miércoles, 23 de enero de 2019

Ayer nevó


Ayer nevó. Lo hizo sin ganas, como si se estuviera practicando para nevadas próximas. Ya no nieva como antes, decimos. Y nos quedamos así, mirando cómo caen estos copos de ahora, que no nos gustan. En el monasterio de las Huelgas apenas se cubrieron los tejados y la hierba. Las manzanas tampoco saben como sabían aquellas manzanas como las mordíamos. Quizá no sea la nieve la que nos falte sino lo que recordamos al verla caer. Pronto dejó de nevar y volvió la normalidad gris de un día de invierno plomizo y cubierto.

7 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

No nevará por ahí, pero aquí hace un frío del carajo.

Sor Austringiliana dijo...

A las nieves de antaño les perdimos el rastro hace mucho tiempo.

la seña Carmen dijo...

Para nevadas las de antes, sindudamente.

En cuanto a las manzanas y tomates..., siempre queda ese huerto escondido y medio salvaje.

XuanRata dijo...

Tal vez ya no nieve como antes pero te aseguro que aquí ahora llueve como nunca y de una forma escandalosa que la nieve, más digna, nunca hubiera aceptado.

LA ZARZAMORA dijo...

Aquí nevó con ganas, y el invierno, sonrío.

Besos, Pedro.

impersonem dijo...

Las cosas son... y nosotros las vemos como somos... y la biografía determina nuestras conclusiones sobre lo que percibimos bien fuera o bien dentro de nosotros...

Abrazo

Campurriana dijo...

Todo lo que vemos, lo percibimos con una absoluta dosis de subjetividad.
Alrededor de aquellas nevadas, pululaban muchos que ya no pululan.