jueves, 15 de noviembre de 2018

El amor es una peste. Clave de lectura de Cien años de soledad y noticias de nuestras lecturas


El amor es un tema central en toda la obra narrativa de García Márquez. En algunos casos, incluso desde el título adquiere protagonismo: El amor en los tiempos del cólera (1985), Del amor y otros demonios (1994). Este amor debe entenderse de forma amplia pero casi siempre tiene dentro la más primaria pasión sexual. El autor ha consignado este hecho en múltiples declaraciones y testimonios escritos. Y ahí está también en Cien años de soledad. En esta novela, el amor, el amor pasional, rompe todos los convencionalismos, trastoca todas las previsiones y modifica la historia individual y colectiva. Es la causa original del éxodo y la fundación de Macondo y también la que define a los Buendía, siempre en el riesgo de caer en la maldición que arrastran desde que se unieran dos primos para fundar una saga familiar. Los conflictos amorosos mueven gran parte de las acciones de la narración y tienen una incidencia absoluta en la acción que vertebra Cien años de soledad: El amor es una peste, llega a clamar José Arcadio Buendía.

José Arcadio Buendía y Úrsula Iguarán son dos primos que se casan a pesar de los presagios que pronosticaban que podrían engendrar iguanas (Si has de parir iguanas, criaremos iguanas) y de todos los temores que hasta causan un muerto; Aureliano Buendía y Remedios Moscote se unen a pesar de que ella es casi una niña y de que el patriarca se oponía al matrimonio. Amaranta padece la espina de un amor solitario e intenta impedir el matrimonio de Rebeca con Pietro Crespi... La historia de Macondo se entreteje con estas historias pasionales. García Márquez juega sabiamente la dosis justa para evitar que la novela caiga en el mero relato sentimental en el que podría derrumbarse y en el que, de hecho, caen muchas novelas que después han imitado la saga de los Buendía. Para evitarlo está el prodigioso uso del lenguaje, el trabajo con el espacio y tiempo mítico y la mezcla de fantasía y realidad de la que hablaremos en la próxima entrada.

Noticias de nuestras lecturas

Pancho continúa con el comentario de Cien años de soledad y en su entrada deja bien claro que el mundo de Macondo se mueve con las pasiones y que por allí aparecen los Dire Straits. Si queréis saber cómo y por qué, aquí...

Y nuestro título del mes de noviembre


Myriam Goldenberg comienza la lectura de Filek poniendo todas las bases para comprender el punto de partida: el carácter del estafador.

Dado el retraso acumulado en mis entradas correspondientes al club de lectura, no comenzaré a publicar las correspondientes a Filek, de Ignacio Martínez de Pisón (título del mes de noviembre), hasta el próximo jueves, 22 de noviembre. Sin embargo, la sesión presencial para comentarlo se mantiene para el martes 27.

Recojo en estas noticias las entradas que hasta el miércoles hayan publicado los blogs amigos. Entrada del Club de lectura cada jueves, en este blog, Información sobre el presente curso en el club en este enlace.

ADVERTENCIA: Las entradas de La Acequia tienen licencia Creative Commons 4.0 y están registradas como propiedad intelectual de Pedro Ojeda Escudero. Pueden ser usadas y reproducidas sin alterar, sin copias derivadas, citando la referencia y sin ánimo de lucro.

3 comentarios:

pancho dijo...

La libertad de García Márquez para escribir es proverbial. Hay algunos pasajes que hoy tendría que modificar, a no ser que no le importara importunar a los del lenguaje políticamente correcto e inclusivo. Choca un poco descubrir que se publicara aquí en 1967 y que no tuviera problemas con la censura.
García Márquez es un maestro en describir momentos en que los personajes caminan ciegos de pasión. "Cien años de soledad" es como una enciclopedia de géneros narrativos mezclados, hay de todo. Algo hay también de los culebrones colombianos y venezolanos y el humor suyo tan característico y universal por lo bueno que es. Cómo juega con los contrastes en muchos pasajes, parecido a Cervantes.
Se casan aunque salgan armadillos, je, je.

Leí el libro de Filek hace un tiempo, pero claro no tiene nada que ver con Cien años de soledad. También está muy bien escrito porque el autor es muy bueno y hay que serlo para hacer literatura atractiva de una investigación periodística.
Un abrazo.

Abejita de la Vega dijo...


En Macondo, el loco amor arrastra, pasión brutal y ciega, sexualidad sin afecto, pobre el que vaya más allá de la "primaria pasión sexual". Llorará por las esquinas, como el desventurado Pietro Crespi.

El lector llega a estar hastiado de tanta historia loca de loco amor, empieza a prestar más atención al "prodigioso uso del lenguaje". Entrará de verdad en "Cien años de soledad".

A por el sinvergüenza austrohúngaro...

Un abrazo, Pedro.


Myriam dijo...

Intersantísimo. Contigo se saborea más a García Márquez.

Te aviso que no sale el enlace a mi entrada, por si quisieras ponerlo como es norma.

Besos