En el vértigo del horizonte, la única frontera eres tú.
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Tan fina la línea del horizonte que se puede quebrar con el viento.
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Se quedó bajo el árbol, a la espera de que la fruta madurara, con las manos bajo la nuca, una pierna para cada lado y un tallo de cebada silvestre entre los labios. Aquello desconcertó a la serpiente y desesperó al dios que vio perdida su última semana de trabajo. Plácidamente, se quedó dormido.
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Tan fina la línea del horizonte que se puede quebrar con el viento.
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Se quedó bajo el árbol, a la espera de que la fruta madurara, con las manos bajo la nuca, una pierna para cada lado y un tallo de cebada silvestre entre los labios. Aquello desconcertó a la serpiente y desesperó al dios que vio perdida su última semana de trabajo. Plácidamente, se quedó dormido.
Jajaja....no hay que tener prisa.
ResponderEliminarUn hermoso horizonte y a dormir.
ResponderEliminarEl plural de horizonte está muy bien traído, el horizonte depende de la miopía de cada uno.
ResponderEliminarUn magnífico retrato de la placidez.
ResponderEliminarSaludos.
¿Una pierna por cada lado?, ¿cebada silvestre? ¡Con lo que pican las cebadas! Allí se iba a quedar la serpiente, a ofrecer manzanitas.
ResponderEliminarTal vez su línea del horizonte se dirimió allí mismo. De tal guisa.
ResponderEliminarQué bonito es leerte, Pedro.
ResponderEliminarUn abrazo enorme.
Descansar é um bem precioso. Ler-te , também!
ResponderEliminarBesos, querido amigo mio
Es un horizonte muy veraniego, dispuesto a las siestas de agosto mientras canta la chicharra.
ResponderEliminarImagen relajante y placentera. Me apunto
ResponderEliminarCada cual se marca su propio horizonte, dependiendo de hasta dónde quiere llegar.
ResponderEliminarCamino de los horizontes que vemos o intuimos, cada cual "elige" sus tiempos y paisajes...
ResponderEliminarAbrazo
Me gusta subir a los lugares donde el horizonte da la vuelta.
ResponderEliminarSe quedó tan relajado observando el horizonte, que no se dio cuenta de cuándo la serpiente había pensado en él.
Besos