La profundidad de un río se mide por la forma en la que atrae nuestras miradas el fondo turbio. En el verde oscuro de las aguas se guardan secretos tan intensos que el lodo atesora como un avaro para esconderlos de las miradas. Por eso, una persona acodada en el petril de un puente se interroga siempre sobre qué debe arrojar al cauce de todo lo que más le pesa.
Me encanta el verde oscuro y todo lo que entraña. Arrojaría los problemas insolubles a condición de que nadie los pescase para sí
ResponderEliminarMi respuesta anda por aquí
ResponderEliminaraunque, pensándolo bien, no sé si es lo que más me pesa, quizás sólo quiera que estén allí...cerca mio.
ResponderEliminarCon el mejor de los lastres "Les idées noires", sin dudarlo.
ResponderEliminarun beso...
En la profundidad del río arrojaría todos mis errores cometidos para que se los llevara la corriente del río, y volver a renacer desde la claridad cristalina del agua.
ResponderEliminarUn beso.
Yo si volviera a mi, arrojaría el miedo a vivir... por temor a que me hagan daño. Besitos
ResponderEliminarSi nos interrogamos y dudamos sobre qué tirar es que tenemos demasiadas cosas para arrojar. Tal vez sería mejor tirarlas todas y empezar de cero.
ResponderEliminarBesos
Yo tiraría una red -de arrastre- para arrancar de su fondo todo lo malo que está envenenando su cauce...
ResponderEliminarabrazos, Maese Pedro :)
Veo que ahora te ha dado por los videos... Bonito río bordeado de árboles ¿es el Arlazón? Besotes curiosos, M.
ResponderEliminarmás que el peso, yo mediría el sufrimiento, el dolor... eso es lo que yo tiraría primero.
ResponderEliminarbiquiños.
El río en sí no existe, es solo un resultado de afluencias. Su profundidad viene de lejos y tal vez hay que buscarla fuera de él, en sus vertientes.
ResponderEliminarYo arrojaba piedras llanas y lisas, contaba las veces que la piedra bailaba, saltaba sobre la superficie con reflejos del agua del río, al principio eran saltos más largos, conforme pasaba el tiempo disminuían el tamaño de los saltos, hasta ya sin fuerza la piedra se hundía en las profundidades del río. (Las piedras negras y con ideas negras son las mejores para este juego, siempre se quedan en el fango de las profundidades del río.)
ResponderEliminarArrojemos las malas ideas, las nuestras y las que nos hacen peores.
ResponderEliminarsaludos
Lo que me pesa me da solidez y me sujeta al suelo. Está tan hondo como el lodo del río. Me miro entonces en ese fondo y sus miserias, y me reconozco.
ResponderEliminarEs un proyecto bellísimo, Pedro, que espero disfrutar en los próximos meses.
Que el nuevo año te traiga, pues, mucha agua y muchas ideas, además de bienestar. Un abrazo muy fuerte.
Aui tens , no teu precios texto, uma belíssima metáfora para a lama de certas pessoas que nos atraem como se nos puxassem para um abismo dada a sua tenebrosa complexidade.
ResponderEliminarUm forte abraço, meu Pedro.
ERRATA:
ResponderEliminarALMA, não "lama"
AQUI, não "Aui"
PRECIOSO, não "precios"
Mais um abraço e o meu pedido de desculpas pelas gralhas
El fondo de este río tiene el síndrome de Diógenes, almacena los
ResponderEliminarpeces de ciudad que no merecen nadar.
Suele ser un carro de supermercado; todo un clásico. ;-)
ResponderEliminarSaludos.
Los rios de poco caudal, me parecen más cercanos, más íntimos, más yo.
ResponderEliminarComo Paco, me gustan más los ríos "medianos e más chicos" que los "caudales".
ResponderEliminar¡Se pueden arrojar muchas cosas malas! Pero...¿y si rebotan?
Un beso
la contemplación solitaria de un río lleva a la reflexión de forma inmediata e irremediable. un abrazo.
ResponderEliminarLos rìos nos atraen, porque son una analogìa de nuestra vida.
ResponderEliminarAl principio, en las montañas, el rìo es caudaloso, vertiginoso y arriesgado.
En la llanura, el rìo se calma, pero su caudal se vuelve productivo.
En el final, pierde su energìa, se vuelve tranquilo y meandroso, y trasciende al mar.
El rìo nos hace patente la certeza de nuestra propia nuerte. Y la respuesta a eso, es arte.
Un abrazo.
Así andan los rios de contaminados. Besos Isabel.
ResponderEliminarLa acequia ha crecido, ahora es un hermoso río, con chopos en los bordes y paseantes que se mecen con su rumor.
ResponderEliminarMe alegra esta nueva variante, seguro vendrá cargada de vida, mismamente como el agua que nos recorre.
Un abrazo
"la profundidad de un rio" me parece muy poetico el titulo y lo que dices de el tb...
ResponderEliminarme parecio muy bonito...no se digo...
:) besines pedro
que estes bien...
:) SAUVIGNONA
Hay lastres que aún sabiendo que son los que más pesan, son los que más cuesta soltar.
ResponderEliminarUn abrazo.
A mí me dan ganas en días como este de soltar la prosaica realidad que nos rodea.
ResponderEliminarBesos, Pedro.
Todo nuestro saber se revela por ello como “ignorancia”. Soy de la Cuenca del Plata, la ciudad del puerto de Buenos Aires, de los horrores más aberrantes. El agua da vida y también trae muerte, oculta pruebas, ahoga sueños, vomita sobre las cosas pesadillas. La “ignorancia” no implica una actitud escéptica; significa únicamente que nuestras afirmaciones sobre la verdad se quedan por debajo de la verdad misma
ResponderEliminarcomo meras conjeturas de lo verdadero8. Por debajo del Río corre la verdad del Río. El saber que se reconoce como este su esencial quedarse por debajo de la verdad es lo que sucede en nuestra vida. Dicho reconocimiento es el horizonte dentro del cual se puede llegar a conocer algo. Hay que bucear en el Río, moverse en el agua para ver desde cerca, desde lejos, el infecto mundo en el que vivimos.
TE DEJO UN FUERTE ABRAZO, que tengas un muy ¡FELIZ AÑO!
Te considero un amigo, sos un escritor que admiro mucho y una persona que enseña todo el tiempo.
Gracias por estar, entretenernos, hacernos pensar, enseñarnos.
HologramaBlanco
(Edgardo)
Me has hecho recordar una situación personal de hace un tiempo atrás... experimentada a raíz de Seminario en Tarragona...al fondo llegan las duras experiencias, las mas dolorosas que el cuerpo, en su autocuidado, res-guarda como protección de nosotros mismos...
ResponderEliminarEs bueno vaciar la bañera, que fue lo que escribí, y echar un ojo al fondo....para poder "ver" y soltar de una vez....,-)
Un abrazo mi querido Maestro...
con mucho cariño,
Ali
Pensamos en lastres, siempre, una veces para liberarnos, otras para coleccionarlos, y eso último sale solo.
ResponderEliminarMe encanta la baja calidad de la imágen.
ResponderEliminarTodo un acierto.