domingo, 15 de mayo de 2016

Elogio de la lectura de Elías Moro Cuéllar: ¡Desenfunda, forastero!


Con motivo de la celebración del Día Mundial del Libro, la Junta de Extremadura encargó el Elogio de la lectura de este año a Elías Moro Cuéllar dentro del Plan de Fomento de la Lectura. Quienes conocemos a Elías Moro alabamos su escritura (ha publicado poesía, relatos breves, diarios, misceláneas y aforismos y es autor de un más que recomendable blog, El juego de la taba) pero también su elegancia, su forma de ser y su actitud ante la vida. Estar junto a Elías Moro es sentirse bien, sobre todo. Me debo reseña de dos de sus últimos libros, hay un rastro y Morerías, ambos del 2015, pero no quería dejar pasar este elogio suyo a la lectura que me remitió tras pronunciarlo el pasado 23 de abril, ¡Desenfunda, forastero!

Me he sentido plenamente identificado con el autor en todo lo que dice cuando afirma que antes que reconocerse como escritor se reconoce como lector: fervoroso, impenitente, caprichoso, vago, pasional, infiel, desordenado... Ve la lectura como una forma de enfrentarse al mundo en las mejores condiciones y más:

La lectura es un hecho transgresor, rebelde, un acto, aparentemente pasivo, que sin embargo lleva implícito una gran valentía: la de la búsqueda en vez de la aceptación, la de osar antes que la de rendirse, la del querer saber frente a ese permanecer en la ignorancia que nos empobrece como personas. Leer, por tanto, no es sólo instrucción, conocimiento; también la otra cara de la realidad, esa que, tantas veces dura y terrible, se nos oculta por espurios intereses y a la que sólo se consigue acceder con la imaginación y el sueño. Y es que mientras se lee tenemos la aspiración de ser otro nuevo y distinto, acaso, y llevando al extremo tal anhelo, de ser uno mismo de otra manera.

Coincido con él en mi peripecia como lector (tebeos primero, luego novelas de quiosco, sobre todo del oeste -de ahí el título de su elogio- para pasar de forma desordenada a novelas de aventura y otras de mayor fuste). Nos habla Moro de su deslumbramiento ante la Ilíada y la Odisea de Homero y el descubrimiento de la poesía gracias a Machacho, Bécquer, Neruda... y termina, como no puede ser menos, con el elogio a quien decide salir al mundo a enmendarlo tras perder el seso por la lectura:

¡Bendita locura ésta de la lectura: nunca olvidéis que Don Quijote, aquel loco maravilloso, desfacedor de entuertos, paladín de damas en apuros, sostén del afligido, luchador incansable contra la injusticia y la crueldad, muere cuando recobra la razón y deja de serlo!

Hagamos caso a Elías Moro, leamos para salir al mundo mejor pertrechados y soñar que somos otros o los mismos, pero mejores. Yo no conozco otra forma para ser plenamente cada día.

5 comentarios:

DORCA´S LIBRARY dijo...

Estoy totalmente de acuerdo en que la lectura es mucho más activa de lo que nos suelen decir. Cuando no se lee, la realidad que te rodea se hace única protagonista, no hay posibilidad de comparación, de planteamiento de duda.
Bendita locura la de los lectores.
Un abrazo, Pedro.

Abejita de la Vega dijo...

"Ser uno mismo de otra manera"
¡Exacto, forastero!

mojadopapel dijo...

Para mi la lectura es como soñar despierta.

Myriam dijo...

"Hagamos caso a Elías Moro, leamos para salir al mundo mejor pertrechados y soñar que somos otros o los mismos, pero mejores. Yo no conozco otra forma para ser plenamente cada día."

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y

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Myriam dijo...

y no sólo soñar.