miércoles, 16 de mayo de 2018

Un árbol torcido. Sobre escritores malditos y establecidos.


Hay una cosa en la que coinciden los escritores malditos con los escritores establecidos: la manía de enderezar las cosas a su medida.

(Sírvase de entenderse también para cualquier otra especialidad de la vida.)

5 comentarios:

Fackel dijo...

El árbol torcido se utilizaba mucho en mis tiempos escolares como símil sobre o contra los alumnos. Se gastaban los pseudo educadores ciertas metáforas y sobre todo muchísimos tópicos. Los refranes se usaban a discreción en las familias y como también eran armas arrojadizas a mí me sentaban fatal. Hoy los aprecio en elevado grado, aunque apenas los use, los usemos. Visión con otra perspectiva, y sobre todo nada cargante como pasaba antes. En fin, que me has recordado con tu árbol torcido.

Doctor Krapp dijo...

Debemos de ser, tanto los malditos como los integrados, cortos de vista y de ahí la manía de retorcer las cosas.
No sé si estamos preparados para ver la realidad tal cual es y tan siquiera si ese estado es solo una quimera.

São dijo...

Pois, torcer aS COISAS É SEMPRE MAU....

bESOS, AMIGO MIO

Clarisa T. dijo...

Y hasta el extremo de pretender "enderezar" lo natural... Viví varios ejemplos cercanos al respecto. Y como bien dices, no sólo esto ha sido o es, una pretensión entre escritores y literatos...
Saludos!

Myriam dijo...

En esa manía hay dos problemas: tortícoles y extrenimiento.

Muy buena la foto

Besos