ese personaje de tu relato que gusta de todo en su lugar , maníaco del orden y lo establecido, que no le muevan mundo ni emoción ... qué tristeza de personaje
En el mundo laboral te cambian hasta la identidad, tienes que tragar sapos y ranas si quieres sobrevivir. Para compensar, cada cierto tiempo me llevo un paquete de folios a casa.
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Eso es pecataminuta, lo grave es que te cambien la propia vida.
ResponderEliminarSaludos
Que alguien entre en tus sueños y te cambie los lapiceros de sitio... solo espero que no sean los de colores.
ResponderEliminarBesos.
ese personaje de tu relato que gusta de todo en su lugar , maníaco del orden y lo establecido, que no le muevan mundo ni emoción ... qué tristeza de personaje
ResponderEliminarbss
Siempre hay quien te mueve los lapiceros.
ResponderEliminarEs bueno desordenar, de vez en cuando, los lapiceros y si alguien lo hace por ti, sin tú quererlo, puede que el resultado final, hasta sea bueno.
ResponderEliminarBesos
En el mundo laboral te cambian hasta la identidad, tienes que tragar sapos y ranas si quieres sobrevivir. Para compensar, cada cierto tiempo me llevo un paquete de folios a casa.
ResponderEliminarTantas cosas nos cambian la vida...
ResponderEliminarNunca estamos al abrigo de algún duende travieso que nos desencaje.
ResponderEliminar;)
Besos, Pedro.
¡Qué maravilla poder entrar en los sueños de Otro
ResponderEliminary bailar con sus luces y sombras, incluidos los lápices!
Besos