La sociedad española estaba a punto del colapso. Todas las instituciones estaban desacreditadas: las Cortes habían dejado de ser representativas de la voluntad popular, los partidos políticos se habían enrocado en luchas de poder, el sistema político estaba controlado directamente por poderes económicos, se habían producido varias quiebras financieras escandalosas, los sucesivos gobernantes habían torcido la independencia del resto de los poderes del estado, la monarquía se había desacreditado completamente por la participación de varios de los miembros de la Casa Real en oscuras operaciones, la Reina acumulaba escándalos personales y había amasado una fortuna que había puesto a buen recaudo fuera del país, se habían producido estafas de gran nivel relacionadas con infraestructuras -especialmente con las del ferrocarril- y por toda la geografía nacional se extendió la corrupción y el saqueo de las arcas públicas. En septiembre de 1868 se produjo la llamada Revolución de la Gloriosa.
Lo dicho: los políticos harían bien en leer Historia.
ResponderEliminarNo sé Pedro, el problema es cuando detrás de una revolución hay un inúmero de intereses y no un único interés.
ResponderEliminarSirviendo tales precedentes, pues sirven, aquella época era aquella época y esta es otra, aunque la situación sea, en el fondo, parecida.
Estamos viendo cómo emergen con fuerza ciertos movimientos y cómo con el paso del tiempo se diluyen en agua de borrajas. Cuantos más sean los intereses sectoriales mayor será la división o fraccionamiento de la fuerza regeneradora, y cuanto mayor sea ese fraccionamiento menor será la fuerza... ¿Cuál es la clave para transcender el eterno o peremne problema del que hablan los precedentes y también lo que pasa en el presente? LA UNIÓN EN UNA SOLA CAUSA Y LA ORGANIZACIÓN PARA CONSEGUIRLA. No podemos ir a lo sectorial, o sea, cada sector por su cuenta, pues todo deviene de una misma causa que afecta a todos los sectores y a todos y cada uno de los que afecta que, como todo el mundo sabe, somos los más porque a esos menos de las élites no les afecta.
Es chocante que haya tanta gente cabreada y no haya una unión real de todos los cabreados para establecer un esquema de acción que tenga a la organización como eje de la distribución de fuerzas. Supongo que primero habrá que aclararse con relación a lo que todos queremos y a lo que cada uno quiere, pues lo que todos queremos es la suma de lo que cada uno quiere (yo no creo en el bienestar general del malestar particular). En estos tiempos la mejor revolución es la unión, y sobre todo la acción pacífica, pero extensa por dicha unión y extendida a una pluralidad de áreas por la organización.
www.escanos.org ... la respuesta ??
EliminarSigo Pedro, porque no me dejaba poner todo en una.
ResponderEliminarEn fin Pedro, estamos en el punto crítico en el que la densidad de los problemas iguala a la densidad de las necesidades que acucian a la gente. Pero, no sé, ¿no tienes la sensación de impunidad e inmunidad para una serie de gente "selecta" que los demás no tienen y que afecta de forma directa a los derechos más básicos (fundamentales) del pueblo llano? ¿No tienes la sensación de que hay algunas instituciones que aprovechando esta coyuntura están luchando sólo de forma sectorial en su propio beneficio y para mantener su estatus prevalente? Y es que esas instituciones (las gentes que las nutren) son élite, y se sirven del descontento de la ciudadanía de apié para, en su lucha de clase, de élite contra élite (ya sabes aquello del equilibrio de fuerzas o de poderes del estado... ja... ja... ja...) sacar tajada económica u otros privilegios estatutarios.
Cualquier tiempo pasado puede darnos muchas referencias pero hay que transpolarlo al contexto actual... económico, sociocultural, etc. Y viendo lo que está delante de nuestras narices el pesimismo creo que pesa más que el optimismo... si pudieramos escucharnos de uno en uno nos daríamos cuenta de la ingente dispersión de ideas y de acciones existentes y de la dificultad para organizarlas... aun así se puede, pero solo desde una idea de lo total, que no totalitarista, como si de un puzzle se tratara, poniendo en horizontal lo que hoy está puesto de forma vertical.
Pero también creo que una revolución pacífica y de ideas es más difícil que una revolución a la antigua usanza de levantamientos y armas, pues en esta última el que ganaba ganaba y proponía o imponía (más esto último). Pero la revolución pacífica, de ideas, necesita de un consenso cuasi absoluto, pues cualquier disenso pone en peligro la organización, ergo pone en peligro el objetivo.
Bueno, la regeneración de la política es imposible sin la regeneración del sistema; y la regeneración del sistema no es pintar las paredes de diferente color y barnizar los muebles, es cambiar los cimientos del edificio economico-social, tabicar para que quepamos todos en igualdad de condiciones y techar para amparar a todos de las inclemencias temporales o de la intemperie peremne... pero esto sólo lo conseguirá Fuenteovejuna, y todos a una, contra los abusos de poder y contra los privilegios de unos pocos que fagocitan los derechos del resto...
Bueno me enrollé y creo que puede que haya dicho un sin fin de tonterías, soy ignorante y ya sabes que la ignorancia es atrevida, pero me gustan estos temas porque todo todo todo en esta vida es política...
Un abrazo.
Ha ocurrido siempre. El pueblo termina estallando al final...
ResponderEliminarLa historia nunca se repite, pero tiene sus retrocesos.
ResponderEliminar(Hoy, Ansón desde su diario, ha reclamado a Aznar para hacerse cargo del partido)
bsssoss
Y antes fue un "Viva la Pepa" del que hicimos hasta un refrán popular... y luego fuimos sumando y seguimos.
ResponderEliminarY ya llevamos como ocho, de las sonadas y que harán historia.
Y como nada cambia, y la anestesia general sigue conduciéndonos a la huída( en este caso hasta de cerebros) y al despotricamiento falaz e inútil, pues
que siga el refrán...
Qué viva la Pepa!!
Lástima, que no nos enseñaran el arte de la guillotina estos gabachos y que nos siguiera impulsando el patriotismo de charanga y pandereta, porque una vez más en aquella ocasión, como en ésta, y en tantas otras, le seguiremos dando la espalda a la Modernidad.
Ya Cervantes lo plasmaba en su Quijote, pero es que no hay más sordo que el que no quiera oír.
Bss, Pedro.
El pasado 2 de febrero, la recientemente formada Coordinadora Regional “La Uni en la calle” convocó una jornada de clases en la calle para el sábado 9 de marzo, esta acción que tiene como objetivos fundamentales mostrar a la sociedad la labor de las universidades públicas madrileñas y protestar contra la abusiva subida de tasas universitarias, los recortes en los presupuestos de las Universidades públicas, los recortes en proyectos de Investigación, desarrollo e innovación (I+D+I) y en becas de movilidad e investigación, y contra el proceso de privatización de la Universidad pública, que pretende ponerla al servicio de las grandes empresas y poderes financieros y no al del conjunto de la sociedad
ResponderEliminarEN UNA PRIMERA ESTIMACIÓN, SE CALCULA QUE AL MENOS 400 PROFESORES IMPARTIRÁN CLASE EN LA CALLE Y EN OTROS ESPACIOS ABIERTOS AL PÚBLICO DE TODA LA COMUNIDAD AUNTÓNOMA DE MADRID
Apoyo la opinión de IMPERSONEM. Nos tendríamos que unir es verdad y, sinceramente, creo que hoy en día la revolución que triunfaría sería la económica. Negarnos TODOS y TODAS a pagar los recibos abusivos de los servicios básicos y declararnos insumisos fiscales. Besotes repetitivos, M.
ResponderEliminar¡Ah, la Gloriosa!
ResponderEliminarNada nuevo bajo el sol. Lamentablemente todo parecido con la actualidad ratifica que poco hemos cambiado.
ResponderEliminar"La Gloriosa" otra tramposa metiendo mano dónde no debía y esquilmando al pueblo.Esta visto que siempre son los mísmo perros con distinto collar.
ResponderEliminarUn abrazo.
sabía de la existencia de Topete pero no sabía ubicarlo muy bien.
ResponderEliminarcreo que hoy en día no tenemos agallas suficientes para revolucionarnos más allá de la barra del bar.
igual es que soy muy escéptica.
biquiños.
Un camino revolucionario deja a mucha gente fuera. No digo gentecilla, sino gente decente que tiene miedo ante los cambios.
ResponderEliminarEn España, creo que hemos dado muchos bandazos. Lo que pasa es que, ahora ¿quién detenta el poder: gente decente o, por el contrario gentecilla sin miras, sin profesión, sin vocación, sin nada en su cabeza salvo desvalijar al estado en su beneficio? Si es gentecilla no querrán desalojar las estructuras del país, porque viven muy bien con ellas hechas a su medida.
Pues ahí ahí andamos...!
ResponderEliminarLo que demuestra que este país está lleno de ignorantes desalmados(y mucho más)!
Besos.
;)
La Historia se repite, ya lo dijeron los antiguos.
ResponderEliminarBesos besos
Querido Profe, no hay nada nuevo bajo el sol, lo novedoso es que con repetirse no aprendemos que ya basta
ResponderEliminar.
entonces, hombres al fin, tropezamos y tropezamos con aquella piedra que tu sabes y que está por pedir la jubilación o cobrarnos peaje por gilipollas
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mi abrazo de siempre
Pobre Ibéria: Espanha e Portugal repetem infinitamente os mesmos comportamenteos e caem sempre em erros iguais.
ResponderEliminarMas será. meu querido amigo, uma maldição sem saída?!
Besos, Pedro
A ver si nos tomamos en serio eso del concepto cíclico del tiempo
ResponderEliminarCreía estar leyendo una crónica actual de este país. De los errores se aprende, pero aquí ya se ve que no.
ResponderEliminarCariñoso saludo
solo te dejo un besote grande y muchos mimitos pa´l ánimo
ResponderEliminarLa historia nos provee de antecedentes para entender nuestro presente. Este es uno, otro es la posterior crisis de la restauración que desembocaría en la segunda república con un sistema político desacreditado y enfangado en la corrupción. Yo detecto los mismos males que se denunciaron en otros momentos, pero ahora parece más precaria e inestable la solución porque no hay partidos alternativos a este estado de cosas … El PSOE es parte del sistema y no puede ofrecer ilusión con la carga que tiene de responsabilidad en la corrupción… El PP es la corrupción en sí misma. IU no logra tener una estructura estatal que no sea una suma de de diversos signos regionales y no ofrece ninguna esperanza… ¿qué queda? Poca cosa. El sistema político español ha de sufrir un terremoto profundo que desencadene de nuevo una revolución sin saber de antemano si esta nueva revolución no será otra reproducción de los días de la primera y la segunda república. Los países y las personas están condenados a reproducir sus mismos errores.
ResponderEliminarVamos camino, vamos camino hacia esa nueva Gloriosa.
ResponderEliminarBesos
Luz
Y eso fue antes de ayer como quien dice, pero ellos, los de ahora, están a lo suyo; principal y exclusivamente sacar los trapos sucios del contrario, eso y nada más.
ResponderEliminarMuy deprimente.