Una rosa siempre, en cualquier época y lugar, tiene algo de anomalía. Son acaparadoras de miradas, tienen un ego tremendo las rosas, lleno de capas. He fotografiado a menudo las rosas, pero nunca he sabido que hacer con esas fotos, no las sentía como mías. Tal vez solo tenía que dejarlas ser, como tú has hecho.
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Dejarla mejor ser rosa, ser ella, dejarla que ella sea, sin arrancarla, dejarla en su ser.
ResponderEliminarMe encantan todas las entradas que publicas, Pedro, igual las imágenes.
Un beso.
Como María, voto por dejarla...
ResponderEliminarAbrazo.
Hubo un tiempo no muy lejano que arrancaron y enterraron a 13 rosas, no las dejaron serlo.
ResponderEliminarSaludos
aunque la edad que le da el cielo es un breve y veloz vuelo
ResponderEliminarUna rosa siempre, en cualquier época y lugar, tiene algo de anomalía. Son acaparadoras de miradas, tienen un ego tremendo las rosas, lleno de capas. He fotografiado a menudo las rosas, pero nunca he sabido que hacer con esas fotos, no las sentía como mías. Tal vez solo tenía que dejarlas ser, como tú has hecho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Yo la corto y me la llevo puesta... total si le queda un telediario.
ResponderEliminarJa ja ja esta chica mala...
Me ha encantado veros.
Alguna me queda, nos queda, a nosotros también.
ResponderEliminarUn abrazo
Ahí está para que cada uno sueñe cómo y qué hacer con ella...
ResponderEliminarMientras queden rosas, queda esperanza;)
Besos, Pedro.