Todos tenemos cicatrices en el alma porque la vida nos da un poco de todo, sabores amargos, también dulces, lo que pasa que unos reciben más de todo que otros.
...algunas las contemplo Pedro por sus consecuencias, y hasta las agradezco, de lo contrario no me habría dado cuenta cuán valiosas han sido.... Como raya para la suma, pienso que son tremendamente efectivas...a pesar del dolor dejado...
Son las supervivientes que narran nuestras crónicas más amargas, pese a que alguna vez quisiéramos dejar de verlas. Nos recuerdan que en aquellas batallas a traición salimos tocados, pero no hundidos. Pero poseen asimismo un doble poder: el de hacernos más fuertes, o el de hacernos más vulnerables.
Si las cicatrices son síntoma de haber vivido, será porque la herida abierta es la vida misma. Nadie se libra del dolor de vivir, ni de la alegría de vivir que también deja su marca en la memoria. Pero como todas estas cicatrices son invisibles y somos reticentes a mostrarlas no voy a desconfiar por ello. salud y saludos
Los únicos sin cicatrices son los niños, y algunos, pobres, también las tienen. Los mayores todos tenemos y quien diga lo contrario es que las oculta o se las oculta a sí mismo que aún es peor. Pero de haberlas haylas, seguro. Un abrazo
Ya sé, ya sé que te refieres a las anímicas, pero fíjate que hasta las físicas nos hacen ser las personas que somos. Algunas nos marcan para bien, o para mal. Un día me puse a contar las mías (tengo unas cuantas) y estoy tan agradecida por alguna de ellas, que la iría exhibiendo a diestro y siniestro. ¿Ves?, lo mezclo todo. Siempre la misma función. Besos
Yo creo que aunque no se viva, todo el mundo lleva tatuado el cuerpo de cicatrices, pues hay tatuajes para todos los gustos, como clases de cicatrices. Aunque no esté muy de acuerdo, que cuando vemos un cuerpo totalmente tatuado indique que ese ser haya vivido mucho, es mejor no desconfíar.
Creo que es imposible no tener cicatrices. Como dice Natalia, solo si se es niño o muy joven se puede estar exento de ellas (y no del todo) ya que los padres, por instinto de conservación, protegen a sus vástagos de todo mal. Lo que si podemos encontrar, con frecuencia, son adultos que ocultan sus cicatrices por muchos motivos. De desconfiar de alguien, yo personalmente lo haría de aquellos que "cicatrizaron en falso", aquellos que sellaron sus dolorosas heridas cerrándose a los demás para no volver a sufrir. Estas personas guardan rencores en su corazón que no les dejan vivir libres de sí mismos y se niegan, con esta actitud, a ver la bondad que hay en los demás. Un abrazo. Ibso.
Desconfía también del que hace bandera de sus cicatrices. Tal vez ha vivido por senderos que nadie debería seguir. Las cicatrices deben llevarse como la ropa interior: limpias y almidonadas, pero pudorosamente ocultas.
Un ataque masivo de spam me ha obligado a anular la posibilidad de comentarios anónimos en contra de lo que siempre ha ocurrido en La Acequia. En cuanto pueda solucionarlo, volverá a ser posible comentar de forma anónima.
La vida es una sucesión de marcas. Surcos en nuestra piel indican nuestro caminar.
ResponderEliminarUn abrazo
Y lo peor es que sin ellas la vida no sería tan bella por momentos.
ResponderEliminarBesos, Pedro.
Todos tenemos cicatrices en el alma porque la vida nos da un poco de todo, sabores amargos, también dulces, lo que pasa que unos reciben más de todo que otros.
ResponderEliminarUn beso.
La cicatrización lleva su tiempo, pero para que ésta se produzca, debemos limpiar las heridas profundamente y con cuidado.
ResponderEliminarSi nos empeñamos en cerrarlas de forma apresurada, queda pus adentro.
Un abrazo
Cicatrices que de tanto en tanto, duelen.Removidas con recuerdos, pueden volver a sangrar.Es La Vida.Besos.
ResponderEliminarquién podría ser?, si desde que nacemos llevamos marcas y otros desde el vientre
ResponderEliminarsomos una sucesión de patrones individuales y colectivos quenos dejan caminos con baches y hasta invalidantes mañanas
besos Pedro , buena semnana
Nada sabe de amor quien vuelve vivo. Que no sé quién lo dijo.
ResponderEliminarCada una de ellas encierra una historia, un paso más.
ResponderEliminarBesos Pedro y buena semana que comienza.
Heridas que nos dejan cicatrices. Hay algunas que cierran pronto, pero hay otras, que debido a su profundidad, llevan su tiempo.
ResponderEliminarUn beso
...algunas las contemplo Pedro por sus consecuencias, y hasta las agradezco, de lo contrario no me habría dado cuenta cuán valiosas han sido....
ResponderEliminarComo raya para la suma, pienso que son tremendamente efectivas...a pesar del dolor dejado...
te sigo con un abrazo,
Ali
Nalguns casos, as feridas nem cicatrizam...noutros, fazem-no tão de leve que a dor quase não se ausenta.
ResponderEliminarUm abraço cerrado e uma serena semana, Pedro mio.
Sin cicatrices no hay señal de guerras perdidas o ganadas... La vida pasa pero no hemos jugado a nada. Besos
ResponderEliminarY tampoco tiene la sensibilidad y la capacidad de situarse en el punto de vista del otro; no llegan a empatizar con los demás.
ResponderEliminarsaludos
Son las supervivientes que narran nuestras crónicas más amargas, pese a que alguna vez quisiéramos dejar de verlas. Nos recuerdan que en aquellas batallas a traición salimos tocados, pero no hundidos. Pero poseen asimismo un doble poder: el de hacernos más fuertes, o el de hacernos más vulnerables.
ResponderEliminarHasta pronto.
Si las cicatrices son síntoma de haber vivido, será porque la herida abierta es la vida misma. Nadie se libra del dolor de vivir, ni de la alegría de vivir que también deja su marca en la memoria. Pero como todas estas cicatrices son invisibles y somos reticentes a mostrarlas no voy a desconfiar por ello.
ResponderEliminarsalud y saludos
Me ha gustado la foto. Esa cicatriz es muy profunda por lo que veo. Besotes cicatrizantes, M.
ResponderEliminarLos únicos sin cicatrices son los niños, y algunos, pobres, también las tienen.
ResponderEliminarLos mayores todos tenemos y quien diga lo contrario es que las oculta o se las oculta a sí mismo que aún es peor. Pero de haberlas haylas, seguro.
Un abrazo
Las peores heridas son las del alma. Estas cicatrices, son difíciles de de ver porque,siempre permanecen,ocultas.
ResponderEliminarYa sé, ya sé que te refieres a las anímicas, pero fíjate que hasta las físicas nos hacen ser las personas que somos. Algunas nos marcan para bien, o para mal. Un día me puse a contar las mías (tengo unas cuantas) y estoy tan agradecida por alguna de ellas, que la iría exhibiendo a diestro y siniestro. ¿Ves?, lo mezclo todo. Siempre la misma función.
ResponderEliminarBesos
O es niño o es muy joven, de esos aún no desconfio.
ResponderEliminarUn abrazo cariñoso.
De vez en cuando duelen y nos recuerdan que están ahí. Estamos vivos.
ResponderEliminarEsas cicatrices nos haces mas fuertes y al incorporarlas a nuestro yo, crecemos como personas.
ResponderEliminarUn abrazo
Luz
Yo creo que aunque no se viva, todo el mundo lleva tatuado el cuerpo de cicatrices, pues hay tatuajes para todos los gustos, como clases de cicatrices. Aunque no esté muy de acuerdo, que cuando vemos un cuerpo totalmente tatuado indique que ese ser haya vivido mucho, es mejor no desconfíar.
ResponderEliminarCreo que es imposible no tener cicatrices. Como dice Natalia, solo si se es niño o muy joven se puede estar exento de ellas (y no del todo) ya que los padres, por instinto de conservación, protegen a sus vástagos de todo mal.
ResponderEliminarLo que si podemos encontrar, con frecuencia, son adultos que ocultan sus cicatrices por muchos motivos.
De desconfiar de alguien, yo personalmente lo haría de aquellos que "cicatrizaron en falso", aquellos que sellaron sus dolorosas heridas cerrándose a los demás para no volver a sufrir. Estas personas guardan rencores en su corazón que no les dejan vivir libres de sí mismos y se niegan, con esta actitud, a ver la bondad que hay en los demás.
Un abrazo.
Ibso.
Las cicatrices son los raíles que se van cerrando detrás de uno.
ResponderEliminar(Imagen y palabras tan mínimas como certeras)
Te has convertido en un maestro de la mirada.
ResponderEliminarDe eso se trata vivir: de ir formándonos a fuerza de golpes y caricias...mezcla rara que siempre dejan cicatrices.
ResponderEliminarUn abrazo.
"Llegó con tres heridas:
ResponderEliminarla del amor,
la de la muerte,
la de la vida.
Con tres heridas viene:
la de la vida,
la del amor,
la de la muerte.
Con tres heridas yo:
la de la vida,
la de la muerte,
la del amor."
El dolor es universal y deja huella. La cicatriz es señal de que la herida va formando parte del pasado...La memoria no es buena aliada
Sabias palabras. Un abrazo.
ResponderEliminarY mal que lo pasará cuando empiecen a sangrarle las heridas y no las reconozca.
ResponderEliminarBesitos
O no ha sufrido que es un tanto peor. De la sabiduría nace la frase. Gran foto. Abrazos.
ResponderEliminarO no ha vivido o ya ha pasado por el cirujano plástico.
ResponderEliminarSalu2.
Totalmente de acuerdo, Pedro.
ResponderEliminarabrazos y buena semana
Y más si era el rastro de un camino.
ResponderEliminar"El dolor es una revelación. Uno entiende lo que nunca antes entendió y contempla la historia toda desde una posición distinta".
ResponderEliminarO. W., De profundis
cicatrices, peldaños desgarrados del alma. Excelente foto.
ResponderEliminary del que las tiene en exceso. No ha aprendido.
ResponderEliminar"Quien nunca ha recibido una herida, ríe al ver las ajenas cicatrices."( No recuerdo el autor)
ResponderEliminarDicen que ciertas vidas están llenas de cicatrices.Por éso son más conmovedoras que hermosas.
Cicatrices...texturas del dolor.
ResponderEliminarDesconfía también del que hace bandera de sus cicatrices. Tal vez ha vivido por senderos que nadie debería seguir. Las cicatrices deben llevarse como la ropa interior: limpias y almidonadas, pero pudorosamente ocultas.
ResponderEliminarEsa es la lectura positiva de nuestras heridas, pese a que, en el momento, no seamos capaces de dársela.
ResponderEliminarUn beso desde Madrid/Getafe: PAQUITA
El maquillaje hace milagros pero no ese.
ResponderEliminarTotalmente.
ResponderEliminarbiquiños,