abandonar su vida y todos los recuerdos y llevarse en una pequeña maleta su mundo.

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  13. Tienes razón Pedro no se puede guardar la vida en una caja fuerte hay que llevarla encima.

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  14. Muy buena reflexión, gracias por compartirla

    cariños

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  15. Sólo lo justo...
    Eso es.
    Besos, Pedro.

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  16. La vida y sus lecciones y nuestras elecciones...

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  17. La mayoría de las veces nos perdemos dándole valor a lo que no tiene y olvidamos lo esencial.

    Buena reflexión y la foto me encanta.

    Un abrazo

    Luz

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  18. Ya lo sabes de sobra, pero el punto de vista de esta entrada es el mismo que el del protagonista de "La lluvia amarilla", si no recuerdo mal, alguien que ya está muerto. Siempre me ha parecido original, en fin.

    Un abrazo

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  19. Cierto, pero son tantas las importantes y tan escas nuestra capacidad que lo mejor es disfrutar de ellas mientras sea posible.
    Un abrazo

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