jueves, 2 de febrero de 2017

Desde el hogar. Las madres en el inicio de Patria de Fernando Aramburu y noticias de nuestras lecturas.


En los capítulos iniciales de Patria, Fernando Aramburu mezcla la voz del narrador con las de Bittori y Miren (a lo largo de la novela habrá otras voces, pero este detalle técnico lo abordaremos más adelante). Estos dos personajes femeninos corresponden a las madres de las dos familias con las que el autor nos introduce en la historia. Como es sabido, el 20 de octubre de 2011 la banda terrorista ETA comunicó el cese de la lucha armada y ese es el momento elegido por Aramburu para arrancar su novela. No lo hace desde la gran política o los personajes históricos que pasarán a las crónicas en las que se relaten estos acontecimientos sino que busca dos núcleos familiares que, cada uno a su manera, sufrieron las consecuencias y se encuentran, de pronto, ante una nueva situación. El marido de Bittori, Txato, fue asesinado por la organización terrorista. El hijo de Miren milita en ella y lleva años en prisión cumpliendo condena. A través de los recuerdos de ambas, el lector conoce que las familias eran muy amigas hasta que a Txato le comenzaron a llegar cartas de extorsión exigiendo el pago de lo que se llamó impuesto revolucionario y su nombre apareció en pintadas callejeras amenazantes y Joxe Mari, el hijo de Miren, dio el paso para entrar en ETA. En ese momento comenzaron las diferencias en las que poco a poco se va adentrando la novela pero no queremos desvelar aquí. El proceso de aislamiento social de la familia de Bittori y de radicalización de Miren está muy bien relatado por el autor a través de pequeños detalles y, sobre todo, del lenguaje. Con estas dos familias retrata el autor una buena parte de lo que ocurrió en el País Vasco durante esos años y las reacciones posteriores al comunicado de ETA porque en su seno tampoco hay posiciones tajantes. Cada miembro de las dos familias tiene su forma de pensar y ha vivido los sucesos de una manera. Estos matices son lo esencialmente importante porque gracias a ellos contamos con un cuadro muy completo de la sociedad vasca.

Aramburu cuenta la historia reciente desde el núcleo familiar y pegado a las voces femeninas de las dos madres: su intimidad y las del resto de narradores. El narrador no juzga sus acciones ni sus ideas, describe, da cuenta de los diálogos y da paso a lo que cada uno piensa. Cada una de ellas tiene opción para contar su visión de los acontecimientos: Bittori desde el dolor de viuda y Miren desde el dolor de madre de un hijo encarcelado. El lector se pregunta de vez en cuando si ambas hubieran optado por posiciones contrarias si las circunstancias lo hubieran sido. Es lo mismo que se plantea Bittori al pensar en su antigua amiga como madre de un etarra. Esta focalización desde las familias del conflicto terrorista se amplía con las circunstancias que la vida les ha deparado: enfermedades, desengaños, etc. Con esto, la descripción de los personajes através de los que hacen y piensan o de lo que otros piensan de ellos, el uso del lenguaje, la forma de pegar la narración a lo cotidiano y a los detalles pequeños, Aramburu consigue dotar a la novela de verosimilitud y naturalidad. Y esta es una de las virtudes técnicas de Patria: el relato de la historia desde las vivencias que cualquiera de los lectores podría reconocer dentro de sí mismo tanto si las ha sufrido como si no.

Os recuerdo que durante todo el mes de febrero seguiremos con el comentario de esta novela cada jueves.

Noticias de nuestras lecturas

del Carmen Ugarte comenta Patria desde dentro, imaginándose cómo sería la recepción de la obra por parte de quienes la viven de la mano del autor. Excelente propuesta: desde los cambios físicos iniciales hasta el comentario final sobre el hijo.

Myriam Goldenberg anuncia su participación en esta lectura, con un perfecto plan de publicaciones sobre los temas que quiere tratar. Para seguir la pista

Mª Ángeles Merino introduce su lectura de Patria hablando del autor y de su forma de concebir la novela pero con algo más. Nos regala el testimonio de una maestra burgalesa que trabajó unos años en el País Vaso y a la que la lectura le ha abierto el recuerdo. No podéis perderlo.

Paco Cuesta afronta el comentario de la novela desde su calidad para dejar testimonio de un tiempo vivido. Os recomiendo esta entrada para comprender la trascendencia de esta narración.


Pancho va del patio de Monipodio a Porta, uno de los raperos más famosos de España, para terminar su comentario de Rinconete y Cortadillo, que nos ocupó en enero en el club. Y todo desde bien adentro del ambiente y los personajes de ese patio cervantino que quizá pudo haber tenido continuidad...

Gelu nos facilita el comentario de Sánchez Rojas a La española inglesa. Una recomendable lectura.



Kety terminó enganchándose a la propuesta de lectura de las Cartas marruecas de Cadalso que hicimos aquí hace unos meses. Aquí tenéis los párrafos que ha resaltado de la obra.

Recojo en estas noticias las entradas que hasta el miércoles han publicado los blogs amigos.  

Durante el resto del curso leeremos:
-Patria, de Fernando Aramburu (febrero).
-A sangre y fuego, de Manuel Chaves Nogales (marzo).
-Media vida, de Care Santos (abril).
-Brillante, de Luis Ángel Lobato (mayo).
-Pasos en la piedra, de José Manuel de la Huerga (junio).
Entrada del Club de lectura cada jueves, en este blog. 

6 comentarios:

pancho dijo...

El silencio no ayuda nada a resolver asuntos tan peliagudos como estos de los nacionalismos radicales que se han valido de las armas para poner muertos encima de la mesa e imponer la ley del silencio a la fuerza a amplios sectores de la sociedad que piensa distinto.
Para los que hemos vivido en paralelo a toda la vida activa del terrorismo vasco, fue una gran noticia que la eta dejara de matar. El sueño que muchos seguramente habían soñado alguna vez en su vida. Prácticamente cuarenta años, los mismos que el dictador que murió en la cama duró. Sanar las heridas dejadas está siendo difícil como lo es todavía curar las de la guerra civil y la posterior consecuencia bélica.
Alguna vez leeré esta novela.

Abejita de la Vega dijo...

Es una novela de gran valor testimonial y literario. Las dos madres son el armazón de la novela. Bittori y Miren tienen la fuerza de las mujeres vascas fuertes, fuertes, fuertes. Son muy amigas, son el mismo tipo de mujer: amas de casa, muy religiosas, de nivel cultural más bien bajo, esposas y madres de amor incondicional a los suyos. Las circunstancias las llevan a polos opuestos, Bittori esposa de la víctima, Miren madre de terrorista. Miren se radicaliza hacia un nacionalismo criminal de cuatro líneas que nace de la sacralización del paisaje,como explica Fernando Aramburu en la entrevista con Gabilondo. El que desentona, el que no pasa el filtro tiene que ser eliminado, discriminado o expulsado.

La esperanza para Euskadi está en la épica Arantxa que busca la reconciliación desde su discapacidad y en Gorka que domina el euskera como nadie, que ama su tierra y su cultura y, precisamente por ello, se aleja de su hermano el etarra como de la peste.

Hay quien huye, como la egoísta Nerea. Hay quien se refugia en su profesión, como el médico Xabier. Hay muchos matices en los personajes de Patria. tan reales que los que hemos vivido en Euskadi creemos conocerlos...Tan vascos, tan guipuzcoanos, tan de carne y hueso.

El relato de la maestra burgalesa me salió del alma, no es ficción, fue mi realidad, muy parecida a la de muchos maestros y profesores de instituto castellanos que trabajamos en Euskadi porque era donde, en ese momento, había trabajo. Porque durante los años de las vacas gordas en el País Vasco, el Magisterio y las carreras que conducían a la enseñanza interesaban poco. Se ganaba mucho más dinero en las fábricas y los maestros eran de Burgos, Valladolid, Zamora...Más tarde, con la crisis que coincidió con la transición, la enseñanza empezó a interesar a los jóvenes vascos.

Seguiré comentando Patria, con cameo o sin cameo. Un abrazo, Pedro.

andandos dijo...

Voy por la mirad y me está gustando mucho. No conozco bien el país vasco, así que esta novela, que me parece verosímil e inteligente, me ayuda mucho a imaginarme cómo era la vida allí entonces, hace muy poco. Quizás los personajes son algo estereotipados, no estoy seguro, parecen responder a los tópicos habituales. No importa, me está pareciendo muy interesante e importante tanto hoy como en un futuro.

Un abrazo

Merche Pallarés dijo...

"Patria" es un libro maravilloso y necesario para conocer esa época convulsa del País Vasco. La he leido de un tirón cosa que no me ocurría desde hace años. Recuerdo mi infancia euskaldun cuando aún no existía la ETA pero sí esa hipocresía ambiental del "qué dirán" y... el silencio. Siempre el silencio: "No digas nada, no hables más de la cuenta, isillic..". Un mundo encorsetado y surrealista. Menos mal que luego me crié en Canadá.

Myriam dijo...

Me encanta como nos explicas los recursos técnicos que utilizó Fernando Aramburu. Además del contenido, obviamente, es en esta técnica tan ciudada y que a la vez parece tan natural, tan en su lugar, tan sin estridencias que se nota la gran obra que es.

Myriam dijo...

Ya publiqué mi aporte y por fallas técnicas, no me quedó como quería; como sentía que Aramburu merecía. Espero no tener problemas con lo que sigue.

Besos