martes, 19 de enero de 2016

Perderse gran parte de la grandeza del mundo


Atados a la imagen que tienen de nosotros. En la segunda parte del Quijote escrita por Cervantes, gran parte de los personajes conocen a los protagonistas porque han leído el primer volumen o porque han oído hablar de él. Se dividen entre los que quieren que don Quijote y Sancho se comporten según la idea que han sacado de su lectura y exigen de ellos que sean loco y simple y aquellos que dan tiempo a conocerlos y comprenden que tienen derecho a tener su propia personalidad más allá de la imagen que han construido de ellos y que esa personalidad puede cambiar con los tiempos y circunstancias. Son lectores a la antigua o lectores a la moderna. A don Quijote y a Sancho poco les afecta: actúan como son y responden a su propia voluntad de ser. Esta es una de las lecciones cervantinas. De ahí el famoso elogio a la libertad que exclama don Quijote apenas salen de tierras de los Duques.

Así nos quieren muchos: atados a la imagen que tienen de nosotros o a circunstancias de nuestro pasado que ya hemos superado o a lo que les han contado que somos. En España -no solo en España, en casi toda la cultura latina-, no aceptamos fácilmente que el otro sea diferente a lo que hemos pensado de él o que haya cambiado con respecto a lo que fue un día. En otras culturas, en cambio, se da un tiempo para que pueda definirse por sus propias acciones. Juzgar al otro como un objeto que debe responder a nuestra idea sobre él solo nos define a nosotros mismos. Pobre de aquel que ata así al otro porque en el fondo se está atando a sí mismo. Se está perdiendo gran parte de la grandeza del mundo.

12 comentarios:

mojadopapel dijo...

Nadie nos ha erigido en jueces.

Edurne dijo...

Ecco!

Besos.
;)

virgi dijo...

Las ataduras que nos imponen más las propias nuestras nos cierran el camino a una vida más grande, más intensa.
Besos

LA ZARZAMORA dijo...

Y reducimos así el espacio de la Libertad y el de las libertades.
Besos, Pedro.

dafd dijo...

Está bien.

Joselu dijo...

¿Realmente los seres humanos evolucionan? Yo no tengo constatación de que esto sea así. Quiero decir que, llegada a una edad, son siempre repetitivos y adictos a los mísmos hábitos mentales. No soy consciente de que llegado una vez a adulto la gente evolucione realmente, salvo por fuerza mayor, claro, entonces no hay otro remedio. Don Quijote y Sancho evolucionaban pero son seres literarios creados por un artista que evolucionaba, pero esto no es común.

Pedro Ojeda Escudero dijo...

JOSELU: Me gustaría mucho que en esto no llevaras razón. Pero queda la otra parte de mi entrada: cuando los demás insisten en que actuemos según su idea de nosotros...

Fackel dijo...

Desgraciadamente somos hijos del dogma. No hace falta que diga de cuál y la mano tenebrosa que lo acuñó. Con ese antecedente la cultura moderna europea entró tarde y mal. Vicios seculares y una adecuación desajustada a los tiempos siguen impidiéndonos reconocer la libertad del otro. Somos tolerantes de boquilla. Luego cobardes.

Campurriana dijo...

Me quedo con lo dicho por Fackel: somos tolerantes de boquilla...

Abejita de la Vega dijo...

Lo viví. Es terrible que tengas que ser lo que ellos quieren que seas y no lo que eres tú.

andandos dijo...

Difícil la vida. sin duda. Seguramente uno se la pasa toda aprendiendo o desaprendiendo.

Un abrazo

Myriam dijo...

Así es, ellos se pierden la diversidad y el poder de crecimiento y transformación que tiene todo ser humano.

Quien ignora ese poder, lo ningunea o lo niega, colabora que los "amos del mundo" interesados en aplastar a la humanidad para su propio beneficio; Y lo hace desde el desánimo, la dejadez y la negatividad,
dándoles , de esa manera, el triunfo servido en bandeja de plata.

El camino debiera ser el opuesto: descubrir esas potencialidades y ayudar a ponerlas en acción, para bien de todos.

Abrazos