jueves, 10 de diciembre de 2015

Contexto para comprender Los pazos de Ulloa de Emilia Pardo Bazán y noticias de nuestras lecturas.


No se puede entender bien Los pazos de Ulloa sin ponerlo justo después del interés y la polémica suscitada por la serie de artículos publicado por Emilia Pardo Bazán en La Época en el invierno de 1882 a 1883 bajo el título de La cuestión palpitante y que pronto pasaría a distribuirse en libro (1883), contando con varias ediciones en pocos años. La publicación en 1886 de Los pazos de Ulloa y en 1887 de su continuación, La madre Naturaleza, son la puesta en práctica de lo que en aquellos artículos escribiera.

Como se sabe, La cuestión palpitante contiene la reflexión de la autora sobre uno de los temas candentes en la literatura de su tiempo: el naturalismo tal y como fuera definido y puesto de moda por Zola. Sin estar totalmente de acuerdo con la propuesta del novelista francés, la Pardo Bazán contribuye a la divulgación del modelo. Es decir, actualiza la literatura española de una manera que el mismo Zola o Clarín le reconocerían (Clarín escribió el prólogo a la segunda edición de La cuestión palpitante) aunque pudieran matizar su adhesión al naturalismo. Y no solo la actualiza sino que deja impronta en la escritura posterior. Otro de los notables efectos de esta reflexión y de la acalorada polémica que siguiera, es que Emilia Pardo Bazán modificó sustancialmente su estilo previo y adquirió definitivamente el carácter de gran novelista en el panorama literario de la España de su momento. 

Varias son las razones que le llevaron a redactar esa serie de artículos. En primer lugar, algunas derivadas de su carácter, independiente y fuertemente comprometido con su condición femenina y su decisión de traspasar los límites que convencionalmente se atribuían a una mujer que escribía en la España del momento. De hecho, aquellos artículos fueron la última causa de su separación.

En segundo lugar, su interés como escritora por introducir en España las novedades más apreciables del panorama europeo (que, en aquellos tiempos, se identificaban con lo francés), aunque no fueran las más aceptables socialmente.

Sin embargo, su adhesión al naturalismo no fue total. Ella misma manifiesta en su análisis de la obra de Zola su disconformidad con el determinismo y alguna otra de las características de esta acentuación del realismo hacia los aspectos más crudos del ser humano. Como veremos en Los Pazos de Ulloa (y también se recoge en La madre Naturaleza), se puede luchar contra las fuerzas que determinan la forma de actuar del ser humano. Precisamente en eso consiste ser humano, viene a decirnos la autora. Y se puede luchar solo desde una alta consciencia y una gran capacidad de civilización.

Es interesante ver, después de leer La cuestión palpitante, cómo la Pardo Bazán nos propone su propia adaptación del naturalismo frente al seguidismo ciego de otros novelistas europeos del momento. A doña Emilia no le bastaba ya con el realismo al uso: se le quedaba corto para evidenciar la forma de actuar del ser humano. De ahí que necesite dar ese paso.

Puede consultarse el interesante y documentado portal sobre la escritora alojado en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes (en este enlace), en el que puede hallarse una buena edición de la obra (aquí).

También aconsejo ver la excelente serie de televisión que adaptó la novela (en este enlace).

 La lectura de Los pazos de Ulloa nos ocupará hasta el jueves 14 de enero.

Noticias de nuestras lecturas

Coro Entreaguas analiza cómo penetra el lector en la textura de la obra a partir del personaje de Sabel. Excelente análisis que os recomiendo.

Mª Ángeles Merino nos contextualiza la lectura de Los pazos de Ulloa y para empezar, nos lleva a doña Emilia desde Calderón... Para animar a la lectura.

Gelu nos hace entrar en Los pazos de Ulloa como lo hace el protagonista: sin saber bien lo que nos espera en esas tierras en las que somos forasteros...

Mª del Carmen Ugarte escribe una oportuna y sagaz entrada sobre la violencia contra la mujer en esta novela. Esclarecedora.



Gelu nos devuelve al lirismo y el enfrentamiento entre humildes y poderosos que vertebra El mudejarillo... y nos regala a Amancio Prada. Deliciosa entrada.

Recojo en estas noticias las entradas que hayáis publicado hasta el miércoles anterior. Si me he olvidado de alguna, os  agradezco que me lo comuniquéis.

10 comentarios:

La seña Carmen dijo...

Pues no sé si me ha quedado muy claro a mí que se puede escapar al determinismo o justo todo lo contrario. Que hagas lo que hagas, al que nace barrigón aunque lo fajen chiquito. No tengo nada claro que Sabel o Nucha podrían haber escapado a su destino. Y ya ni te cuento en La madre naturaleza: ¡Los clásicos griegos!

Pedro Ojeda Escudero dijo...

SEÑÁ CARMEN: Tengo una amiga (y te gustará, que eres experta en refranes) que dice "El que nace lechón, muere cochino". Si no sales del medio en el que te criaste y si no estudias y haces un esfuerzo de voluntad, pues eso. Esa es la clave: la voluntad.

Abejita de la Vega dijo...

Emilia Pardo Bazán rechaza el determinismo, se puede luchar contra él; pero algunos de sus personajes parecen haberse rendido. Por eso no vemos claro el antideterminismo de la escritora.

Una mujer que fue una privilegiada pero que mostró una sensibilidad muy especial hacia la situación de inferioridad de la mujer. Sabel maltratada, las casaderas señoritas de la Lage expuestas como una mercancia, Nucha despreciada por dar a luz a una niña, la nodriza "vaca"...Sólo el cura Julián...

Seguimos leyendo y escribiendo.

Un abrazo, Pedro.

PENELOPE-GELU dijo...

Buenos días, profesor Ojeda:

Dice usted: “La clave: la voluntad.”
Y le digo: Sí, pero no.
Desde luego que hay que tener una voluntad de acero para subir escalones, y espíritu de sacrificio. Y sin ninguna duda, la persona que lo intenta y sube -desde muy abajo-, puede superar en inteligencia y aptitudes a los que desde el inicio están más arriba, pero el acceso a la cumbre está restringido a los bien alimentados, equipados y disponiendo de todas las ayudas y bien aupados no se han cansado en la escalada. Y serán, los que al final, pondrán el nombre y presumirán de colocar la bandera.

Saludos.

pancho dijo...

A mí me ha sorprendido lo bien que escribe Pardo Bazán. Los pazos de Ulloa se leerían de un tirón si tuviéramos tiempo seguido para hacerlo.Parece que no se complica mucho a la hora de plantear el narrador, pero esa aparente sencillez es uno de los aspectos positivos de la novela. Me encanta el desparpajo con el que se refiere a cualquier situación, pero ojo, dentro hay un profundo estudio de tipos diferentes de la época y de todas las épocas. Es memorable la descripción de los tejemanejes de los políticos en campaña, completamente aplicable y trasladable a estos momentos en que tienen asediados, amenazados a veces, a los que no piensan como ellos quieren que se piense.
En la novela hay una profunda denuncia social de la discriminación de la mujer, tampoco se puede pretender que en una novela se resuelvan los problemas de golpe y porrazo. La prosa en algunos momentos está a la altura del otro gallego ilustre, Valle Inclán, al que creo que supera en intriga y trama. Pero no siempre.
El personaje de Perucho es una obra de arte. Sorprendente. La descripción de la maternidad y el crecimiento de la niña es de lo mejor que yo haya leído referido a un bebé, con lo difícil que tiene que ser entrar en los sentimientos de un ser que todavía no se manifiesta sino con los rudimentos del habla.
Bueno, todavía no he terminado la lectura, me falta el tramo final. Después no sé si el tiempo de vacaciones permitirá volver sobre lo leído y escribir algo.
Esta semana he faltado a la cita, otros asuntos han impedido el sosiego de la escritura.

Estrella dijo...

Me pongo a leerlo, Pedro, que tenía ganas de leer a doña Emilia, y con tu guía las lecturas se enriquecen siempre.

Saludos.

andandos dijo...

Apenas he leído unas hojas pero, como a Pancho, me ha sorprendido, dentro de mis límites para comprender qué es escribir, lo bien que escribe esta mujer. Continuaremos, claro.

Un abrazo

Myriam dijo...

Acabo de terminarlo.
¡Me encantó! Qué mujer, que denuncias!!!
Que fuerza en la escritura!

También a mi, como a PANCHO, me llevó a pensar en las lecturas que hicimos de Valle Inclán.

Y me gusta su postura y concuerdo contigo que con voluntad
-y perseverancia- se puede vencer el determinismo.
La historia está llena de ejemplos.
En eso se apoya la ética protestante.
y para más INRI, todo un país como Estados Unidos se forjó así
como el SELF MADE MAN (hombre que se hace a sí mismo), como prototipo.
Por eso, no concuerdo con la visión pesimista de GELU.

Besos y abrazos


Myriam dijo...

Digo: con el SELF MADE MAN como prototipo. Vale.

Paco Cuesta dijo...

Revelar costumbres que hasta entonces eran tabú atrajo para doña Emilia la antipatía de algunos sectores de la cultura del momento. Entre ellos Menéndez Pelayo. No querían aceptar el nuevo papel de la mujer.
Un abrazo