Pues en Jaén, las tascas son esos lugares entrañables donde siempre tienes que ir con los amigos, cuando sales de cervezas y si viene alguien de fuera se los enseñamos como un monumento más. Un beso Pedro
Siempre he sido pobre y siempre me ha gustado frecuentar las tascas y bares del obrero, del pueblo, las cantinas de los campesinos, hay mucha sabiduría, ha vida en ellas.
Myriam: aunque se empeñe la RAE, una tasca de un barrio obrero no era más que una cantina, un bar. Sólo se jugaba a las cartas o al dominó después de comer. Estos locales comenzaron a cerrarse en los años 70 porque nos hicimos modernos y ricos.
En estos ámbitos se podía sentir el auténtico pálpito de la sociedad más humilde. Un auténtico barómetro sociológico. Con la modernidad y la "coca cola" se ha perdido autenticidad...
Por un momento no sabía si estaba en le blog de Jan Puerta o en el suyo Profesor. O a lo mejor es que ha decidido copiarle. Efectivamente desde que todos somos tan ricos y delicados, estos "sitios" ya no nos interesan. Pero sigue habiendo vida, no lo olvidemos. Gracias por recordarnos que somo menos ricos de lo que creemos.
Vale, tomado nota: entonces retiro mi primer comentario.
Yo no tengo ningún problema en vistar cantinas de ese tipo que aún existen en otros paises y mezclarme con la gente local (sin tener en cuenta si es pobre o rica) lo he hecho en mis viajes por distintos lugares ya que habitualmente rehuyo a los sitios "turísticos de moda". Se aprende mucho. Lo único que si me molesta enormenete es cuando se fuma, que por tanto humo me ahogo y salgo de ahi sintiéndome pescado ahumado.
Ayyy, la tasca o taberba o el "antro" de mi barrio, allí la vida la VIDA con sus penas, alegrías, tapas, cañas, olor a gente, !que sudamos tooodos!. La gente rica va a las tascas para dárselas de "progres" o de turisteo "ojo avizor y foto que te crío". La vida es otra cosa por más que "esponjen" o límpien los ayuntamientos en plan "quítame ahí esa vida FEA que afea la "imagen" Qué rica vida nos escatiman, prohibir, cerrar, defuncionar todo aquello que parece o "carece" de diseño según la onda, y así nos luce. En el Rabal de Barcelona, el puterío, el marinerio, la gente de siempre, da paso a la mezcla de razas(!ave!), pero...mal entendida, y a los hotelitos con "encanto", ayyyyy, coplilla. Añado, las cuestiones sanitarias deberíamos limpiarlas por arriba, que es donde se anida la m....de verdad. Limpia y fija, da esplendor y déjanos pelaos, anestesiados. ¿Dónde estás Makinavaja, el último chorizo? Pajares, Rubianes !!!
¡Cuanto proliferaron rincones así, en los años cincuenta, sesenta y setenta! ¡Y cuantos han desaparecido ya, con la "modernización" de los barrios! Saludos.
La tasca, a diferencia de la taberna, tiene un ambiente popular y campechano tan entrañable que mucho me temo que la Sanidad Pública va pasando lista una por una y no le queda más remedio que reciclarse en enoteca (ribera del duero 3 euros, tosta de salmón y foi 5 euros) o simplemente cerrar para siempre.
Me gustan las tascas..los pequeños cafés.. tienen vida..no son tan impersonales como lo pueden ser estas cafeterías de "design".. Esta misma si hablara...¡Cuántas historias, dramas, historias de amor entrañables... podría explicar..
Pues a mi me encantan las tascas. están llenas de novelas y buenas historias. En ellas se vive la vida de manera más intensa, aunque estén llenas de silencios.
Pasate por Vicalvaro, un abarrio obrero de Madrid donde vivi y guardo muy gratos recuerdos y yo creo que todavia encuentras mas de una como esta. ¡Que tiempos aquellos! Nos importaba lo esencial y prescindiamos de lo superfluo, como el lujo.
No pero lo curioso es que esta tasca o bar de barrio obrero y trabajodor, está cerrado... ya sé que se repite el comentario, pero es inevitable: hoy los obreros no pueden permitirse determinados caprichos y los bares, las cervezas, las copas es algo extra...
Además de la supuesta apariencia que todos tenemos: fachada, aspecto, superficialidad... en esto somos casi auténticos actores interpretando nuestros papeles de personas eruditas, dignas, con principios y clase... hoy no tengo un buen día.
Veo la España de cuatro millones de desocupados en edad de producción y cuarenta por ciento de jóvenes inactivos más cerca de la mugre hortera de Torrente que del oropel y glamour de las pistas de tenis. País de sol y sombra.
Un ataque masivo de spam me ha obligado a anular la posibilidad de comentarios anónimos en contra de lo que siempre ha ocurrido en La Acequia. En cuanto pueda solucionarlo, volverá a ser posible comentar de forma anónima.
Ricos.... y de ¡¡"buenas costumbres"!!
ResponderEliminarAclárote que fuí al RAE a culturizarme, y me dice que la tasca es una casa de juego de mala fama o taberna. Pues eso...
Aunque de mayorcita en una época le di al poker y era bastante buena, claro que apostabamos cerillas (sin bidón de gasolina)
Besos
¡Buen lugar para pegar una publicidad de Viajes! ¿Los habrán mandado a todos los que estaban adentro a una isla desierta?
ResponderEliminarPues en Jaén, las tascas son esos lugares entrañables donde siempre tienes que ir con los amigos, cuando sales de cervezas y si viene alguien de fuera se los enseñamos como un monumento más. Un beso Pedro
ResponderEliminar¿Estás seguro de que esta tasca está operativa? Demasiado candado y abandono veo, incluso para un barrio obrero.
ResponderEliminarCuidado, no te quedes atascado en las Ferias...
ResponderEliminarLos ricos no son más que nadie porque tengan más bienes, todos, al fin y al cabo vamos a ir a parar al mismo lugar, sin distinciones.
ResponderEliminarUn beso.
Existen lugares donde "pobre los ricos" comparten con la prole...
ResponderEliminarEste lugar no me parece ser una tasca, por muy obrera que sea....
Saludos y una bella semana para tí!
ali
Hay tascas y tascas... (Qué casualidad que fuiste a buscar la más cutre...¡cómo eres!). Besotes obreros, M.
ResponderEliminarSiempre he sido pobre y siempre me ha gustado frecuentar las tascas y bares del obrero, del pueblo, las cantinas de los campesinos, hay mucha sabiduría, ha vida en ellas.
ResponderEliminarMyriam: aunque se empeñe la RAE, una tasca de un barrio obrero no era más que una cantina, un bar. Sólo se jugaba a las cartas o al dominó después de comer. Estos locales comenzaron a cerrarse en los años 70 porque nos hicimos modernos y ricos.
ResponderEliminarEn estos ámbitos se podía sentir el auténtico pálpito de la sociedad más humilde. Un auténtico barómetro sociológico. Con la modernidad y la "coca cola" se ha perdido autenticidad...
ResponderEliminarLa cadena en la puerta lo dice todo. Está abandonado
ResponderEliminarSeguro que en los años sesenta habría buenas tertulias de vecinos obreros. -No vecinas-.
Un abrazo
Abandono de la clase social por el consumismo voraz.
ResponderEliminarPor un momento no sabía si estaba en le blog de Jan Puerta o en el suyo Profesor. O a lo mejor es que ha decidido copiarle.
ResponderEliminarEfectivamente desde que todos somos tan ricos y delicados, estos "sitios" ya no nos interesan. Pero sigue habiendo vida, no lo olvidemos.
Gracias por recordarnos que somo menos ricos de lo que creemos.
Convengamos que no se ve muy confiable en cuanto a cuestiones sanitarias!...y de seguridad, tampoco! jejeje
ResponderEliminarSaludos.
Vale, tomado nota: entonces retiro mi primer comentario.
ResponderEliminarYo no tengo ningún problema en vistar cantinas de ese tipo que aún existen en otros paises y mezclarme con la gente local (sin tener en cuenta si es pobre o rica)
lo he hecho en mis viajes por distintos lugares ya que habitualmente rehuyo a los sitios "turísticos de moda". Se aprende mucho. Lo único que si me molesta enormenete es cuando se fuma, que por tanto humo me ahogo y salgo de ahi sintiéndome pescado ahumado.
"...y pedantones al paño que
ResponderEliminarmiran,callan, y piensan
que saben, porque no beben
el vino de las tabernas."
http://machadoantonio.blogspot.com/2008/03/he-andado-muchos-caminos.html
Ayyy, la tasca o taberba o el "antro" de mi barrio, allí la vida la VIDA con sus penas, alegrías, tapas, cañas, olor a gente, !que sudamos tooodos!.
ResponderEliminarLa gente rica va a las tascas para dárselas de "progres" o de turisteo "ojo avizor y foto que te crío". La vida es otra cosa por más que "esponjen" o límpien los ayuntamientos en plan "quítame ahí esa vida FEA que afea la "imagen"
Qué rica vida nos escatiman, prohibir, cerrar, defuncionar todo aquello que parece o "carece" de diseño según la onda, y así nos luce.
En el Rabal de Barcelona, el puterío, el marinerio, la gente de siempre, da paso a la mezcla de razas(!ave!), pero...mal entendida, y a los hotelitos con "encanto", ayyyyy, coplilla.
Añado, las cuestiones sanitarias deberíamos limpiarlas por arriba, que es donde se anida la m....de verdad. Limpia y fija, da esplendor y déjanos pelaos, anestesiados.
¿Dónde estás Makinavaja, el último chorizo? Pajares, Rubianes !!!
¡Cuanto proliferaron rincones así, en los años cincuenta, sesenta y setenta! ¡Y cuantos han desaparecido ya, con la "modernización" de los barrios!
ResponderEliminarSaludos.
Tras esa fachada pueden encontrarse las mayores delicias gastronómicas, ... amés de una tertulia agradable y sincera.
ResponderEliminar... o no
pájaros recluídos en sus jaulas preciosas
ResponderEliminarel cerrojo va por dentro profe
y la llave la cuelga la palabra
besitos pedro
feliz semana
lo de la rae sin duda quedó obsoleta...como muchas presumidas ascepciones que no asemejan realidades actuales
ResponderEliminarLa tasca, a diferencia de la taberna, tiene un ambiente popular y campechano tan entrañable que mucho me temo que la Sanidad Pública va pasando lista una por una y no le queda más remedio que reciclarse en enoteca (ribera del duero 3 euros, tosta de salmón y foi 5 euros) o simplemente cerrar para siempre.
ResponderEliminarLa pobreza no está reñida con la higiene y el buen gusto ¿no? Besos Isabel.
ResponderEliminarMe gustan las tascas..los pequeños cafés.. tienen vida..no son tan impersonales como lo pueden ser estas cafeterías de "design"..
ResponderEliminarEsta misma si hablara...¡Cuántas historias, dramas, historias de amor entrañables... podría explicar..
Un beso, Pedro
Pues a mi me encantan las tascas. están llenas de novelas y buenas historias. En ellas se vive la vida de manera más intensa, aunque estén llenas de silencios.
ResponderEliminarUn saludo
Pasate por Vicalvaro, un abarrio obrero de Madrid donde vivi y guardo muy gratos recuerdos y yo creo que todavia encuentras mas de una como esta. ¡Que tiempos aquellos! Nos importaba lo esencial y prescindiamos de lo superfluo, como el lujo.
ResponderEliminarUn abrazo
LUz
No pero lo curioso es que esta tasca o bar de barrio obrero y trabajodor, está cerrado... ya sé que se repite el comentario, pero es inevitable: hoy los obreros no pueden permitirse determinados caprichos y los bares, las cervezas, las copas es algo extra...
ResponderEliminarAdemás de la supuesta apariencia que todos tenemos: fachada, aspecto, superficialidad... en esto somos casi auténticos actores interpretando nuestros papeles de personas eruditas, dignas, con principios y clase... hoy no tengo un buen día.
Agradable... siempre haciendo pensar.
saludos.
Veo la España de cuatro millones de desocupados en edad de producción y cuarenta por ciento de jóvenes inactivos más cerca de la mugre hortera de Torrente que del oropel y glamour de las pistas de tenis. País de sol y sombra.
ResponderEliminarY la de carreras que se aprobaron en estos antros de conjetura del pito.
ResponderEliminar¿Estará abierta el día 29?
ResponderEliminarCuando desaparecieron los hogares de "Educación y Descanso" los proletarios cambiaron el porroncillo por el vaso.
ResponderEliminarvale, admito que algunos de esos lugares se podrían conservar pero otros eran realmente mugrientos... no me digas que no.
ResponderEliminar¡que viva la limpieza, hombre1
biquiños,