Hay tantos que dicen saber cómo soy que yo me desconozco.
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Bajando a Hoya Moros por la ladera nevada se hizo el silencio. Fue así: se hizo. Manolo y yo lo sentimos, callados, durante unos minutos, los que tardó en pasar el grito de un ave. Algo así he necesitado estos días, pero no había nevado y la sierra estaba lejos. El silencio no siempre encuentra la forma de rodearte.
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Os voy a contar un secreto: en algunos momentos de mi vida me hubiera gustado estar muy lejos de mí.
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Se empeña mi sombra en seguirme, como si no tuviera mejor cosa que hacer en la vida.
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A veces el silencio es la luz sobre un color en un jardín interior.
8 comentarios:
La sombra nuestra amiga más fiel, y nuestra enemiga más cercana.
Me encantó tu entrada.
Besos y feliz Lunes.
El principio de las religiones fue ese, la sombra lo seguía.
No te quepa duda de que nuestras sombras no tienen nada mejor que hacer que seguirnos; si una falla toma el relevo la otra. Porque además conviene tener más de una sombra y así distraernos con sus aspectos chinescos, si nos acosa la abulia.
El silencio lo adoro Es por eso que he decidido vivir sola
Me nutre me encanta
abrazos
He llegado por casualidad a tu blog y me ha parecido muy muy interesante,saldos y feliz semana.
Me encanta esta entrada y todo lo que escribes en ella, está llena de filosofía en forma de su hermana, la poesía.
Te estaba intentado imitar,pero de momento, los aforismos que me salen a mí, no merecen la pena. Tendré que trabajarlos más.
Besos
Yo la tengo por compañera eterna, solo me preocupa que no se me vuelva una mala sombra...
Besos, profe!
;)
Há coisas bem piores a seguir.nos que a nossa sombra....
Besos, buen finde, querido amigo
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