lunes, 23 de abril de 2018

Ante la sorpresa de la acacia florecida en las calles de Sevilla esta semana


¿Ves? La acacia en flor,
¡pámpanos sobre las calles,
a puñados!
Se hace todo infancia
en las manos llenas
de su olor, tan blanco y leve.

De niño, camino
del colegio, lenta
la tarde de mayo,
primavera ya en Castilla,
con la cartera cargada
de los libros de clase,
la cabeza en las islas de Borneo
-yo soñaba aventuras de piratas
sin comprender la importancia
de las sumas y las restas-.
Una, dos, tres, seis acacias
en flor al alcance de la mano.

No están ya pero estuvieron,
recuerdo su aroma
-como todo el camino hacia mi casa-
y el sabor de su pureza
ya perdida.

Estas flores
aún tienen un algo
de aquellas tardes de mayo
de Malasia
cuando las llevo a la boca
una a una
como quien conoce
el valor
de la especia más exótica
de la tierra.

© Pedro Ojeda Escudero, 2018

8 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

Un hecho tan pequeño, los recuerdos que trae.

Fackel dijo...

Qué descripción tan hermosa y entrañable, me has hecho pensar en mi propia y lejana experiencia. Es un árbol de infancia veraniega. Dichoso tú que ves y recuerdas. Salud y a alimentarse con chichipán.

Abejita de la Vega dijo...

olor y sabor a flores

Kety dijo...


Precioso poema recordando la infancia.

Un abrazo

Luis Antonio dijo...

Tu bello poema me suscita recuerdos que tienen mucho de común con los tuyos. Ayudan a obviar lo mucho de ingrato que conlleva la realidad cotidiana...

Ele Bergón dijo...

Como el resto de los comentarista te digo que me ha encantado este poema. Nada que añadir, es hermoso en su forma y contenido.

Besos

Myriam dijo...

¡Qué hermosas estas Acacias que despiertan
recuerdos de infancia!.

Cuánta ternura y añoranza hay en tus versos.

Besos

Mavi dijo...

Muy bonita descripción de aquellos tiempos tan lejos y tan cerca.
Preciosos recuerdos que retornan a la niñez.
Un beso Pedro
Mavi