miércoles, 16 de marzo de 2016

Trenes y libertad, de Mike Brodie


Llega a España por primera vez esta exposición que muestra la obra de uno de los fotógrafos norteamericanos que más han llamado la atención en los últimos años. Mike Brodie (Mesa, Arizona, 1985) se subió a un tren de mercancías en el año 2002, a los 17 años, tanto para huir de un ambiente familiar más que difícil como para aventurarse a la libertad. Su historia podría ser la de tantos miles de adolescentes norteamericanos que hacen lo mismo y que viajan por la geografía de los EE.UU. saltando de tren en tren y viviendo su libertad a salto de mata sin pensar en otra realidad que el día presente. Muchos han sido arrojados de hogares destruidos pero otros han optado por ser vagabundos y romper con las convenciones de vida pagando, casi siempre, un alto coste personal a cambio de esa libertad.

Pero a Brodie alguien le regaló en el año 2004 una Polaroid SX-70 Sonar One-Step y comenzó a fotografiar lo que veía a su alrededor robando la película necesaria en las tiendas o comprándola con el dinero que obtenía sometiéndose a experimentos farmacéuticos. Cuando Polaroid dejó de fabricarla, se compró una Nikon F3 que usó desde 2006 hasta que decidió, repentinamente, abandonar la fotografía, graduarse como mecánico y vivir de este oficio. En el año 2008 obtuvo el Baum Award para artistas emergentes de América. Mike Brodie tiene, por lo tanto, todos los componentes para convertirse en un artista de leyenda norteamericana, algo a caballo entre artista maldito y juguete roto y no sería de extrañar que él mismo se convirtiera en personaje de novelas y películas. El tiempo dirá hacia dónde dirige su vida y si desarrolla o no esa maravillosa capacidad como artista que ha demostrado en su juventud.

Como fotógrafo, Brodie es un autodidacta con un gran instinto para la fotografía, cuya técnica fue perfeccionando a base de ensayos. Gran parte de su calidad artística nace de aquí, de su trasversalidad, del hecho marginal de no proceder del canon academicista. Su fuerza no nace solo de la mejor o peor calidad de las imágenes sino de su fuerte carga de testimonio de un tipo de vida que suele pasarnos desapercibida y de una emoción directa, apasionada y sincera. Mike Brodie fotografíaba la vida de jóvenes vagabundos siendo uno de ellos. Si al espectador puede llamarle la atención la suciedad o las penosas condiciones de vida en una primera mirada, poco a poco podrá apreciar en estas imágenes una solidaridad, ternura y amor por un tipo de vida no convencional. Y más allá de la suciedad de la ropa, la hermosura y la atracción por un tipo de vida con el que muchos han soñado sin atreverse a dar nunca el salto para subirse a un tren de mercancías.

Una exposición más que recomendable que sigue aumentando el prestigio de esta sala de exposiciones vallisoletana, aunque se empeñe en mostrar folletos y paneles mal redactados, con faltas de ortografía y todo tipo de repeticiones.
 (Sala municipal de exposiciones de San Benito de Valladolid, hasta el 17 de abril).

4 comentarios:

Emilio Manuel dijo...

He estado viendo la página de este joven fotógrafo y esa es la fotografía que me gusta, como Sebastiao Salgado y salvando las distancias técnicas, son fotos que te llegan al alma, con nada de retoque, los que se ve es lo que hay y lo que en ella se ve es para reflexionar. Ya está en mi archivo personal.

Alimontero dijo...

Impresionante como se captan momentos, miradas, situaciones...que bello es el arte de la fotografía!
Gracias Pedro por este regalo, porque lo es...
Pienso, creo, siento, que muchas veces nuestra alma ha deseado esos momentos de libertad, creyendo que dejamos las raíces, pero solo las transportamos con nosotros,..,,

Feliz viernes Pedro!
un beso,

Ali

andandos dijo...

No lo conozco, así que lo miraré con atención, como siempre. Muchas gracias.

Un abrazo

Myriam dijo...

Interesante propuesta,
de este para mi, hasta ahora
desconocido joven fotógrafo.

Leo aquí que este chico se exponía a ser cobayo
de pruebas de laboratorios y se me encoge el corazón
y eriza la piel. Y puedo sentir las oleadas
de furia que me suben contra los laboratorios
que hacen esos experimentos en animales
y en seres humanos... Horror me producen.

Besos