Yo no sé muchas cosas, es verdad.
Digo tan solo lo que he visto.
Y he visto:
que la cuna del hombre la mecen con cuentos...
Que los gritos de angustia del hombre los ahogan con cuentos...
Que el llanto del hombre lo taponan con cuentos...
Que los huesos del hombre los entierran con cuentos.
Y que el miedo del hombre...
ha inventado todos los cuentos.
Yo sé muy pocas cosas, es verdad.
Pero me han dormido con todos los cuentos...
Y sé todos los cuentos.
(León Felipe, Sé todos los cuentos.)
la vida también es un cuento...
ResponderEliminarSaludos.
Y al final siempre nos creemos los cuentos, no aprendemos lo suficiente.
ResponderEliminarBesos
Meridianamente cierto:
ResponderEliminarLa vida está pintada en cuentos
La muerte se arrebuja en los cuentos
Las mentiras se endulzan con cuentos
la verdad ignora los cuentos
La gloria se paga con cuentos
el poder se esfuma con cuentos
Solo quien cree en sí mismo sabe de memoria un cuento
El olvido se cotiza como si fuera de cuento.
Y así, así así
me gusta a mí.
Solo sé de un cuento sin final.
Abrazos
Mi Señor Ojeda,
ResponderEliminarQué buena elección, un ejemplo de poesía que podría haberse escrito en no más de lo que dura un cuento por un poeta contador de cuentos, y tengo la sensación que León Felipe era un contador de historias, un orador nato.
Y cuenta un cuento, que invita con un golpe en el cerebro a que visualicemos cada uno el nuestro, estimulados como niños para que razonemos como adultos; pero también a preguntarle ¿de qué cuentos nos habla? porque querremos oír el suyo, sin duda. Y seguro que tenía para largo, para largo. (Y a falta de él vivo o presente a leer su obra)
Incluye este poema todos los elementos que me gustan de la poesía social, es decir, de la poesía escrita pensando en los demás, en las gentes que podrían leerla o escucharla.
Suyo, Z+-----
¿Y cuando dejaremos de tener miedo y no levantaremos con un grito de millones de voces que digan: ¡basta ya de cuentos!?.
ResponderEliminarUn abrazo
ibso
Que nos dejen de cuentos, que no somos niños para creer en ellos.
ResponderEliminarUn beso.
pos yo tampoco sé muchas cosas, pero lo poco que sé intento pulirlo pa'se sienta bonito
ResponderEliminarQue não nos contem contos, mas sim a verdade e nos respeitem!
ResponderEliminarO poema em si me agradou.
Um abraço grande, meu amigo.
Gracias, por muchas razones, por publicar esto.
ResponderEliminarCon tu permiso, me lo llevo a un grupo de facebook en el que participo y...
aunque no viva del cuento
ni con los cuentos,
a veces se necesitan
como sustento
Beso mexicano...sin cuentos
¿Será que somos ingenuos y necesitamos creer en los cuentos?
ResponderEliminarUn abrazo.
Y cuantos cuentos quedan por escuchar hasta quedar dormidos...en la eternidad...Lindo domingo.Besos.
ResponderEliminarQué bueno, Maese Pedro, qué acertada elección... hoy día 11 nos volverán a contar los mismos "cuentos"
ResponderEliminarun abrazo grande
Nosotros, "los chilenos" nada de cuentos!! un 11 de septiembre nos vendieron un cuento que duró 26 años!! "LA DICTADURA DE PINOCHET"
ResponderEliminary desde entonces que los cuentos dejaron de serlo....la realidad la superó mi querido Maestro....
Hoy....nuevamente nos vemos golpeados terriblemente.
Somos un país que cae y se levanta, es nuestro "cuento"....que te comparto, con mi corazón abierto!
A mi Maestro, con cariño,
Ali
La poesía de León Felipe es para leerla en voz alta, muy alta. Así, escuchando en nuestra propia voz sus versos nos sentiremos parte de ella.
ResponderEliminarMuy actual, sí señor. Pero siempre hay que leer los cuentos entre líneas... Besotes cuentistas, M.
ResponderEliminarNunca llegaremos a saber todos los cuentos, algunos no sabemos que lo son.
ResponderEliminarBesos, feliz domingo
Y qué culpa tienen los cuentos...!!
ResponderEliminarBesos, Pedro.
Yo no sé todos los cuentos, pero suscribo el poema de León Felipe.
ResponderEliminarBendita, luminosa, ingenua dulzura la de León Felipe !salve!
ResponderEliminar¿Qué seríamos sin los cuentos? Incluidos los de terror.
Besitooo
Érase una vez
ResponderEliminarun lobito bueno
al que maltrataban
todos los corderos.
Había también
un príncipe malo,
una bruja hermosa
y un pirata honrado.
Todas estas cosas
había una vez
cuando yo soñaba
un mundo al revés.
(José Agustín Goytisolo)
Antes yo no sabía
por qué debemos todos
-día tras día-
seguir siempre adelante
hasta, como se dice,
que el cuerpo aguante.
Ahora lo sé.
Si vienes conmigo
te lo diré.
(José Agustín Goytisolo)
Ya sabe, señor Ojeda, lo de Shakespeare: la vida es un cuento narrado por un idiota lleno de ruido y de furia que no significa NADA.
ResponderEliminarQuizás León Felipe no llega a tanto, y deplora algunos cuentos, sí, y le gustan mucho otros.
saludos blogueros
Siguiendo la técnica del avestruz, en ocasiones preferimos el cuento.
ResponderEliminarUn amigo mío dice que para algunos estamentos, todo lo que no sean cuentas son cuentos y casi siempre tiene razón.
ResponderEliminarUn abrazo.
Muy bien traído el poema e incluso podríamos llegar a creer que el tiempo es cíclico.
ResponderEliminarNo soy muy amante de la poesía pero siempre que me he topado con algo de León Felipe me ha gustado.
Besos
¡Qué buenos poetas da la tierra!
ResponderEliminarMil y un cuentos salvaron la vida de Scheherezade.
ResponderEliminarMil y un cuentos educaron al sultán Shahriar y le convirtieron en sabio y generoso.
Hay cuentos para dormir a los niños y cuentos para despertar a los adultos.
Cuentos para dormir a las lechuzas y cuentos para despertar a los lirones.
Y los que nos queda por leer o escuchar mmmmmmmmmmmm. Besos Pedro
ResponderEliminarSiempre me ha gustado León Felipe.
ResponderEliminarMe ha gustado leerte.
Un abrazo.
Los cuentos son necesarios.
ResponderEliminar¿Qué sería la vida sin cuentos?
Un abrazo
Los cuentos a veces son necesarios para trasladarnos a otra realidad.
ResponderEliminarY nos repetirán una y otra vez los mismos cuentos.
ResponderEliminarY sin embargo... Muchos tienen envidia del cuentista.
ResponderEliminarEs verdad.
ResponderEliminarbiquiños,
Me gusta lo que leo por aquí.Con tu permiso me apunto esta dirección. Gracias.
ResponderEliminarA vida escreve, ela própria, contos. Outros porém inventamos ou sonhamos para podermos continuar a acreditar que vale sempre a pena.
ResponderEliminarUm abraço
oa.s