Con qué cuidado acudes a la vida.
Incluso a esta, que crece entre las piedras
de la fuente del lobo, la vigilas
a diario, con temor, que no se pierda
como cientos de cosas que has perdido.
Tu mano en el paseo, la vereda
entre los robles viejos
hacia Santa Marina,
con qué cuidado para no perderla.
© Pedro Ojeda Escudero, 2017
Delicado y precioso poema. Me encanta.
ResponderEliminarBello y sutil.
ResponderEliminarBesos
Sutil y bello
ResponderEliminarMás besos