jueves, 24 de noviembre de 2016

Eso del amor es cosa de libros y otras disquisiciones disparatadas en Niebla de Unamuno y noticias de nuestras lectura.


La caricatura en la que se basa gran parte del humorismo de Niebla nos permite comprender mejor las razones cotidianas de los personajes, aquellas que de verdad los guían cuando los hallamos en sus círculos privados. Para ello, el narrador se esconde y deja que sean los diálogos y los monólogos los que pongan en evidencia sus comportamientos. La narración está llena de buenos ejemplos. Víctor, el amigo del protagonista que tan formal y hasta erudido prologuista nos pareció, aparece en el capítulo XIV jugando al ajedrez -no hay juego que tenga fama de más intelectual- pero con una carga que él llama moral pero que los lectores pronto podríamos poner otro calificativo. Tras muchos intentos por tener un hijo y después de doce años, su mujer se ha quedado embarazada. La irritación que les provoca hace que aquello que tanto deseaban se convierta ahora en una molestia intolerable que provoca que su mujer ni salga de casa por una insoportable sensación de ridículo. Donde primero se evidencia es en lenguaje. Llaman a su futuro hijo el intruso puesto que viene a romper la vida apacible que llevan, su rutina.

No hay institución ni valor que Unamuno no caricaturice y extreme para, agrandándola de esa manera humorística, hacernos ver la hipocresía con la que individuo y sociedad afrontan las claves que dicen ser las que soportan el mundo. No se libra ni el esfuerzo personal (Augusto desarrolla voluntad solo cuando se enamora pero pronto pervierte su sentimiento y acaba intentando seducir a Rosario, la planchadora), ni la paternidad, ni la familia, ni la fe, ni el amor, ni la generosidad de las buenas acciones, ni la lealtad, ni la amistad, ni el matrimonio...

Eugenia y Ermelinda, sobrina y tía, abordan en el capítulo XV el matrimonio. Ella nos aparece inicialmente -solo inicialmente, pero no deseo desentrañar el argumento para quien no haya leído la novela- defensora del matrimonio por amor: 

- Pero si no lo quiero, tía...

A Eugenia no le gusta Augusto... porque es bueno:

- Pues por eso no le quiero, porque es tan bueno como usted dice... No me gustan los hombres buenos.
- Ni a mí, hija, ni a mí, pero...
- ¿Pero qué?
- Que hay que casarse con ellos. Para eso han nacido y son buenos maridos.
- Pero si no lo quiero, ¿cómo he de casarme con él?
- ¿Cómo? ¡Casándote! ¿No me casé yo con tu tío...?

Y la tía alecciona a la sobrina sobre el matrimonio por amor:
 
- (...) Mira, eso del amor es una cosa de libros, algo que se han inventado no más que para hablar y escribir de ello. Tonterías de poetas. Lo positivo es el matrimonio. El código civil no habla de amor y sí del matrimonio. Todo eso del amor no es más que música...
 
Por si fuera poco, el protagonista no es más que una caricatura de un filósofo que dialoga con un perro y se queda dormido tras divagar sobre si el cuerpo de su amada Eugenia es alma o no. Ese diálogo (o monólogo) con Orfeo termina colocando todo en su sitio:

- (...) Y ahora vamos a dormir, Orfeo, si es que nos dejan.

Y así nos lleva hasta la parte final del libro, tan citada pero casi siempre sin poner en relación con todo esto de lo que hablamos, con lo que no llegaremos a comprenderla de verdad.
 

Durante el mes de noviembre cumplimos con una deuda. Varios lectores me habían solicitado reiteradamente la inclusión de alguna de las obras de Unamuno en el listado anual. Y allá va Niebla, una de las más inquietantes. Me será interesante releerla con todos vosotros para comprobar su impacto actual. Hay suficientes buenas ediciones en el mercado. Os aconsejo alguna con notas aclaratorias y prólogo. También la tenéis disponible gratis en internet. La última entrada sobre Niebla se publicará el jueves 1 de diciembre.

Noticias de nuestras lecturas

Luz del Olmo recrea en verso la mente de Augusto y su justificación del sueño propio o sueño de otros. Un tema central de la novela.

Pancho entra, de la mano de Unamuno, en la intimidad de la familia de Eugenia y nos presenta a ese padre anarquista místico... impagable.

Mª Ángeles Merino nos regala una entrevista entre Austri y Augusto para que comprendamos mejor las razones de este y nos planteemos la existencia de todos...

Desde el capítulo XI al XVIII de la novela nos lleva Gelu para comentarnos el descubrimiento de la mujer por parte del protagonista... bueno, de la mujer abstracta a la mujer concreta y a todas las mujeres.

Mª del Carmen Ugarte propone una lectura del persona de Eugenia que no os podéis perder de ninguna de las maneras: ¿feminista o frívola?

El próximo martes 29 se celebrará, a la hora habitual pero en el nuevo espacio del Antiguo Hospital Militar de Burgos, la reunión del Club de lectura en su formato presencial. El jueves 1 de diciembre se publicará aquí la última entrada con el comentario de Niebla para dar comienzo a la lectura de Don Quijote en Manhattan, de Marina Perezagua. La primera entrada sobre esta novela la publicaré el 8 de diciembre. Nos acompañará hasta el 29 de diciembre.

Recojo en estas noticias las entradas que hasta el miércoles han publicado los blogs amigos. El listado de lecturas del presente curso, en este enlace.

5 comentarios:

Abejita de la Vega dijo...

Los personajes de Niebla son imágenes hiperbólicas pero con su parte de verdad. La tía y la sobrina son un buen ejemplo. Unamuno pone un interrogante a todos esos valores que parecen inmutables y sonríe con su pluma en la mano. Ahora vais a ver.
Entes de ficción de entes de ficción Augusto no quiere a la Eugenia de la portera, quiere a la que él va forjando en su pensamiento.
Y nosotros...acaso vamos por la vida creando entes de ficción y no estoy pensando en Austri.
Un abrazo Pedro.

pancho dijo...

Augusto tiene la querencia en casa de Eugenia y allí se dirige como hechizado una y otra vez aunque ella no le haga mucho caso. Se conforma con bien poco. Es curioso ese instinto animal de querer volver a los sitios que conoces aunque en él te fuera regular.
No parece una mala idea del autor buscar a un perro de interlocutor cuando se empiezan a abordar temas y pensamientos profundos y complejos. En el mutismo del interlocutor tiene la razón de los tontos asegurada.

Las cosas del querer son un misterio de muchas aristas y variantes. No lo quiere porque es bueno, pues después que no se queje si se va con el malo... Bueno, mejor no decir nada porque nunca se sabe dónde puede estar el éxito o el fracaso.

andandos dijo...

Bueno, las diferencias entre las ideas de los personajes, su conducta, entonces y ahora deben ser notables. En cierta manera es una novela de entonces, de "epoca ", poco que ver con lo que hoy son las relaciones entre chicos y chicas. Intentó pensar en cómo debe ver esta novela mi hija, veintitre ańos, o la tuya. Pero me parece una buena novela, eso también.

Un abrazo

Edurne dijo...

Sigo con el gusanillo de volver a leer Niebla. TAl vez ahora que estoy de baja y un pelín mejor...

Besos.
;)

Myriam dijo...

Mucho disfruto de tus clases y de los comentarios de los compañeros. Tanto como de la segunda lectura de Niebla, que he de decir despejó a sol radiante.

Abrazos a ti y a los compañeros de lectura.