Se dio cuenta de que, para olvidar a aquella persona que tanto daño le había hecho, bastaba con tomar un café en una terraza a buena mañana, cuando todavía se notaba el fresco de la noche. Así tendría el día entero por delante.
Un buen café, un lugar agradable, esa brisa mañanera... para olvidarse de todo un ratito, pequeño oasis de felicidad. Luego los problemas regresan facilmente, pero mientras... Eso sí, el café tiene que ser bueno, yo lo prefiero cortado.
Ni siquiera un café en una terraza por la mañana nos puede hacer olvidar a nadie, porque el recuerdo es como una cámara de fotos aunque sin cámara, lo que sí encuentro un gran placer el cafecito con el frescor del comienzo de una mañana envuelta en esperanza e ilusiones.
Supongo que, como en todo, cada cual llevará el asunto a su manera... a un@s les calará más a otr@s menos... en fin, en los dolores y en las alegrías también hay matices.... mas no creo que un café cure tan deprisa los efectos de un daño tan extenso e intenso... como mucho, se lo haría olvidar por un ratito... Abrazo.
Pocos cafés se había tomado por la mañana cuando aún quedan los ecos de la noche, con esa persona que tanto daño le había hecho, pues seguro, que sería el momento que más se acordaría de ella, si los cafés hubiesen sido frecuentes.
¡Cómo le gusta Valladolid!. ¡Y esa zona a la que recurre con frecuencia!. ¿De veras quiere olvidar?. ¿Por qué insiste en volverse de espaldas?. Sólo tiene que girarse y poner el rostro al aire, que –fresco y renovado- juega imparable entre los arcos de la Plaza, mientras él apura y mezcla los recuerdos con el último café.
Y además en la terraza, puede si quiere, de momento, fumarse un cigarrillo para aspirar la mañana y el humo, una sensación de libertad ¿dura poco? pero que dure cada mañana.
El olvido nos salva de que la vida se nos convierta en una tortura. Porque olvidamos, podemos volver a ser felices: pero a veces es demasiado poquito a poco.
Otro dijo: no hay mal que cien años dure (fue una mijilla esajerao el gachó)
Si alguien me hace daño, no me tomo un cafe´, entre otras cosas porque no me sienta muy bien. Lo que hago es que me voy a pasear yo sola e intento averiguar las causas por las que me siento dolida. Despues si puedo, resuelvo el problema conmigo misma y ya es mas facil resolverlo con la otra persona que me hirio. Claro que para eso, como tu dices, necesito todo el dia y a veces muchos otros.
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Sentiría más aereadas las neuronas si se cortara un poco el pelo.
ResponderEliminarahhhh y si, el café negro e intenso, también ayuda a la toma de conciencia.
ResponderEliminarTomar un café y mirar fijamente a la columna ante sus narices, ignorando todo aquello que pasara a su alrededor.
ResponderEliminarojalá bastara un café mañanero para olvidar a quien nos ha hecho daño...
ResponderEliminarEl tiempo para mí es el mejor café...
Cierto es que la mañana renueva, ese frescor rejuvenece.
ResponderEliminarSaludos.
Beber para olvidar????? y además café???? Ya no entiendo nada. Los tiempos cambian hasta los refranes.
ResponderEliminar¿Solo con un café se olvida? Pues que bien... (Me ha gustado la foto) Besotes madrugadores, M.
ResponderEliminarUn buen café, un lugar agradable, esa brisa mañanera... para olvidarse de todo un ratito, pequeño oasis de felicidad.
ResponderEliminarLuego los problemas regresan facilmente, pero mientras... Eso sí, el café tiene que ser bueno, yo lo prefiero cortado.
Querido Pdro, no sé si será suficiente un café para olvidar a una persona que te ha hecho daño.
ResponderEliminarPero, sentarde en una terracita, leer un libro, puede ser una terapia que de resultado.
saludos
Se nota el fresco de la noche en esa sombra de azules.
ResponderEliminarNi siquiera un café en una terraza por la mañana nos puede hacer olvidar a nadie, porque el recuerdo es como una cámara de fotos aunque sin cámara, lo que sí encuentro un gran placer el cafecito con el frescor del comienzo de una mañana envuelta en esperanza e ilusiones.
ResponderEliminar¡Feliz día, Pedro!
Un beso.
Supongo que, como en todo, cada cual llevará el asunto a su manera... a un@s les calará más a otr@s menos... en fin, en los dolores y en las alegrías también hay matices.... mas no creo que un café cure tan deprisa los efectos de un daño tan extenso e intenso... como mucho, se lo haría olvidar por un ratito...
ResponderEliminarAbrazo.
Todo el día para olvidar.... o recordar
ResponderEliminares otro tiempo el de los cafés, más cuando lo visionas detenido como aquí ocurre
ResponderEliminarTendré que jubilarme para disfrutar de ese placer.
ResponderEliminarLo de olvidar es una disculpa como otra.
Acabará de los nervios al final del día ;-) Aunque es una buena idea eso de darle al tinto de buena mañana.
ResponderEliminarBesos, Pedro.
Pocos cafés se había tomado por la mañana cuando aún quedan los ecos de la noche, con esa persona que tanto daño le había hecho, pues seguro, que sería el momento que más se acordaría de ella, si los cafés hubiesen sido frecuentes.
ResponderEliminarCafè negro. Un cigarro. Pensamiento firme.
ResponderEliminarY la vida por delante.
Un abrazo.
ay Pedro! eres una tentación...iré por un café ....pero a mi cocina
ResponderEliminarbesos
acá recién la 10:02 am :)P
ResponderEliminarBuenos días, profesor Ojeda:
ResponderEliminar¡Cómo le gusta Valladolid!. ¡Y esa zona a la que recurre con frecuencia!.
¿De veras quiere olvidar?.
¿Por qué insiste en volverse de espaldas?. Sólo tiene que girarse y poner el rostro al aire, que –fresco y renovado- juega imparable entre los arcos de la Plaza, mientras él apura y mezcla los recuerdos con el último café.
Saludos.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminaraclaro mi segundo comentario:
ResponderEliminares que para poder olvidar hay que primero, tomar conciencia de que esa relación nos hace daño. Después el café, o al mismo tiempo, pero bien intenso.
Soy adicta a los Capuccinos y ya no tengo nada que nada que olvidar..nada que valga la pena..En positivo todo..
ResponderEliminarUn beso, Pedro, para tí, para Tod@s
Y además en la terraza, puede si quiere, de momento, fumarse un cigarrillo para aspirar la mañana y el humo, una sensación de libertad ¿dura poco? pero que dure cada mañana.
ResponderEliminarGELU: La foto no está tomada en Valladolid.
ResponderEliminarOlá, gostei da fotografia e do texto...Espectacular....
ResponderEliminarCumprimentos
Es que las mañanas siempre vuelven tras las noches , igual que ciertos dolores, que el café espanta .
ResponderEliminarA mi, por lo pronto, lo que me hace olvidar el primer café mañanero es todo lo que he soñado la noche anterior.
ResponderEliminarAbrazos, amigo
El olvido nos salva de que la vida se nos convierta en una tortura. Porque olvidamos, podemos volver a ser felices: pero a veces es demasiado poquito a poco.
ResponderEliminarOtro dijo: no hay mal que cien años dure (fue una mijilla esajerao el gachó)
Hay personas y daños que necesitan mucho más que un café.
ResponderEliminarBesitos
¡Y como nos refresca esa brisa mañanera, mas aún si la recibimos a la orilla del mar!
ResponderEliminarAún hay muchos días por delante.
Abrazos Pedro.
ojalá fuera tan sencillo... de todos modos, la buena energía siempre ayuda y un cafetito en un sitio agradable es muy reconfortante.
ResponderEliminarbiquiños,
Si alguien me hace daño, no me tomo un cafe´, entre otras cosas porque no me sienta muy bien. Lo que hago es que me voy a pasear yo sola e intento averiguar las causas por las que me siento dolida. Despues si puedo, resuelvo el problema conmigo misma y ya es mas facil resolverlo con la otra persona que me hirio. Claro que para eso, como tu dices, necesito todo el dia y a veces muchos otros.
ResponderEliminarUn beso
Luz
Un nuevo día empieza para ponernos las pilas y empezar de nuevo ... o quizá continuar. Besos Pedro
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