No fue en vano el día. Todo, en el campo, invitaba a la mirada densa. Cada tiempo tiene su labor, cada jornada ese momento que la define. La acequia venía llena y el aliviadero bajaba el agua, fresca y alegre, hacia el cauce del río, con el canto de un beso infantil que se arroja al aire para que otro lo recoja. No sé si hacía frío, pero yo no lo sentía. Me había traído hasta allí un presente que quería cerrar un pasado y abría un surco hacia el horizonte. La vida consiste, en definitiva, en eso. La felicidad no es otra cosa sino saber llegar a ese momento y darse cuenta.
¡Qué suerte reconocer ese momento!
ResponderEliminarUn privilegio saber llegar, reconocer y sentir ese momento de felicidad...
ResponderEliminarUn beso.
;)
Em um lugar tão belo, a felicidade vem sozinha.
ResponderEliminarBoas Festas!
la felicidad vive en uno con uno
ResponderEliminarsolo depende de uno el dejarla asomar o correr como el agüita de una acequia
besos
Me alegra sentirte radiante y sereno. Besos
ResponderEliminarLa felicidad es ese momento mágico en que nos sentimos felices y pensamos que somos felices. Sí...
ResponderEliminarEs hermosa la acequia y sus árboles.
Felices días.
Mi primer pensamiento hacia tu persona ha sido ese, no tiene frío y después he leído tu texto y he comprendido que eras feliz.
ResponderEliminarUn abrazo
Luz
Un poema de esperanza.
ResponderEliminar"...y abría un surco hacia el horizonte..."
Felices fiestas
Un abrazo
26 de diciembre de 2013 10:15 Eliminar
Sí, supongo que es así. Interesantes reflexiones llenas de fe en el presente y de esperanza. Creo que eso es bueno.
ResponderEliminarCuando un día no pasa en vano, ya es todo un logro para seguir en el camino...
ResponderEliminarBesos, Pedro.
Quando o dia não passa em vão, é razão para nos alegrarmos!
ResponderEliminarFico contente por o teu dia ter valido a pena, amigo mio.
Abrazôs, Pedro!
La acequia venía llena y el aliviadero bajaba el agua, fresca y alegre, hacia el cauce del río, con el canto de un beso infantil que se arroja al aire para que otro lo recoja............
ResponderEliminarGracias Pedro por llenar nuestra Acequia de sentimientos y recuerdos y compartirlos con nosotros.
Los suspiros son aire y van al aire.
Las lágrimas son agua y van al mar.
Dime, mujer, cuando el amor se olvida,
¿Sabes tú adónde va?
Eso es, darse cuenta. Conoces, estoy seguro, a Szymborska, que en muchos de sus poemas, y también en sus artículos, reserva para la palabra o frase final aquello que da sentido a todo lo anterior. Pues eso.
ResponderEliminarUn abrazo
Elisabeth Borchers
ResponderEliminarUn Cuento
Buscando
algo hermoso como la nieve
me quedé con las manos vacías
hasta que comenzó a nevar por el camino.