lunes, 25 de abril de 2011

La mirada de la muerte


No estamos acostumbrados a la muerte. Las sociedades modernas creen haberla superado y alejado, pero es la única realidad que nos dimensiona. La primera vez que sentimos el aliento de la muerte cerca, de verdad tan cerca que su presencia podemos palparla en la habitación en la que agoniza el ser querido, percibimos también su mirada. Como en la antigua infantería, nos damos cuenta de que las filas se diezman y quien estaba a nuestro lado ya no lo está. Sin saber cómo, nos hallamos en la vanguardia, sin ninguna posibilidad de escaparnos del avance. Los siguientes, inevitablemente, seremos nosotros, en una cadena de orfandad que no se ha roto desde el inicio de los tiempos. Nos mira la muerte. No dejará ya de mirarnos.

37 comentarios:

  1. Lo sé, estoy en la vanguardia más pura y exclusiva en mi familia más cercana. Soy plenamente conciente. Me mira y la miro, sin miedo.

    Pero no eso no quita que me duela en al alma, tu pérdida.

    ResponderEliminar
  2. No siempre sigue la línea pautada, en ocasiones y como si quisiera jugar a un juego macabro, salta y ataca a quienes creímos a resguardo, sin esperarlo se van, sin tiempo a decir nada, nos quedamos macerando palabras que pudieron ser y nunca fueron, cosas por enseñar y no se pudieron, abrazos que regalar y no se dieron, vacío, desvelo y un gran abismo que cerrar. No, no estamos preparados para enfrentar la partida que nos echa, pues de antemano, sabemos que no vamos a ganarla, sin mirarla, queremos acostumbrarnos a su presencia, pero nos seguimos engañando, porque cuando llega, duele, duele.
    Besos mi querido amigo, con el alma.

    ResponderEliminar
  3. Siempre preparados para cubrir las mermas.
    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  4. Nunca ha dejado de mirarnos. Desde que nacemos.

    ResponderEliminar
  5. La muerte no deja nunca de mirarnos, cualquiera que sea a la edad a la que nos demos cuenta. Pero sí, en primera fila su aliento se siente mucho más próximo. Un abrazo, querido amigo.

    ResponderEliminar
  6. Tal vez una frase de Mauriac pueda ayudar un poco: “la muerte no nos roba los seres amados. Al contrario, nos los guarda y nos los inmortaliza en el recuerdo. La vida sí que nos los roba muchas veces y definitivamente.”

    Un beso

    ResponderEliminar
  7. Nos da toda una vida de ventaja: sabe que terminará triunfando al final.
    ´
    Pero eso será al final. Ahora...es nuestro momento.

    Un enorme abrazo.

    ResponderEliminar
  8. La muerte está siempre observándonos.
    Ella sabe cuando nos mirará en la distancia corta pero nosotros ignoramos cuando nos encontraremos con sus ojos.
    Uno nunca acaba de acostumbrarse a su presencia, por eso cuando decide mostrarse nos duele de igual manera.

    Un beso, querido Pedro.

    ResponderEliminar
  9. Precisamente, hoy ha sido un día de fallecimientos, me he enterado de tres personas que han fallecido, que conocía, aunque no tuvieran nada que ver unas con otras, la verdad es que me ha impactado, porque dos de ellas, tenían más o menos, mi edad.

    La muerte es nuestra compañera, forma parte de la vida, aunque nunca nos enseñaron a aceptarla.

    Un beso.

    ResponderEliminar
  10. Y que nunca estemos preparados, cuando sabemos que es lo único cierto de la vida. Besos.

    ResponderEliminar
  11. A morte é a única certeza que tem o ser humano.

    Não estamos na vanguarda, porque jamais sabemos a hora em que virá por nós.

    E é essa incerteza que nos deve fazer saborear cada momento que nos cabe em sorte, mesmo se não muito agradável.

    Da morte não me temo, receio sim o sofrimento.

    Abraço apertado, querido amigo.

    ResponderEliminar
  12. desde este lado del mapa la muerte no es ajena ni es rara, es parte natural de nosotros, será herencia de los pueblos ancestrales supongo

    un abrazo Pedro, la carne como cualquier materia se transforma y se recicla, pero lo que guardamos en la memoria en el afecto en el sentimiento ello perdura y eso es lo que se hereda lo que nos hace extendernos más allá del límite concreto

    besos y fuerzas , hablar de la muerte , de como nos afecta, de como nos remece, de como se teme es absolutamente necesario en la mirada moderna la levedad humana es un verso que se nos queda en los labios

    ResponderEliminar
  13. Una de las experiencias más duras que tenemos que vivir.El precio del amor.Besos.

    ResponderEliminar
  14. Con 25 años, se fraguó la muerte en casa. Primero mi Padre y un tiempo después, le siguió mi Madre. Entonces, entendí demasiadas cosas que hoy en día me hacen ser como soy.
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  15. Sí, eso es la maduración a golpes. Primero eres el hijo, sin obligaciones importantes porque cuando ocurre algo en la familia son los padres los que se responsabilizan, luego los padres se hacen mayores y te das cuenta de que ya no pueden tomar esas decisiones y tienes que hacerlo tú por ellos, y finalmente se van y quedas en primera linea cumpliendo con un bucle inacabable.
    Lo que dicen, ley de vida.
    Un beso

    ResponderEliminar
  16. La muerte la tengo demasiado cerca para comentar sobre ella, mientras llega, la vida también nos mira... Besotes vivitos y coleando, M.

    ResponderEliminar
  17. Si la muerte no estuviera acechándonos, detrás de la puerta, seria todo muy diferente, ni lo quiero imaginar. Hemos de aceptar, las cosas como están, pasar de la retaguardia, a la vanguardia sin que nada ni nadie lo pueda impedir. Ahí somos todos iguales.
    Recibe mi consuelo, y mis respetos.

    ResponderEliminar
  18. Nos percatamos de la mirada de la muerte cuando nos trae dolor a nuestra vida, por ello la tememos. Pero la muerte es solo la mensajera de algo inevitable e inexorable.
    No conozco tu ausencia, pero recibe mis sinceras condolencias por tu perdida.
    Ibso.

    ResponderEliminar
  19. Ser el próximo. Ser en proximidad. Y en una intensidad cada vez más consciente. Tal vez también más plena.

    ResponderEliminar
  20. Si la muerte es un hecho, mientras vivamos, vivamos la vida, en vida tenemos que ningunear a la muerte.

    ResponderEliminar
  21. Las fotos de hoy y de ayer resumen todo perfectamente.
    Estamos solos en el mundo.

    ResponderEliminar
  22. Ayer leí tu entradacuando estaba a 0 comentarios, leí y cerré sin escribir nada porque no encontraba las palabras paar hablar de la Muerte. Esa que está siempre acechándonos, incluso a los que no están todavía en primera línea.

    En la muerte de mis seres queridos, lo que sentí fue la sensación de extrañeza. Que, en un instante, pasen a ser un envoltorio viejo que nada tiene que ver con el ser que ha habitado ahí. ¿A dónde ha ido lo que estaba ahí y ya no está? ¿De qué extraña materia o no materia estamos hechos?

    Mi abuela, mi padre, mi perrillo...sí también él.

    Un abrazo grandísimo, Pedro.

    ResponderEliminar
  23. La mirada de la muerte nos deja helados, creo que a no ser que nuestra sangre se convierta en horchata nunca podremos acostumbrarnos a ella... Siempre se lleva algo nuestro y en el interior es como si al rompecabezas le faltara esa pieza que no nos va a permitir acabar nunca el puzle. Besitos Pedro, lamento tu perdida

    ResponderEliminar
  24. Querido amigo, te dejé ayer un mensaje que no aparece.

    Un fuerte abrazo, sea el que sea el motivo de tu pesadumbre.

    Saludos

    ResponderEliminar
  25. Y sigo pensando lo mismo, las palabras que a veces llenan tanto, en estos momentos a mí me sobran...
    Sólo un gesto
    sólo una mirada
    sólo un apretón de manos
    sólo un abrazo
    sólo un beso
    Lo virtual queda tan frío...
    Me sobran las palabras...

    ResponderEliminar
  26. Tiene la muerte mirada?
    La muerte nos mira?
    Cómo nos mira
    Esa mirada que mata, claro.
    No me mires
    Así no quiero que me mires
    Mírame con mimo
    Dáme paz con esa mirada
    La muerte acabará siendo paz?
    No sé qué decir, Pedro

    ResponderEliminar
  27. Desde que nacemos ya morimos, pero entre tanto vivimos, a la mirada de la muerte no escapamos pero nacen líquenes en el tronco muerto.

    Dice Epicuro: "No hay que temerla, porque cuando ella esté nosotros no estaremos"
    Un besito muy cariñoso.

    ResponderEliminar
  28. no es eterno nuestro periplo entre dos nadas. Saludos y un abrazo.

    ResponderEliminar
  29. Me duele el proceso, no lo entiendo... no le encuentro el sentido al asunto, mis ideas entran en contradicción y me cuesta organizar mi mente cuando lo analizo.

    Un abrazo.

    ResponderEliminar
  30. Es la única certeza de nuestra vida, y cuesta asumirla pero todos encontramos mecanismos para enfrentarnos a esa mirada. Yo lo hago de frente, desde que -hace muchos años- quiso llevarme antes de mi hora.

    Te abrazo, amigo

    ResponderEliminar
  31. Que nos nos reste la capacidad de seguir dando pasos al frente. Un fuerte abrazo.

    ResponderEliminar
  32. Querido Pedro. Quizá era una premonición, tal vez lo tenias pensado, no se. Tu entrada anterior se intitulaba "La normalidad".
    Un abrazo

    ResponderEliminar
  33. Nos acompaña desde que nacemos, y no la aceptamos. Pero creo que es normal nuestra actitud. Es un trance muy doloroso que sólo el tiempo suaviza poco a poco.
    Pedro, un fuerte y cariñoso abrazo desde el silencio.
    ¡Ánimo!

    PD:
    Perdona mi retraso y ausencia por motivos familiares.

    ResponderEliminar
  34. La muerte siempre acecha.Es la única certeza que tenemos.
    Cuando palpamos su presencia comprendemos la inevitable fugacidad de la vida.

    ResponderEliminar

Un ataque masivo de spam me ha obligado a anular la posibilidad de comentarios anónimos en contra de lo que siempre ha ocurrido en La Acequia. En cuanto pueda solucionarlo, volverá a ser posible comentar de forma anónima.