Querido Nacho:
No pude resistirlo. Pasé por el mismo lugar que tú fotografiaste hace unos días y tomé esta imagen para recordar otros tiempos. Este tiempo de ahora, que quiere anunciar la primavera, se nos hace de paseos lentos en los que debemos aprovechar para mirar sin prisas. Hay quizá demasiada urgencia en todo lo que sucede y los minutos han perdido dimensión humana, esa que permite respirar mientras se piensa.
Pasé por el mismo lugar, pero tu cielo era más bello, como si hubieras esperado, acodado en el pretil del puente, el momento exacto en el que apretar el disparador de la cámara. Yo no pude esperar: fui menos sabio. Hasta te tuve que robar la idea. Y sé que nos debemos un café desde hace mucho.
Pasé por el mismo lugar, pero tu cielo era más bello, como si hubieras esperado, acodado en el pretil del puente, el momento exacto en el que apretar el disparador de la cámara. Yo no pude esperar: fui menos sabio. Hasta te tuve que robar la idea. Y sé que nos debemos un café desde hace mucho.
Pedro,
ResponderEliminarMe adelanté nada más.
Aproveche el sol dominical para pasear junto al río que nos divide y vertebra. Estaba precioso con ese rojo que revelaba su desmedido crecimiento, ese irresistible cielo.
Sólo me adelanté nada más, era cuestión de tiempo que pasaras por allí. Nos perseguimos ¿Recuerdas?
Tomaremos ese café,
Un abrazo.
Tu post de hoy me ha llevado a unos enlaces de años atrás, y me alegro, porque he estado viendo dos posts del años 2008, que no había leído ni visto, que me han gustado, y de paso, te he comentado en ellos.
ResponderEliminarBonita, esta imagen, que la he agrandado para poder verla mejor.
Un beso, Pedro.
Una imagen inmaculada....anunciando tu primavera...
ResponderEliminarUn abrazo algo estremecida aùn...
Ali
El río de Nacho es un río minero con un azul de tiza.
ResponderEliminarel tuyo es un paisaje de barcazas chinas.
La foto de nacho es preciosa pero la tuya también tiene un cielo de maravilla!
ResponderEliminarPor lo mismo que no hay dos días iguales, ni el río es hoy el mismo que ayer, tampoco existen dos fotos iguales. Cada momento tiene su encanto.
ResponderEliminarBesos
La técnica y la pasión.
ResponderEliminarTiempo e ímpetu.
Cielo con cielo.
Agua + agua.
Solo os falta el café.
Un abrazo
Querido Pedrinho.
ResponderEliminarSaudades.
Estou de volta ao mundo dos blogs.
Que venha a primavera, que te traga muitas cores,sabores e amor.
Beijos.
Iba a decir más o menos lo mismo que BIPO. Las dos fotos son iguales pero no lo son. Los cielos son muy diferentes. ¡Salud a vuestro café! Besotes fotográficos y cafeteros, M.
ResponderEliminarAgua con color de río andaluz (color del Guadalquivir al saludar a la Mezquita de Córdoba)que estorba a la colmena que lo mira, por eso lo encajona y lo somete.
ResponderEliminarA mí siempre me gustó este río, hasta cuando la ciudad vivía de espaldas a él, y por dos razones, nace muy cerca de dónde era mi madre, en su pueblo ya había playa y por los años 70 la gente veraneaba en ella, y dos cada año en el colegio que estaba era obligatoria la excusión a pié, desde Arcas Reales (El Pinar) hasta la desembocadura del Pisuerga en el Duero. Un principio y un final.
ResponderEliminarNo sé de que ciudad se trata, pero la foto es bonita, desde luego, i las nuves preciosas. Saludos querido Profe.
ResponderEliminarMontserrat, la ciutat es Valladoli(z), per aquesta ciutat, passa el riu Pisuerga.
ResponderEliminarHacía tiempo de mis recelos con aquello de que oír y escuchar no eran lo mismo. Prosiguen mis sospechas… Entre ver y mirar seguro que hay muchas diferencias…
ResponderEliminarHay cafés que no debrían dilatarse, como hay miradas ue no pueden perderse. Gracias a ambos por dejar testimonio.....
ResponderEliminarDos momentos... dos tiempos,con un mismo efecto...No dejen pendiente ese cafe,busquen el tiempo.Besitos Silvi.
ResponderEliminarBuenos días, profesor Ojeda:
ResponderEliminarVí el río en el blog de Nacho, y siendo el mismo, en su fotografía y después de todos los comentarios, lo he visto diferente, y llevando en sus aguas rojizas todos los acentos patrios y lejanos.
Hace muchos años, en el siglo pasado, cuando todos esos edificios que se ven en su margen izquierda no habían sido plantados aún, había un pequeño embarcadero. Allí se alquilaban barcas, y creo recordar que también hasta bañadores para los muchachos.
Recuerdo un precioso día de sol, en primavera, a mediodía...
Pero lo contaré en mi libro, aún inédito. ¿Lo leerá alguién, algún día?.
Saludos. Gelu
Este cielo también es hermoso, y está azul como en el poema de Juan Ramón que anuncia la primavera. Tu fotografía está llena de luz y de vida.
ResponderEliminarBesazos.
son dos gotas...llevabas la foto a mano?? un abrazo
ResponderEliminar¡Copión! :)
ResponderEliminarY no te olvides de Haití... Sólo me faltas tú... Y se me acaba el tiempo... Y no sé si decirte "que te den...". No quiero hacerlo.
Besos grandes, gandul. :)
GELU, si publicas un libro ¡AVÍSAME! Lo leeré con fruición. Besotes, M.
ResponderEliminarSimplemente dos puntos de vista.
ResponderEliminar¡que bonita es la amistad!
ResponderEliminarnunca hay dos momentos exactos.
biquiños,