Te intriga la luz del vecino a estas horas de la madrugada. Hasta que te das cuenta de que tú también estás despierto y con la luz encendida esperando, sin más, a que amanezca. Y aun faltan unas horas.
Yo siempre que veo luz, pienso en llamar para tomar un café o lo que se tercie. Aunque en esta ocasión, creo que hay que arremangarse las mangas y empezar a trabajar. Las dificultades son tantas que quizás solo con el esfuerzo no haya suficiente. Y claro, el rezar ya hemos visto que no es solución. Un abrazo
A mí me gustaría poder ver todos los amaneceres que me quedan por vivir: ver cómo la luz va creciendo mientras las estrellas se difuminan hasta desaparecer, respirar el aire limpio y sentir la frescura de la madrugada, escuchar el despertar de los pájaros con sus trinos... Para mí no hay, quizá, momento más hermoso en todo el día. Y si el vecino, o la vecina, está despierto, le puedo invitar a que lo disfrute conmigo.
Mis vecinos deben de ver mis luces encendidas todos los días porque soy muy madrugadora (a veces demasiado...) Es la hora que más me gusta para visitar los diferentes blogs. El silencio de la noche me inspira y es un privilegio ver la aurora. Ese cielo rojizo volviéndose gris acero hasta que se va abriendo poco a poco y ya no necesito tener la luz encendida. Un placer. Besotes matutinos, M.
Esa ventana y ese alfeizar reducidos a la esquina, desvelados en la noche tratando de desvelar lo recóndito, o solo esperando en compañía, con toda la pared por delante.
Anoche sólo vi una oscuridad y una vuelta al ostracismo desde mi ventana. Quiero creer que nos queda ese resquicio de luz y que aún quedan luces encendidas... Besos, Pedro.
Supongo que no es difícil, en estos tiempos, que varios desvelados coincidan en el tiempo dando la luz (caja para las eléctricas) con el fin de ver cuánto tiempo les falta (o les sobra) de desvelo hasta que deban poner en marcha sus pasos por los terrenos de la incertidumbre...
y qué ilusión te acomete entonces, en la alta madrugada, en tocar su puerta y pasar, intercambiar confidencias,músicas,¿tampoco tú puedes dormir, qué faena, eh, mimitos acaso, aunque no piense igual exactamente, con el vecino, bueno, mejor con la vecina. saludos
Seguro que digo una tontería pero esa foto me ha recordado la luz de los cuadros de Wermer. Yo soy excesivamente madrugadora, aunque llevo unos días que el despertador biológico me está fallando, por eso llego más tarde a los blogs. Besos
Si veo la luz del vecino en la madrugada, pienso que ya no estoy sola con insomnio. Y ya sabes: mal de muchos, consuelo de totos. que disfurtes de una buena semana de color azul. Un beso
Me intriga mucho más el porqué la mía queda prendida cada madrugada, esperando que la oscuridad de la noche de respuestas a toda pregunta hecha en la más absoluta claridad. Sin embargo, observar el amanecer es digno de cualquier noche en vela. Besos Pedro.
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en esas horas, todo se hace eterno
ResponderEliminardemasiado silencio para esperar
buena semana Pedro
besitos
Pero qué laaaaaaargos se hacen los minutos cuando se está despierto esperando a que amanezca.
ResponderEliminarUn beso.
No faltan horas. Faltarán años.
ResponderEliminarCuando pasa así...la noche se hace interminable.Que tengas una linda semana.Besos.
ResponderEliminarA veces, descubrir otra luz encendida a deshora nos recuerda que no estamos tan solos.
ResponderEliminarun abrazo Maese Pedro y buena semana
ps
llegó el cambio ¿qué veremos, amigo?
Yo siempre que veo luz, pienso en llamar para tomar un café o lo que se tercie. Aunque en esta ocasión, creo que hay que arremangarse las mangas y empezar a trabajar.
ResponderEliminarLas dificultades son tantas que quizás solo con el esfuerzo no haya suficiente. Y claro, el rezar ya hemos visto que no es solución.
Un abrazo
A mí me gustaría poder ver todos los amaneceres que me quedan por vivir: ver cómo la luz va creciendo mientras las estrellas se difuminan hasta desaparecer, respirar el aire limpio y sentir la frescura de la madrugada, escuchar el despertar de los pájaros con sus trinos... Para mí no hay, quizá, momento más hermoso en todo el día. Y si el vecino, o la vecina, está despierto, le puedo invitar a que lo disfrute conmigo.
ResponderEliminarEl vecino piensa lo mismo...
ResponderEliminarSi es que... vemos mucho más fácil lo de fuera que lo nuestro.
ResponderEliminarBesos
Quizás al vecino le intrigue tu luz
ResponderEliminarMis vecinos deben de ver mis luces encendidas todos los días porque soy muy madrugadora (a veces demasiado...) Es la hora que más me gusta para visitar los diferentes blogs. El silencio de la noche me inspira y es un privilegio ver la aurora. Ese cielo rojizo volviéndose gris acero hasta que se va abriendo poco a poco y ya no necesito tener la luz encendida. Un placer. Besotes matutinos, M.
ResponderEliminarY que amanezca, sea con el color que sea. Que salga el sol y nos alumbre.
ResponderEliminarBesos, Pedro.
Bon dia Maese Pedro, que bonito es el amanecer y que incierto es el tiempo que nos espera...Con todo, estamos vivos.
ResponderEliminarSaludos cordiales.
Jesus
Esa ventana y ese alfeizar reducidos a la esquina, desvelados en la noche tratando de desvelar lo recóndito, o solo esperando en compañía, con toda la pared por delante.
ResponderEliminarEstremecedora, Pedro.
Unas horas que interpretan el tiempo vivido.
ResponderEliminarUn abrazo.
La luz del vecino y el vecino te acompañan; se acompañan mutuamente y se dan fuerza.
ResponderEliminarAsí es más benigno marchar hacia cualquier destino por duro que éste sea.
Un abrazo
Y amanecer: Siempre amanece. Siempre.
ResponderEliminarAnoche sólo vi una oscuridad y una vuelta al ostracismo desde mi ventana.
ResponderEliminarQuiero creer que nos queda ese resquicio de luz y que aún quedan luces encendidas...
Besos, Pedro.
Nos preguntamos: ¡Que hará? sin preguntarnos que hacemos. Muy cierto.
ResponderEliminar¿Son los desvelos del alma o del cuerpo?
ResponderEliminarSupongo que no es difícil, en estos tiempos, que varios desvelados coincidan en el tiempo dando la luz (caja para las eléctricas) con el fin de ver cuánto tiempo les falta (o les sobra) de desvelo hasta que deban poner en marcha sus pasos por los terrenos de la incertidumbre...
Un abrazo.
No hay luz, sino la que uno lleva. Las demás son luces imaginarias.
ResponderEliminarjustamente anoche me paso eso esperar a que amanezca solo que no habia ninguna luz del vecino....
ResponderEliminarbesines pedro que tengas lindo dia...
sau
eso no es bueno, mi querido profe, ni siquiera imaginar que el vecino insomnia por la misma razón que nosotros.
ResponderEliminarsaludos
Es verdad, tendemos a ver "la paja en el ojo ajeno" y no vemos la paja del nuestro.
ResponderEliminarbiquiños,
me encanta la foto.
y qué ilusión te acomete entonces, en la alta madrugada, en tocar su puerta y pasar, intercambiar confidencias,músicas,¿tampoco tú puedes dormir, qué faena, eh, mimitos acaso, aunque no piense igual exactamente, con el vecino, bueno, mejor con la vecina.
ResponderEliminarsaludos
A eso se le llama insomnio; es una terrible enfermedad que acosa por temporadas...
ResponderEliminarSaludos.
Seguro que digo una tontería pero esa foto me ha recordado la luz de los cuadros de Wermer.
ResponderEliminarYo soy excesivamente madrugadora, aunque llevo unos días que el despertador biológico me está fallando, por eso llego más tarde a los blogs.
Besos
Si veo la luz del vecino en la madrugada, pienso que ya no estoy sola con insomnio. Y ya sabes: mal de muchos, consuelo de totos.
ResponderEliminarque disfurtes de una buena semana de color azul. Un beso
Me trajo a la mente a Herman Hesse, cuando hacìa que Harry Haller estuviera caminando en su cuarto toda la noche, cosa que intrigaba a su vecino.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pois é, meu querido amigo, insónia é um drama que conheço demasiado bem...
ResponderEliminarUm solidário beijo.
Esperemos que pronto amanezca y no sea muy larga la espera, ni la del vecino ni la nuestra.
ResponderEliminarBesos
Luz
El insomnio es un placer solitario que despierta mucha curiosidad...
ResponderEliminar:-)
... bueno al menos es un insomnio acompañado.
ResponderEliminarBesos desde la roca que me cobija.
Mar (... la vendedora de humo)
Me intriga mucho más el porqué la mía queda prendida cada madrugada, esperando que la oscuridad de la noche de respuestas a toda pregunta hecha en la más absoluta claridad.
ResponderEliminarSin embargo, observar el amanecer es digno de cualquier noche en vela.
Besos Pedro.
Pedro, ¡cómo me gusta leerte!
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