sábado, 3 de octubre de 2015

Unos pocos cientos de metros a la redonda



Busco respuesta a las motivaciones del protagonista de la novela que escribo estos días. La busco en los paisajes por los que trascurre parte de su vida, trufada de compromisos y decepciones. De horizonte y paredes de adobe. ¿Qué puede hacernos renunciar a todo y reducir nuestro mundo a unos pocos cientos de metros a la redonda? ¿Eso puede ser suficiente?

17 comentarios:

Neogeminis Mónica Frau dijo...

Se me ocurre que una razón para semejante renuncia puede ser el miedo, o la frustración, siempre nacidos de algún episodio que lastimara y marcara en forma definitiva. Por supuesto que desde la perspectiva de quien disfruta de la vida, los eventuales viajes y el conocer gente nueva eso nunca será suficiente. Espero halles la inspiración que necesitas. Un abrazo

Marina dijo...

Seguro que no está en el adobe, ni en los paisajes, ni en la redonda inmensidad del mundo. Estará dentro de sí mismo, es ahí dónde debes buscarlo.. lo que no existe dentro de ti, no puedes proyectarlo fuera, por mucho adobe que haya.

... digo yo.

DORCA´S LIBRARY dijo...

Cuando uno se "aísla" entre unas paredes de adobe, puede que no sea él quien se esté apartando sino a los demás, al resto del mundo. Quizá no esté renunciando a su libertad, sino preservándola.
Saludos.

Unknown dijo...

Siempre es el fruto de una búsqueda interior o bien como los antiguos eremitas ha encontrado el sentido absoluto de su vida en la comunión del alma con Él o porque sigue buscando y al reducir el espacio físico piensa que será más fácil encontrarlo.

ANDAD CON DIOS dijo...

Es curioso que con las infinitas posibilidades que tenemos en el planeta,nos conformemos con unos metros a la redonda como dices...
...miedo a perder nuestra zona de confort...??

Saludos!

Emilio Manuel dijo...

A tu pregunta, yo le doy una respuesta, es un problema educacional desde pequeñito y vamos creciendo sin que den opciones a pensar, a reflexionar, a tener una mirada larga, gracias a ello consiguen de nosotros que padezcamos todas las fobias (más de 500) posibles, las peores, la xenofobia y la homofobia, y digo peores porque van contra "el otro".

Saludos

Jaime González dijo...

La vida es una sucesión de momentos de expansión y otros de regresión ("hay un tiempo para destruir y un tiempo para construir", Eclesiastés 3.) A imagen de las abejas que construyen sus celdas para llenarlas de miel y tienen que volver a construirlas cuando el hombre se las lleva.

Algunas veces el golpe es demasiado fuerte y parece que todo el panal que se había construido alrededor se ha ido derrumbando como castillo de naipes (ay, topicazo) y uno se queda confinado en el pequeño pedazo que no se haya venido abajo. Esperando que no se caiga también.

Crisis que pueden causar una situación así: Pérdidas graves afectivas (muerte de un amigo, abandono de la pareja...) o materiales (ser desposeído de hogar y/o hacienda), combinación de las dos (estafa o traición por parte de los socios o allegados). O una anagnórisis de motivo interno. (Comunicación de enfermedad grave, comprensión de engaños o autoengaños en los que se ha caído, desapego de lo que tanto había costado conseguir, error grave, soberbia insostenible, caída del caballo camino de Damasco, cualquier tipo de hamartía, que diría el pesao de Aristóteles.)

Hala, ya tenemos para escribir dos novelas.

Edurne dijo...

A veces, el aliento no nos da para más que para esos pocos cientos de metros s la redonda.
Pero en nosotros está ampliarlos y hacerlos infinitos, aun dentro de nuestros mundos más pequeños...

Nos encantará saber cómo resuelve tu protagonista toda esa aritmética de la vida.

Besos!
;)

pancho dijo...

Nada, hay que meterse en los charcos, hasta la náusea. Acuérdate de "Intemperie", el chico aguanta el meado de su maestro escondido en un hoyo, el horizonte visual anulado, todo reducido al tacto y a lo que escucha de los que quieren atraparle.

Abejita de la Vega dijo...

En una visita a Ávila, me mostraron en el convento de la Encarnación, la celda de Santa Teresa, un agujero inmundo. Yo pensé: con razón huyó de esto y se convirtió en la monja andariega.¡Qué lista!

Tu personaje parece que hace lo contrario que la santa. ¿Por qué?

Kety dijo...

RETORNO

Como don Quijote

Buscó horizontes
lejos de sus raíces.
Y a ellas retornó.

Un abrazo

Campurriana dijo...

Necesitamos aprender a mirar a lo lejos. Aún no sabemos.

andandos dijo...

Como escritor sabes que, a cierto nivel, estás solo, para hacer las preguntas y también para contestarlas. No hay mapas, aunque está bien que las hagas, claro está.

Un abrazo

dafd dijo...

"renunciar a todo y reducir a unos cientos de metros"
Esto es complicado. ¿Qué significa renunciar a todo? ¿A no ver nada más allá, o simplemente a no salir de un entorno estrecho? Uno puede estar interesado en muchas cosas y sin embargo vivir toda la vida en un lugar. Yo creo que no depende de los metros, sino de un sentido interno inclinado a la curiosidad y al afán escrutador.

Myriam dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Myriam dijo...

Para mi, que mis mundos circulan por tres continentes, seguro que una reducción así equivale a claustrofobia y tumba :-)


Suerte con el libro y si, una vez publicado, te decides a enviarmelo, será un placer leerlo.

Besos

LA ZARZAMORA dijo...

Sartre hizo algo así ... en Huis-clos.
Bss, y ánimo con ese libro.