viernes, 21 de septiembre de 2018

El diamante más grande del mundo y noticias de nuestras lecturas.


Sobre el realismo mágico se han vertido opiniones de todo tipo desde que el concepto comenzara a circular en la época de la vanguardias europeas, inicialmente para la pintura. La extensión de su uso se debe al arraigo de la denominación para definir algunas de las características de la literatura producida por autores hispanoamericanos desde finales de los años cuarenta. Suele considerarse Cien años de soledad como el máximo exponente del mismo. Sin embargo, García Márquez dudó mucho del término y de lo que con él se definía. Antes de continuar, invito a leer este artículo del autor publicado en El País en 1981 y reflexionar a partir de él. Si lo contado por García Márquez sucedió estamos ante un texto verídico, de reflexión periodística, procedente del mundo de la realidad aunque tenga toques de estilo literario; si no sucedió, estamos ante lo ficcional verosímil, es decir, en el campo de la literatura. Ahora bien, en ese texto, ¿hasta cuánto nos importa esta división? García Márquez escribió Crónica de una muerte anunciada, una novela en la frontera con la crónica periodística; también escribió Noticia de un secuestro, una crónica periodística en la frontera con la novela. La diferencia entre ambas está fuera del texto: la primera parte de la ficción, la segunda de un hecho real.

García Márquez dejó escrito y dicho que concibió Cien años de soledad como una novela realista y que se asombraba cuando se habla de su imaginación para construir espacios no verosímiles. Si afrontamos así su lectura comprenderemos que mucho de lo que nos parece fantástico se debe sobre todo a la vivencia de los personajes: un panorama mental individual y colectivo que sorprende solo a los que tienen una forma estricta y purista de separar las cosas.

El juego literario está claro desde el primer capítulo: la invención del hielo es vivida por José Arcadio Buendía de tal manera que le lleva a definir un bloque de hielo como el diamante más grande del mundo, pero el gitano le corrige: Es hielo. García Márquez ha echado mano de un recurso que está en la genética de la literatura hispanoamericana desde su inicio, desde el primer diario de Colón: el lenguaje de la maravilla. Cuando no se conoce algo que nos produce un choque emocional porque no lo comprendemos se utiliza la palabra más cercana que se tiene para definirla. Una pura fiesta del lenguaje como herramienta de comunicación que produce, por sí misma, metáforas y símbolos. A pesar de que a José Arcadio Buendía le dan el término exacto, él continúa con su propia vivencia del hecho, pone la mano sobre el hielo "mientras el corazón se le hinchaba de temor y de júbilo al contacto del misterio". El hielo es la realidad, la vivencia es el misterio; la forma de contarlo todo, la literatura. Esa es la clave del realismo mágico y no otra.

(Esta entrada debió publicarse ayer jueves, como es habitual en las que corresponden al club de lectura, pero me lo impidieron mis obligaciones.)
Noticias de nuestras lecturas

Gelu continúa su lectura de la obra de García Márquez: además de su tradicional forma de seleccionar pasajes, aquí llama la atención sobre la imaginación que se derrocha en la novela.

Ya sabéis que esta lectura nos ocupará el mes de septiembre y el de octubre, por su importancia. El último martes de octubre tendremos el encuentro del club en su formato presencial para comentarla. Os recuerdo que es posible apuntarse en este formato porque todavía queda una o dos plazas libres. Puedes ver las condiciones en este enlace

La inauguración del curso la haremos en Burgos en abierto para todos aquellos que podáis y queráis acudir. Informaré la próxima semana.

Recojo en estas noticias las entradas que hasta el miércoles hayan publicado los blogs amigos. Entrada del Club de lectura cada jueves, en este blog, Información sobre el presente curso en el club en este enlace.

ADVERTENCIA: Las entradas de La Acequia tienen licencia Creative Commons 4.0 y están registradas como propiedad intelectual de Pedro Ojeda Escudero. Pueden ser usadas y reproducidas sin alterar, sin copias derivadas, citando la referencia y sin ánimo de lucro.

6 comentarios:

Gelu dijo...

Buenas noches, profesor Ojeda:

En los primeros capítulos apreciamos la inocencia de la gente sencilla, el trabajo de Úrsula “a quien en ningún momento de su vida se la oyó cantar” y su marido, José Arcadio Buendía, transformador de la vida de los 300 habitantes de Macondo. El gitano Melquiades, que llegó hasta esa aldea feliz por el concierto de turpiales, canarios, azulejos y petirrojos…
Hay mucha belleza atractiva y mágica en este libro, que en esta lectura colectiva y con la ayuda de internet, será más enriquecedora.

Abrazos

Sor Austringiliana dijo...

En busca de la maravilla.

Sor Austringiliana dijo...

¿Un baciyelmo?

pancho dijo...

"Cien años de soledad" es un monumento de la narrativa, una obra inabarcable por su intensidad y riqueza léxica y sintáctica; el castellano da un paso al frente definitivo en el conjunto de las lenguas punteras con Gabriel García Márquez. Semejante al Quijote en muchos aspectos. Requiere un máster de verdad, no de los regalados, para llegar al fondo de sus muchos significados.
Qué joyita y ya escrito en el ochenta y uno. Creo que ya lo había leído antes, cuando llevábamos El País bajo el brazo para leer, no un móvil manoseado, siempre en peligro de agotamiento de batería.
Un abrazo y gracias por este doctorado de narrativa gratis que nos das los jueves desde La Acequia.

Myriam dijo...

Una delicia de clase, te sigo aquí pegadita, aunque esté volando entre estratósfera, hija, nietas y amigos.

Besos

Luis Antonio dijo...

Tuve el honor de conocer personalmente a Gabriel García Márquez:

https://lperezcerra.blogspot.com/search?q=En+casa+de+gabriel+garc%C3%ADa+m%C3%A1rquez