En la ribera del río
estaba la tarde en calma.
Solo espejos de los puentes
y dientes en una barca.
¡Los ríos recién lavados
y la sonrisa en tu cara!
Marina tiburonera
del color de la albahaca.
Te quiero porque te quiero,
fresca y dulce, junto al agua,
sobre barquitas con dientes
verde labios tu mirada.
© Pedro Ojeda Escudero, 2017
Sabor a romancero gitano, calor de flores del sur en este romance con drama sobre el azul del cielo espejado en el agua.
ResponderEliminarMe gusta, también a mí me ha recordado a Lorca.
ResponderEliminarUn abrazo.
Con retraso ya tengo Patria.
Qué romance sureño más precioso!!!!
ResponderEliminarLas aves que iban volando
ResponderEliminarse paraban a escuchar.
Buenos días, profesor Ojeda:
ResponderEliminar:)
¿Quién se resiste a subir a esa barca, en ese río, y esa tarde en calma?
Enlazo ♪ ♫ ♪ ♩♪ ♫ poema y música ♪ ♫ ♪ ♩♪ ♫
:)
Abrazos.
Me han hecho despertar una sonrisa los dientes de esa barca jeje y tu poesía, preciosa, romántica melancolía. Buen fin de semana.
ResponderEliminarOlé,Ole,Olé...
ResponderEliminar¡Una delicia!
ResponderEliminar¡Que viva el 8!
Mis aplausos, profe.
Reconfortan estos versos, ¡y mucho, ya lo creo!
Gracias.
Besos.
;)
También a mí me ha provocado una sonrisa.
ResponderEliminarUn abrazo
Pensamiento cargado de metáforas...
ResponderEliminarAbrazo
Suscribo a los comentarios que me preceden,
ResponderEliminarBesos,
(con cara de río lavado).
Y aquí venía uno...
ResponderEliminar;)
Besos.