Después de una pérdida, hay que volver a la normalidad. No queda otra. Después de una pérdida, las cosas siguen ahí y la vida continúa. Hay unos días en los que los pasos suenan adormecidos: el sonido vuelve, lento. Mañana, amanece, aunque uno lleve para siempre un pesar adentro.
Gracias a todos por las muestras de cariño y ánimo que me habéis hecho llegar.
LO siento profundamente, ya sabes que comparto tu dolor. Besos y abrazos.
ResponderEliminarTe acompaño en tu dolor Pedro. Solo puedo dejarte un gran abrazo y un beso.
ResponderEliminarAunque sea una normalidad extraña, sí, hay que volver a ella. Cuesta un poco, pero se consigue porque sentimos que quien se marchó sigue con nosotros, en nuestra memoria, en nuestros comentarios, en nuestra forma de ser actual. Eso da fuerzas.
ResponderEliminarTodo mi apoyo para que sigas adelante.
Lo siento profundamente, Pedro.
ResponderEliminarSu recuerdo perdurará en ti pero lograrás recuperarte poco a poco.
Un fuerte abrazo
Con agujeros, pero amanece.
ResponderEliminarRecibe el mayor de los abrazos.
que es la normalidad tras una tragedia...lo anterior o lo que viene después...hace ya tiempo que yo no vivo en la normalidad..cada día se me hace tan diferente que no concibo otra cosa. Un abrazo y ánimos.
ResponderEliminarPd: por ahora solo os visitaré
Lo se y lo siento. Ojalá las palabras no fuesen tan frías y pudiesen transmitir el calor que llevan dentro.Bienvenido a casa.
ResponderEliminarUn abrazo y un mimo grande Pedro.
La vida sigue, Pedro, no queda más remedio, es como un tren, que cuando menos lo esperamos vamos bajando en el camino.
ResponderEliminarNo te imaginas lo que me alegro verte de nuevo en tu blog, la verdad es que te he echado de menos, porque tu blog tiene que seguir enseñándonos y haciéndonos reflexionar.
Un abrazo.
Un fuerte abrazo, amigo.
ResponderEliminarDiego
Ánimo. Que la anestesiante normalidad te ayude a recuperar las fuerzas que siempre nos has transmitido a los demás.
ResponderEliminarUn abrazo muy fuerte, como de oso ;)
Estamos aquí, siempre..Y esta noche más que nunca, Pedro.
ResponderEliminarUn abrazo y un beso muy emocionados y fuertes muy fuertes..
Pedro.No te voy a decir,no llores...o que se siente.Te escucho,si desea hablar.Un fuerte abrazo.Besos.
ResponderEliminarLo siento mucho, Pedro.
ResponderEliminarLos amaneceres se irán sucediendo mientras el dolor te acompañará en un intento de aproximación a la normalidad.
Un fuerte abrazo.
lo normal puede esperar querido Pedro
ResponderEliminarahora lo importante es lo que sientes
mi abrazo apretadito para ti
cuidate
Ay si las palabras ayudasen amigo.
ResponderEliminarSiempre hay que seguir... no queda otra.
Un fuerte abrazo Pedro.
SONRIE ...
ResponderEliminarVolver a la normalidad... difícil empeño tras el dolor sufrido.
ResponderEliminarTe envío un abrazo y mucho ánimo para superar esta etapa difícil.
Me sumo a todo el cariño y las condolencias que veo en los comentarios anteriores. Espero recuperes las fuerzas para seguir adelante.
ResponderEliminarUn abrazo.
¡Qué bien que hayas vuelto, querido Pedro! Ya verás como La Acequia te distraerá de tan penosa pérdida. La vida tiene que seguir. No hay otra. Muchos besotes y abrazotes, M.
ResponderEliminarCuesta, duele, se nos desgarra una parte. Pero la vida sigue, aunque por momentos no lo creyéramos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Un abrazo fuerte.
ResponderEliminarQuerido Pedro, de la pérdida te queda el recuerdo y el saber que has estado donde eras necesario. Sigues siéndolo para muchos.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Mi querido Señora Ojeda,
ResponderEliminarEn la pérdida, lo normal es sentir dentro de nosotros algo de lo trascendente desvelado, y lo anormal sería ignorar el cambio de nuestra propia reducción. Lo normal, es que la normalidad nunca vuelva a ser la misma, y lo anormal, que no seamos capaces de refundarnos en palafitos a pesar de sentirnos vulnerables.
Con todo, si el dormitorio tiende sus ventanas al alba, la terraza debería situarse siempre orientada hacia el ocaso.
Un abrazo,
Suyo, Z+-----
Un abrazo.
ResponderEliminarLo siento mucho, Pedro.
ResponderEliminarEs un vacio que a veces da vértigo, pero que el tiempo suaviza un poco, solo un poco, porque la herida de lo perdido siempre queda ahí.
A estas alturas de la vida, muchos ya sabemos de qué hablamos.
Un abrazo muy fuerte y como decían los de Queen, "show must go on".
Las palabras sirven y llenan y ayudan, en muchas ocasiones, y en otras, como en estas, SOBRAN, se quedan secas, e incluso, inútiles...
ResponderEliminarPara mí, en este caso, sirve sólo una mirada, un gesto, un abrazo...
Contigo, siempre.
ResponderEliminarNo hay palabras que puedan confortar de una pérdida pero, aunque parezca contradictorio, las palabras (y los recuerdos) nos ayudan a vivir con la ausencia.
ResponderEliminarUn abrazo.
Pensamos que echamos raíces profundamente para quedarnos definitivamente, pero es una utopía, la realidad, es que al final somos ese tronco talado,(fotografía) donde sus anillos son los años, los exteriores visiblemente con vida, pero conforme van pasando los años ya son más oscuros, están más ajados por el caminar diario. (centro del tronco)
ResponderEliminarUn abrazo Pedro, siento tu pérdida, y ESTAMOS aquí, para que la normalidd vuelva a su cauce, como la acequia.
Fuerte abrazo, amigo, y adelante.
ResponderEliminarPor si te sirve de algo /y aunque esto ya lo sabes/, yo cada dia quiero mas al mio, y me sigue ayudando y aconsejando, esté donde esté.
Un abrazo.
La seguridad de las cosas repetidas es buena forma de sobreponerse a los episodios de tristeza.
ResponderEliminarUn abrazo
Ya sabes donde estoy querido amigo.
ResponderEliminarBienvenido, Pedro. Se te echaba de menos. Que la normalidad se te tiña pronto de ilusiones renovadas. Te deseo.
ResponderEliminarUn abrazo
Meu querido Pedro, eu sei a dor que sentes...só o tempo a pode atenuar.
ResponderEliminarPara ti, o meu fraterno e apertado abraço.
Nuestro pensamiento ha estado contigo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Gracias por regresar, por permitirnos de este modo acompañarte y también sentir tu compañía. Un fuerte abrazo.
ResponderEliminarNo nos conocemos; no usted a mí, sin embargo yo sigo La Acequia desde que caí en su rumoroso fluir, a causa de la oportuna y agradecida casualidad, hace ya algunos meses.
ResponderEliminarPese a que no me atrevía a publicar ningún post, en esta ocasión considero que debo hacerlo. Lamento infinitamente su dolor y confío en que recupere el ritmo y la armonía habitual en su corazón, con ayuda de sus amigos, que me consta son muchos.
Un abrazo.
Ana.
Amanece con ausencia, aceptando la realidad, con la serenidad del deber cumplido y una herida que por ahora se niega a cicatrizar.
ResponderEliminarAunque el cariño y el recuerdo siempre estan ahí, el dolor lo mitiga el tiempo. Un fuerte abrazo y ánimo. Isabel.
ResponderEliminarLo siento mucho.
ResponderEliminarUn abrazo.
Querido profesor Ojeda, sea la que haya sido esa pérdida, cuenta con mi apoyo y mi estima.
ResponderEliminarun fuerte abrazo
Lo lamento.
ResponderEliminarDuele la pérdida.Pero con el tiempo descubrimos que la esencia del ser amado sigue afincada en nuestro interior .Como una permanente presencia.
Un abrazo.
Sobre el arbol truncado sigue creciendo la vida, sobre la herida misma.
ResponderEliminarun fuerte abrazo, Pedro.
Las perdidas son inevitables en la vida, los lazos desenrredados de nosotros nos hacen sentir mal y ello provoca tristeza. Tu normalidad debe llegar aunque dentro de ti, como bien dices, sientas que algo hace que ya no pueda ser lo mismo. Un besazo amigo mio
ResponderEliminarLa "normalidad" contiene un duelo que hay que elaborar, que no puede barrerse bajo la alfombra o taparse con trabajo. Solo así se puede seguir adelante, después de una pérdida que nos parte el alma. En ese proceso, te acompaño en silencio.
ResponderEliminarQuerido amigo Pedro, mi abrazo solidario en el más respetuoso de los silencios
ResponderEliminarHe estado ocupada estos dias, Pedro y ahora doy un vistazo y me encuentro con esto.
ResponderEliminarTe acompaño en tu pena y te mendo un fuerte abrazo.
Me he enterado un poco tarde. He estado muy ocupada.
ResponderEliminarTe envío un cariñoso abrazo y un mensaje de ánimo para afrontar estos tristes momentos.
Pedro, los alumnos y alumnas de 6º A del CP Padre Manjón, estamos contigo.
Un abrzo