martes, 18 de octubre de 2016

atardece refugio de tu mano



Y qué hago yo
con este otoño
cuando creía próximo el invierno.

Cada tarde, dorada
en fuego la ribera,
atardece refugio de tu mano:
un sol lento perfila el horizonte
con el carmín del álamo.

¡Fecundo otoño,
labor de sementera!

© Pedro Ojeda Escudero, 2016

9 comentarios:

María dijo...

Hay otoños muy extraños, tal vez éste, sea uno de ellos.

Un beso.

DORCA´S LIBRARY dijo...

Con éste y todos los otoños lo único que se puede hacer es contemplar el nuevo traje con que viste el paisaje, y disfrutarlo.
Un abrazo, Pedro.

Abejita de la Vega dijo...

Atardece.

Ele Bergón dijo...

Con este y ese bello otoño, donde te encuentras, no se puede hacer otra cosa que vivirlo y disfrutarlo.

Besos

andandos dijo...

Una palabra que empleas con frecuencia, en prosa y en verso, es "lento".

Un abrazo

LA ZARZAMORA dijo...

Bellísimo, Pedro.
Me quedo aquí, contemplativa...
Y que fecunda nos sea la sementera.

Besos.

impersonem dijo...

Fotografía de contrastes, poesía de entretiempo; pensamiento policromado... sentimiento de labor y siembra...

Abrazo

XuanRata dijo...

La intensidad apacible del otoño, en esta hermosa foto, en este hermoso poema.

Gracias, Pedro.

lumino dijo...

Una imagen que preña al otoño con vida nueva. Aunque los poetas cada vez nos tengamos que alejar más en el tiempo para describir la llegada de una nueva estación. Un haiku heterodoxo al respecto.
Canto de grillos
ajenos al otoño
Cambio climático