viernes, 7 de octubre de 2016

Sentarse frente al mar por la noche


A veces todo es sentarse frente al mar una noche y dejarlo venir hacia ti. Nada más. Ya amanecerá otro día.

10 comentarios:

DORCA´S LIBRARY dijo...

Quedarse quieto, contemplando, escuchando el mar. Las olas traerán lo que tengan que traer. Mañana será otro día...

María dijo...

Suerte quién pueda mirar al mar en éstos momentos y dejar que la mirada se abandone hacia el horizonte azul de la noche.

Cómo me gustan este tipo de entradas, Pedro, incluyendo la imagen.

Un beso.

Emilio Manuel dijo...

¡¡Que bonito!!, he tenido la suerte de practicarlo.

Saludos

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Con gestos sencillos como ese, se sana el alma.
Un abrazo

impersonem dijo...

A veces la inacción es la mejor de las acciones, sí.

Abrazo

Edurne dijo...

A veces, ¡sí!
¡Ojalá pudiéramos practicarlo más a menudo!
Besos
;)

Alimontero dijo...

Dentro de la profundidad de nuestros pensamientos, de nuestros sentimientos qué mejor que sentarse una noche frente al mar....
Pasé momentos así....tuve la fortuna de poder hacerlo y al amanecer era otra la visión.
;-)
besos Pedro...

Ali

LA ZARZAMORA dijo...

Sí.
Mientras siga amaneciendo, habrá esperanza.
Paciencia...

Besos, Pedro.

andandos dijo...

Bueno, si no hay mar será la montaña, o el páramo, aunque suena diferente, claro.

Un abrazo

Recomenzar dijo...

Prefiero las madrugadas donde las ansias son sagradas