Es curioso cómo el río nos llama. Gran parte de los ríos de mi geografía tienen poco caudal: a veces son hilos de agua en mitad del páramo castellano, una débil línea verde en mitad del horizonte extendido, casi sin árboles en sus márgenes, pues los talamos en ese placer arboricida del castellano: llevamos encima siglos de hacha y leña, hasta que hemos dejado descarnado nuestro paisaje. Algunos de ellos, de río sólo tienen el nombre o algún brote de antigua furia cada década que amenaza las casas que hemos construido, soberbios ante la naturaleza, como si no fuéramos ya conscientes de que el curso del agua es tozudo y sabio. Ni siquiera hemos sabido conservar aquellos lugares en los que nos bañábamos de niños: se han cegado, sucios de abandono. Otros permiten pasear la mirada y descansar la conciencia, tan ajetreada en estos días de venta al por mayor.
Los pocos que dejan echarse al agua encima de una barca, te llevan a lomos de un viejo misterio de fango y corrientes: pozas ocultas que no vemos pero que están debajo justo de la plácida piel del agua. El engaño de la superficie es igual que la anécdota vital en que consiste nuestra existencia: lo que nos identifica está siempre debajo, donde el agua turbia impide ver claro.
Tú no has visto el Vinalopó (el río de Elche), eso no es río ni es nada: sólo un canalillo de agua. Claro que, cuando llueve, es un río auténtico y sube de repente el nivel tanto, que no me extraña que aquí se ahogara Amílcar Barca.
ResponderEliminarvoz de río en este lado del mapa resuenan
ResponderEliminarson maravillosos e impredecibles como los volcanes y que en la cordillera nacen para hacerse uno con las orillas de pácifico
un abracito de paz
elisa
Por lo menos algo de misterio nos rodea a cada uno, cierto que cuanto más cristalinas las aguas más confianza nos despiertan pero es inevitable, en épocas, que las aguas se enturbien...
ResponderEliminarEL río es reflejo del ser, la verdadrea vida esta en el interior, la ignorancia que poseemos no nos deja verla en su totalidad.Ese sexto sentido que tenemos nos da pinceladas de vez en cuando, pero no sabemos interpretarlas, sólo damos crédito a lo que podemos ver.
ResponderEliminarBesos y buen finde
Algo asi es lo que me hubiese gustado escribir bajo el video del Arlanzón http://brgs.es/burgos/14/arlanzon-el-rio-de-burgos/ ...pero uno carece de su maestria. Estos rios son las "fuentes Zen" de Castilla...
ResponderEliminarMagnífica explicación y mejor metafora de la naturaleza humana.
ResponderEliminarHola! es verdad no cuidamos lo que tenemos nuestra naturaleza, y los ríos se quedan secos por la escasez de lluvias. En valencia por ejemplo llegamos al punto que el río Turía atravesaba la capital y por evitar inundaciones se hizo un desvío de su cauce,asi que tenemos el antiguo cauce del río que ahora están las ciencias y zonas verdes y el nuevo por donde pasa el rio.
ResponderEliminarA lo que llegamos los humanos
Besos
Lo que queremos es cazar nuestro reflejo.
ResponderEliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarMi casa está frente a un río. Más bien pegada a un río. la terraza sobrevuela el agua. Es uno de los pocos ríos que no se seca en verano. Tengo mucha suerte, lo sé. Y aún así, hay días que el agua llega turbia, y en el fondo se puede ver como el limo va dejando crecer alguna planta entre las guijas.
ResponderEliminarComo el río somos, la vida nos pasa como el agua y nos va modificando a nosotros, que somos cauce que parecía inalterable. Bajo el agua turbia nos escondemos y nos sentimos a salvo y solo dejamos que nos conozcan de verdad aquellos elegidos a los que permitimos bucear dentro de las pozas más ocultas.
ResponderEliminar¿Sabes que con este escrito me has hecho retroceder en el tiempo y recordar mi niñez? cuando mi familia y yo íbamos a pasar el día de fiesta, al río Puente Duero, o, a Castronuño, seguramente, tú los conozcas, e, incluso, también hayas ido allí a pasar el día. Recuerdo que los mismos se conservaban como agua cristalina, estaban realmente limpios, claros, sin contaminación.
ResponderEliminarHoy, en cambio, vas a la playa, y el agua del mar está turbia, sucia, es tremendo lo que estamos haciendo con la naturaleza, nos la estamos cargando.
Un beso.
Preciosa fotografia y mejor post...
ResponderEliminarEs para meditar largamente lo que dices.
Un cordial saludo.
No cuidamos lo que la naturaleza nos ha brindado.
ResponderEliminarSomos destructivos con nosotros y con lo que nos rodea.
Respecto a la metáfora del rio con el ser humano, es pura verdad, siempre detrás de alguien que tú crees una excelente persona puede haber algo escondido. Nunca llegas a conocer a una persona al 100%.
Me ha encantado este post y como siempre, la fotografía, genial.
Con tu permiso, la tomo prestada para ponerla como fondo de escritorio en el ordenador al igual que hice con la del campo de trigo que es la que actualmente tengo puesta.
Un beso.
Mi infancia también está llena de hilillos de agua, debidos a pantanos de riego que no respetaban un mínimo caudal. Una pena.
ResponderEliminar(sí, te aprecio tantito)
Un beso
Me ha gustado esto de que el agua turbia impide ver claro....será esto lo que le pasa a mi susodicho burgalés??????? Besos
ResponderEliminarAMELCHE: esos ríos que no existen y se desbordan son los que más nos recuerdan que no dominamos la naturaleza. Aunque lo intentemos. Lugar histórico Elche.
ResponderEliminarLICHAZUL: esos ríos de aquellas cordilleras son mucho más abundantes que los de por aquí. Un abrazo.
MAFALDIA: en muchas épocas...
CARMEN: más que ignorancia, soberbia, que es su hija más destacada. Besos.
BRGS: pero el video era magnífico, querido Blogófago. Ya sabes que puedes tomar mis palabras cuando quieras.
TXONI3: gracias por tus palabras en La Acequia, espero verte por aquí en próximas ocasiones.
ESTHER: torturamos los ríos a nuestra conveniencia. De vez en cuando nos recuerdan lo equivocados que estamos. Besos.
DARGOR: a veces está demasiado profundo.
BEA: recuerdo aquella hermosa entrada en la que lo contabas. Afortunada, en efecto.
MARÍA: Aquellos lugares de baño de los sesenta y setenta, ríos aun limpios. Domingos de verano... En efecto, lo recuerdo. Le debo una entrada a aquellos tiempos. Un beso.
CORNELIVS: pues hagámoslo para no olvidarnos. Saludos y gracias.
DESPLAZADOS: por supuesto que tienes mi permiso: trigo y agua. De ahí nace todo. Un beso.
EUPHORBIA: Una pena, en efecto. Riegos por inundación, derroche de agua. Lo pagaremos. Un beso.
SOL SOLITO: ...eso habrás de preguntárselo al susodicho... Besos.
Gracias a todos por vuestros comentarios. Un abrazo.
La culpa de que los ríos estén tan depauperados no las tienen los ríos ni las aguas sino los seres humanos que los secan, los ensucian, los derivan... ¡Pobres ríos!
ResponderEliminarGenial entrada,y cuanta razón que tienes, es curioso, precisamente, creo haber viso hoy en las noticias, que un bloque de n sé cuantos pisos de Sevilla, está a punto de caer, porque justamente debajo hay un rio, hombre.. mal hicieron en su momento, pero y la gente que vive ahí..buffffffff
ResponderEliminarSaludos, majo!.
Pd;Hoy tienes mejor aspecto!.
¡Ay, si! cuánto fango e inmundicias debajo de los rios... igualito que los seres humanos... (algunos mas que otros...). Besotes, M.
ResponderEliminarPrecioso texto otoñal.
ResponderEliminarLa sinrazón campa a sus anchas.
Ya no queda nada, sólo el recuerdo.
Debajo de la piel... unas hay inmundicias, a veces no hay nada, eso da miedo, los pinchas y no sangran...
ResponderEliminarPedrito, feliz nocturnidad.
Besos, niño
CECILIA: cómo maltratamos a la naturaleza.
ResponderEliminarTORMENTA: la especulación urbanística nos lleva a construir donde nunca deberíamos hacerlo. Y compramos las casas con los ojos cerrados. Gracias.
MERCHE: no sé yo si los ríos van un tanto más limpios... Besos.
JAVIER: a veces, ni eso queda.
DIANNA: si sangraran sería toda una sorpresa. Feliz nocturnidad. Besos.
"lo que nos identifica está siempre debajo, donde el agua turbia impide ver claro"
ResponderEliminarSi pudiéramos ser nosotros mismos... todavía no estamos preparados para mostrarlo
Pedro: debajo de la superficie está nuestra esencia, nunca descifrada, motivo de nuestros actos y pensamientos...
ResponderEliminarLas causas primeras son las últimas en conocerse.
Un abrazo desde Buenos Aires.
Antón.
BIPOLAR: ni llegaremos a estarlo. Lástima.
ResponderEliminarANTÓN: a veces porque las desconocemos conscientemente. Un abrazo.
Buenas tardes Pedro.
ResponderEliminarAdmiro esa denuncia ecologica de trasfondo y esa compracion psicologica del lo humano.
A fuerza de escapar de las zonas industriales, la imagen que tengo del agua que corre y baja de las montañas es mucho mas limpia y clara no exenta de peligros, lo cual tambien nos sirve de punto de mira hacia lo social. Aunque menos sucias, las sanguijuelas estan ahi.
Lo cual me lleva a reflexionar que la vida es como un rio, nace limpia y a medida que discurre se va embruteciendo de actos irresponsables, hasta llegar a la inmensa mar donde tambien hay gusanos.
Personalmente, me baño y retozo mas en las balsas de los rios de montaña que en el mar.
Quisiera que las cosas no fueran asi, pero la Natura nos marca el destino.
Saludos y abrazos.
Jesus
JESÚS: ¡Ojala fuera sólo la Natura! Me temo que nuestra mano interviene demasiado en todo esto. Saludos.
ResponderEliminarSólo pierde quien se oculta bajo los desperdicios, quizá porque se considera también desperdicio.
ResponderEliminarSi no fuésemos seres contaminados no nos dedicaríamos a contaminar lo que nos rodea. Si lo hacemos es porque no soportamos nuestra miseria.
Un besote.
ISABEL: quizá porque buena parte de nuestra materia lo es. Un beso.
ResponderEliminarDe nuestro Sícoris ni te cuento. Además de estar muerto a su paso por Lleida, hace tiempo talaron el choperal, plantaron céspedycaalizaron el caue. Está bonito pero a mi me da la misma pena que los animales enjaulados en el zoo o en un circo. A veces me sorprendo añorando el sonido de las hojas movidas por el viento con el canto del agua de fondo.
ResponderEliminarUn abrazo
ANTÒNIA: eso que indicas es una cosa de las que más detesto: los jardines hermoseados que sustituyen a lugares que tenían el encanto de la mínima intervención del ser humano. Nos gusta tratar a la naturaleza como si fuera un animal de compañía. Un abrazo.
ResponderEliminarLos ríos siempre tan poéticos y tan misteriosos…
ResponderEliminarBicos,
ALDABRA: siempre y cuando sepamos mirarlos, en efecto. Besos.
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