¡Qué susto me acabas de dar, Pedro! pensé por el título que te despedías, pero me imagino y quiero creer ahora, al estar aquí, que no será así ¿verdad? que no te referías a ninguna despedida.
Del título: un final por partes es algo ilógico, ¿no crees? De la foto: ¿qué es real y que imaginado? Del texto: Tanto caminar para llegar al punto de partida, yo más que reflexivo estaría cabreado, jaja.
Un saludo, Ibso. P.D.: aunque me lo tome con humor, esta entrada da mucho en que pensar.
El hecho de llegar al final y no saber que hay detrás da pie a dar ese paso.... ¿principio o final? todo depende del cristal con que se mire ¿no? Necesito ver la segunda parte......Besos
La pescadilla que se muerde la cola. Creemos que avanzamos, porque caminamos hacia adelante y, sin embargo, estamos caminando en círculos, toda la vida.
¡Qué filosófico estás últimamente! pero siempre con un toque tétrico, hijo. El camino se hace al andar y no necesariamente hay que llegar al fin del mundo... De todas formas, la vida y la muerte están a la vuelta de la esquina aunque presiento que tu entrada tiene que ver con D. Alonso/Quijo... Muy bonita la foto. Besotes andarines, M.
Siempre andamos ahí, aunque no no demos cuenta, entre el filo de la vida y la muerte, Además has representado el final con agua, es como el principio, nacemos envueltos en líquido. Buena reflexión Pedro. Un abrazo Isabel.
hace tiempo que pienso que, si me permites la comparación, que la vida es, en el fondo, como un "punto de partido", un match point: todo depende del lado del que caiga la pelota...
Creo que he leído la frase como unas diez veces y todavía no se me ocurre un análisis sesudo de ella. El fin del mundo es el inicio. Nunca he estado más de acuerdo.
También nuestros días son como gotas de agua que van uniendose para formar charcos, lagos, riachuelos, rios y llegar al mar... nosotros somos los que decidimos seguir o parar o girar o adelantar.
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Perdona mi intromisión, Pedro. Acabo de enviarte un email a tu cuenta de gmail.
ResponderEliminarun abrazo.
(mañana te comento esta entrada).
¡Qué susto me acabas de dar, Pedro! pensé por el título que te despedías, pero me imagino y quiero creer ahora, al estar aquí, que no será así ¿verdad? que no te referías a ninguna despedida.
ResponderEliminarUn beso.
el que llegue...hay quien cae antes.
ResponderEliminarLa niñez es el espejo que uno acaba encontrando en la vejez.
ResponderEliminarque buen engaño, yo sabía que no te ibas, pensé en el Quijote.
ResponderEliminarInicio o final, todo depende de nosotros
ResponderEliminarEl show de Truman
ResponderEliminarSiempre en el filo.
ResponderEliminarSaludos
Del título: un final por partes es algo ilógico, ¿no crees?
ResponderEliminarDe la foto: ¿qué es real y que imaginado?
Del texto: Tanto caminar para llegar al punto de partida, yo más que reflexivo estaría cabreado, jaja.
Un saludo, Ibso.
P.D.: aunque me lo tome con humor, esta entrada da mucho en que pensar.
Todo acaba donde empieza lo siguiente, y no hay un inicio si antes no hay un final.
ResponderEliminarEl hecho de llegar al final y no saber que hay detrás da pie a dar ese paso.... ¿principio o final? todo depende del cristal con que se mire ¿no? Necesito ver la segunda parte......Besos
ResponderEliminarSomos una insignificante porción del infinito.
ResponderEliminarSaludos.
La vida y la muerte. Siempre presentes. Afortunadamente claro.
ResponderEliminarUn abrazo
La pescadilla que se muerde la cola. Creemos que avanzamos, porque caminamos hacia adelante y, sin embargo, estamos caminando en círculos, toda la vida.
ResponderEliminardos abrazos amigo y Maese
¡Qué filosófico estás últimamente! pero siempre con un toque tétrico, hijo. El camino se hace al andar y no necesariamente hay que llegar al fin del mundo... De todas formas, la vida y la muerte están a la vuelta de la esquina aunque presiento que tu entrada tiene que ver con D. Alonso/Quijo...
ResponderEliminarMuy bonita la foto. Besotes andarines, M.
Siempre andamos ahí, aunque no no demos cuenta, entre el filo de la vida y la muerte, Además has representado el final con agua, es como el principio, nacemos envueltos en líquido. Buena reflexión Pedro. Un abrazo Isabel.
ResponderEliminarAsí es, donde el agua se desborda hay una fuente.
ResponderEliminarIntrigante imagen.
No hay finales. Sólo comienzos. Todo volverá de nuevo.
ResponderEliminarUn abrazo (optimista)
La opción posible pasa por seguir caminando -tal vez desfallezcamos- el mundo es redondo, afortunadamente.
ResponderEliminarhace tiempo que pienso que, si me permites la comparación, que la vida es, en el fondo, como un "punto de partido", un match point: todo depende del lado del que caiga la pelota...
ResponderEliminarTexto: El enigma de la Esfingie: las tres edades del Hombre en versión mía.
ResponderEliminar1- Al inicio: fin de embarazo, nacimiento de un hijo-a
2-A la mitad de la vida: liberación de lastres, inicio de vida plena.
3- Al final: muerte a la vida física y transformación. Liberación.
Cómo se de el paso, es lo importante.
La foto: Es bellísma, me inspira una enorme paz y un sentimiento de fluidez... fluir con la vida misma hasta dónde sea.
Besos
Hay que ir con cuidado, pero cuando se llega... perder el cuidado
ResponderEliminarQué belleza.
ResponderEliminarEl agua es el principio y el final.
Bipolar o algùn otro-otra siguen con la tradiciòn de limpiarnos de pecado.
ResponderEliminar¿ existe el final? o ¿ Vivimos en un mundo infinito ?
ResponderEliminarLa cuestión es saber si hablamos del fin de un capítulo o bien se trata del final de la historia.
ResponderEliminarCreo que he leído la frase como unas diez veces y todavía no se me ocurre un análisis sesudo de ella. El fin del mundo es el inicio. Nunca he estado más de acuerdo.
ResponderEliminarSuerte, pues, con ese paso, que venga bien.
ResponderEliminar(¿Recibiste mi email? Espero que todo haya ido bien hoy. Un abrazo).
Demos el paso
ResponderEliminarPreciosa foto.
ResponderEliminarHermosa reflexión.
Espero por las siguientes.
Besos
Un final sin principio, o un principio sin final, el uno va con el otro, cogiditos de la mano.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo Pedro.
Ese eterno retorno... cachis !!
ResponderEliminarBesos, Pedro.
Excelente.
ResponderEliminarTambién nuestros días son como gotas de agua que van uniendose para formar charcos, lagos, riachuelos, rios y llegar al mar... nosotros somos los que decidimos seguir o parar o girar o adelantar.
ResponderEliminarsaludos.
Esta imagen es chulísima.
ResponderEliminarEl mundo imaginario.